Páginas

lunes, 30 de abril de 2018

Investigación en cáncer: "Little Science", "Big Data" o "Big Science"








La duración y los costes de los ensayos clínicos de los nuevos fármacos oncológicos podrían aparentemente ser reducidos, si en vez de la supervivencia se utilizan medidas subrogadas, como la reducción del tumor o el tiempo de progresión, pero un meta-análisis de 146 ensayos clínicos de cáncer colorrectal y 191 de cáncer de pulmón descubrió que solo el 10-16% de la supervivencia era explicada por dichas variables. Una correlación, a todas luces, demasiado pobre. Por otro lado está la cuestión de la metodología empleada. Una revisión de 43 estudios observó que, en el 81% de los casos, los resultados prometedores de la fase II (sin grupo control) no lograban trasladarlos a la fase III (ensayo aleatorizado a doble ciego). Este último es otro hallazgo nada favorable a las prisas con que muchos fármacos oncológicos son introducidos en el mercado. Quizá es por este motivo que, en una observación de 94 artículos sobre el tema, Abola y Prasad, han descubierto que, en la mitad de ellos, los redactores habían recurrido a adjetivos del tipo: milagroso, revolucionario, innovador, maravilloso, transformativo, etc.

"Little Science"

Las personas afectadas de cánceres poco frecuentes reclaman la bondad de las medidas subrogadas y la validez de la fase II para la aprobación de los nuevos fármacos, dado que a sus médicos les es imposible conseguir el número suficiente de casos para desplegar estudios de supervivencia de fase III. La razón que defienden es dramática: no tienen tiempo. Bajo esta presión, las agencias reguladoras se ven empujadas a aprobar nuevos productos de los que sólo se sabe que han logrado cambios anatomo-patológicos esperanzadores o reducciones revolucionarias de los marcadores tumorales, pero pocas pistas sobre toxicidad, afectación de la calidad de vida, ni lógicamente supervivencia.

Víctor Montori califica este fenómeno de "Little Science", en el sentido de que hoy en la mayoría de centros universitarios se lleva a cabo una investigación incapaz de hacer planteamientos válidos para estas situaciones. Valga como ejemplo del alcance del problema una evaluación que muestra que, la mayoría de los medicamentos oncológicos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento en el periodo 2009-2013, obtuvieron el visto bueno sin evidencias suficientes, y en los pocos casos que había, sus efectos eran marginales si se comparaban con los tratamientos existentes.

"Big Data"

Para algunos, el "Big Data" debería ser una solución para los avances terapéuticos de las enfermedades raras o los cánceres poco frecuentes, dado que debería permitir analizar montones de datos que harían que el número de casos, aunque insuficientes a nivel local, serían notables desde un ámbito global. Pese a disponer de un planteamiento metodológico atractivo, el "Big Data" está teniendo problemas debido a la mala calidad de las bases de datos clínicos, lo que limita, y mucho, sus usos, especialmente en evaluaciones terapéuticas y análisis de causalidad. Como dice Montori: demasiado a menudo el "Big Data" es simplemente "not Great Data".

"Big Science"

Vinay Prasad afirma que las personas con cánceres poco frecuentes, o con enfermedades raras, merecen también una investigación de calidad, es decir, ensayos clínicos en fase III, y por eso es necesario que la ciencia dé una respuesta cooperativa, en vez de competitiva. En esta línea él mismo da un ejemplo que confirma que esto es posible. El cáncer adrenocortical tiene una incidencia muy baja, mala respuesta a los tratamientos y mal pronóstico. A pesar de ello, FIRM-ACT logró elaborar un ensayo clínico recolectando 304 enfermos de 40 hospitales de 12 países diferentes. Gracias a esta iniciativa, se pudieron probar, por primera vez, varias terapéuticas citotóxicas contando, de manera sólida, con la supervivencia como medida de los resultados.

Para favorecer la "Big Science" frente a la "Little Science", continúa diciendo Montori, las instituciones deberían recompensar a los científicos generosos y colaborativos que fomentan los proyectos compartidos entre las diferentes comunidades de investigación y de práctica clínica. Valga otro ejemplo de la importancia de esta visión: el artículo que explica el descubrimiento del bosón de Higgs está firmado por 5.154 científicos. ¿Alguien piensa que el hallazgo se habría conseguido sin haber reunido tanto conocimiento?

Los pacientes con cánceres poco frecuentes deberían pedir que los investigadores colaboraran tanto como fuera necesario para la elaboración de ensayos clínicos robustos bien diseñados, en vez de los estudios apresurados y entusiastas que les ofrecen ahora.


Jordi Varela
Editor

viernes, 27 de abril de 2018

Contar con pacientes y equipos multidisciplinarios para resolver problemas reales








En un artículo de abril de 2015 revisaba la metodología del pensamiento de diseñador (design thinking). El pensamiento de diseñador plantea resolver problemas reales usando la empatía, la generación de ideas, el prototipado y la experimentación, combinando el pensamiento lógico, racional y estructurado con el pensamiento creativo, emocional e intuitivo. Para ello, en su aplicación en sanidad, juntar a pacientes con profesionales asistenciales y de otros mundos como diseñadores e ingenieros es fundamental.

Recientemente he leído un artículo titulado “Putting Humans at the Center of Health Care Innovation”. Recoge el desarrollo de una nueva forma de innovar, basada en el diseño centrado en las personas, para reducir el tiempo que hay entre el descubrimiento y su aplicación práctica, que en la actualidad puede ser décadas. Se fundamenta en la cocreación con equipos multidisciplinarios como los planteados en el pensamiento de diseñador. Los pacientes son codiseñadores y codesarrolladores. Instituciones como la Mayo Clinic, el Massachusetts General Hospital y el Imperial College London tienen centros de innovación basados en este enfoque.

miércoles, 25 de abril de 2018

Armas de distracción masiva en el mundo de la salud








Cuando vamos a la consulta de un profesional sanitario hay constantes que se repiten: batas blancas, camillas, aparatos para tomar la tensión y un ordenador en la mesa. La historia clínica dejó de ser una carpeta llena de papeles y pasó a ser un formulario electrónico en el que los profesionales sanitarios se afanan. Es indudable que tiene muchas ventajas sobre el formato anterior, pero aún no se ha conseguido corregir su mayor defecto: su gran poder de distracción del profesional que la utiliza. 

Las limitaciones de diseño y de usabilidad hacen que en cada encuentro clínico se tenga que dedicar un tiempo considerable de él a registrar, rellenar numerosos protocolos y realizar peticiones de analíticas, interconsultas o a emitir recetas, partes de baja o informes de todo tipo. La percepción de numerosos pacientes es que el personal sanitario mira más su pantalla que a ellos mismos, y eso no suele gustar. Tampoco es plato del gusto de las enfermeras y los facultativos, que ven cómo su limitado tiempo se gasta en menesteres que impiden dedicar una atención digna a las personas que tienen delante.

lunes, 23 de abril de 2018

Debate sobre el valor de la práctica clínica y la formación de los médicos con Vinay Prasad








Vinay Prasad (Universidad de Oregon) y Adam Cifu (Universidad de Chicago), autores de "Ending Medical Reversal: Improving Outcomes, Saving Lives" (Johns Hopkins University Press, 2015), señalan 146 prácticas clínicas que deberían dejarse de hacer porque se ha demostrado que no consiguen lo que prometían. La lista de estas prácticas afecta a todo el abanico de la actividad sanitaria, sin embargo, haciendo una lectura detallada, se ha observado que hay cuatro especialidades significadas: cardiología, ginecología, ortopedia y medicina familiar. Es por este motivo que la Sección de Gestión Clínica de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria (SCGS), en su Jornada Anual que celebrará el próximo 18 de mayo, de común acuerdo con el equipo del proyecto Essencial de AQuAS, ha organizado un debate entre uno de los autores del libro, Vinay Prasad, y representantes de las 4 especialidades mencionadas: Xavier Viñolas, presidente de la Sociedad Catalana de Cardiología (SCC), Juan José Espinós, ginecólogo del Hospital de Sant Pau, Joan Miquel, ortopedista del Hospital de Igualada y Marta Expósito de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFIC). El debate, que contará con la moderación de Sandra García Armesto, directora del "Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud", tiene por objeto, no sólo conocer de primera mano el trabajo de Vinay Prasad, sino saber también qué piensan de estas prácticas los especialistas relacionados y cuál es el impacto en nuestro entorno, en tantos aspectos diferenciado del de Estados Unidos.

viernes, 20 de abril de 2018

El futuro de la atención primaria: “Construir el avión mientras vuela”









Recientemente, The King’s Fund, basándose en un estudio del Centro Nacional para la Investigación Social (BSA), informó de un importante descenso (7 %) en la valoración de la satisfacción con la asistencia primaria inglesa por parte de los ciudadanos. Probablemente se debería a las dificultades de acceso, provocadas por la escasez de recursos y la complejidad cada vez mayor de los pacientes. Desconocemos este dato en otros países y en especial en el nuestro, pero seguramente sería muy similar, ya que los problemas son globales.

También recientemente, Forbes ha publicado un interesante artículo de Robert Pearl, cirujano, profesor de la Universidad de Stanford y ex CEO de The Permanente Medical Group, en el que aborda el potencial uso de la inteligencia artificial en la práctica diaria. El autor es reconocido por sus escritos sobre la necesidad de disrupción en la asistencia primaria.

miércoles, 18 de abril de 2018

Anunciada nueva declaración de Atención Primaria



Los próximos 25-26 de octubre se celebrará en Astana, Kazajistán, la Segunda Conferencia Internacional de Atención Primaria en conmemoración del 40 aniversario de la declaración de Alma-Ata. La Organización Mundial de la Salud anunció recientemente el evento que será coorganizado junto a UNICEF y el país anfitrión. Además, hizo público el borrador de la declaración junto al proceso global de consulta abierto a todo el mundo en el que se puede participar hasta el 23 de abril. 

Aunque una relectura de la declaración original de 1978 sigue sorprendiendo por su decidida visión y contemporaneidad política, las cuatro décadas transcurridas han comportado cambios sustanciales en múltiples ámbitos naturales y sociales – véase los efectos del cambio climático, las enfermedades crónicas y la irrupción de las tecnologías de la información – que justifican como mínimo una actualización.

lunes, 16 de abril de 2018

La complejidad acumulativa y la medicina mínimamente disruptiva








El modelo clínico basado exclusivamente en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades crónicas está precipitando la medicina al fracaso. Abordar realidades complejas desde posiciones parciales es, como mínimo, desafortunado, y a pesar de esta evidencia, los sistemas sanitarios continúan financiando la provisión fragmentada de los servicios. Mary Tinetti y Terri Fried ya advirtieron en 2004, en "The end of the disease era", que se debería evolucionar hacia un modelo bio-psico-social, priorizando la evaluación integral de cada persona, ajustando los planes terapéuticos a cada realidad y ofreciendo servicios integrados. El análisis fue oportuno, salvo que los autores no acertaron cuando previeron que, con el nuevo siglo, el modelo antiguo acabaría.

viernes, 13 de abril de 2018

Atención basada en el valor: la perspectiva del paciente








Cada vez más organizaciones están adoptando el nuevo modelo de la atención sanitaria basada en el valor o value-based health care (VBHC) donde, según la fórmula desarrollada por Michael Porter:


                                Resultados que importan al paciente
                                        Valor =  ______________________________
                                                                           Costes



Para que los resultados puedan medirse de manera correcta y estandarizada, el International Consortium for Health Outcomes Measurement (ICHOM) —organización sin ánimo de lucro a la que recientemente se ha unido el Hospital Vall d’Hebron— está definiendo conjuntos de indicadores estandarizados por condiciones clínicas. (Les recomiendo releer el artículo que en este mismo blog publicó el doctor Jordi Varela.) En esta línea, el Hospital Vall d’Hebron, que está implementando este nuevo modelo de atención, ha puesto en marcha grupos de trabajo para definir los indicadores que aportan valor a los pacientes para las condiciones clínicas de ictus y cáncer de próstata localizado.

miércoles, 11 de abril de 2018

Nueva edición del curso online el 17 de abril








El próximo 17 de abril, empieza una nueva edición del curso online (14,8 créditos) y aún están a tiempo de matricularse. La primera edición del curso empezó el febrero del 2016 y ya lo han realizado (o lo están haciendo ahora) 457 alumnos, con un 92% de finalización y una valoración global de 3,7 sobre 4.

Si desean aumentar el valor de su práctica y, al mismo tiempo, tener una visión muy actualizada de la gestión clínica, les aconsejo que no se lo pierdan. 







lunes, 9 de abril de 2018

Los modelos de financiación no promueven el valor








Los presupuestos de los sistemas sanitarios públicos y los de las aseguradoras privadas están muy presionados por la aparición constante de nuevos medicamentos, como los antivirus de acción directa para curar la hepatitis C, o de nuevas tecnologías, como los implantes valvulares aórticos transcatéter (TAVI) y, lógicamente, los financiadores gastan muchas energías a limitar el uso de estas innovaciones. La batalla, no hace falta decirlo, tiene un desenlace previsible, porque la conjunción de los inversores con los beneficiarios suele ser letal para los guardianes de los gastos sanitarios. Así las cosas, ahora un artículo basado en la sanidad americana, hace hincapié en el despilfarro inducido por las tarifas "low cost" (si les interesa el tema les dejo un segundo enlace relacionado). El asunto explicado en Health Affairs relataría el extremo opuesto, ya que en vez de "poca actividad muy cara", este análisis se centra en "mucha actividad muy barata" y, parece mentira, pero, al menos en EEUU, en este punto podría haber más derroche que en el primero.

viernes, 6 de abril de 2018

“El médico me da para tres semanas. ¿Me apunta de urgencias?”








Vuelve el choque de trenes entre los profesionales, los directores de dispositivos asistenciales y los gerentes, la percepción de algunos usuarios y la propia realidad... Lo mejor es comprobarlo: coja el teléfono y solicite una visita con su médico en el centro de atención al usuario y verá cómo, en el mejor de los casos, probablemente le den cita para dentro de bastantes días. Acto seguido intente llamar a su médico para hacerle una consulta por teléfono; seguramente recibirá una llamada del profesional en pocos minutos. Finalmente, acérquese a su centro de salud para que le visiten y comprobará que seguramente le proponen una visita urgente y le atienden en un plazo muy breve.

lunes, 2 de abril de 2018

Pacientes complejos: 10 recomendaciones para políticos y gestores








The Commonwealth Fund y la London School of Economics and Political Science crearon un grupo de trabajo internacional de expertos en la atención a los pacientes con necesidades sociales y sanitarias complejas, con el objetivo de identificar experiencias prometedoras y averiguar cuáles son sus factores de éxito. En el documento "Designing a high-performing health care system for patients with complex needs: ten recommendations for policymakers" se describen las 10 recomendaciones seleccionadas que deberían ser de aplicación universal:

1. Priorizar la coordinación asistencial

Los sistemas deberían incentivar el papel de un/a profesional referente dedicado a coordinar los servicios necesarios, con el fin de que el plan de actuación tuviera un sentido específico para cada paciente. Hay que aclarar que esta recomendación es difícil que genere ahorros, pero en cambio puede aportar más valor al dinero gastado. Probablemente el médico de familia sería el profesional más indicado, aunque hay sistemas que estudian otras figuras para hacerlo.