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lunes, 23 de marzo de 2020

Rápida adaptación de la atención primaria a la epidemia






@varelalaf
La pandemia de coronavirus representa una emergencia sanitaria a la que nunca nos habíamos enfrentado. La elevada contagiosidad del virus, la falta de equipos de protección individual (EPI) suficientes y la reducción de profesionales disponibles debido a bajas por aislamiento o enfermedad, nos han obligado a repensar la organización ordinaria de los equipos de atención primaria. Este replanteamiento debe ayudar a hacer efectiva la respuesta del sistema de salud mediante un plan de contingencia para la detección, contención y tratamiento desde la atención primaria con una respuesta combinada a varias prioridades sanitarias. La atención a las demandas vinculadas con infecciones respiratorias de vías altas debe ser combinada con la atención a pacientes con problemas de salud de otro tipo potencialmente graves y, a la vez, evitar contagios profesionales.


Todos los equipos de atención primaria (EAP) están adoptando diversas estrategias para hacer frente a la pandemia, mantener la atención a los más vulnerables y proteger a los profesionales, por lo que el aprendizaje mutuo de la aplicación de estas estrategias puede ser muy valioso para mejorar la respuesta del primer nivel.




El EAP Castelldefels 2 gestionado por CASAP y que visita en el CAP Can Bou y en el CUAP Castelldefels ha establecido una estrategia basada en la reorganización del equipo de trabajo y la adecuación de sus servicios en función del tipo de demanda. Esta estrategia se puso en funcionamiento el 16 de marzo después de haberla consensuado con todo el equipo.

Nuevo modelo organizativo ajustado a la crisis

La medida más significativa en términos de organización asistencial es la división del EAP en cuatro grupos de trabajo homogéneos. Cada grupo de trabajo está compuesto por 15 miembros: 3 médicos de familia, 4 enfermeras de adultos, 1 pediatra, 3 enfermeras de niños, 1 auxiliar de enfermería y 3 administrativos sanitarios.

Los grupos de trabajo alternan una semana de actividad presencial con otra no presencial. Durante la semana presencial, dos grupos cubren los turnos de mañana (8:00 a 14:30) y de tarde (14:30 a 20:00) de forma deslizante. Los miembros del grupo se mantendrán inalterables a lo largo de las próximas semanas y se evitará el contacto entre grupos. Las habituales sesiones grupales con pacientes (por ejemplo pediatría, memoria, duelo) y entre profesionales (sesiones formativas y clínicas) se han anulado temporalmente.




Organización de la atención presencial

A la entrada del centro, profesionales asistenciales y administrativos evalúan la situación clínica del paciente y determinan tres posibles modalidades de atención presencial según el tipo de demanda:
  1. Problema de salud sospechoso de infección: visita presencial con uso de EPI.
  2. Problema de salud susceptible de gravedad no sospechoso de infección: visita presencial urgente.
  3. Problema de salud leve no sospechoso de infección: atención administrativa (recogida y tramitación de documentos, baja laboral, prescripción farmacéutica).
Las visitas programadas que no se pueden demorar se mantienen, el resto quedan anuladas. Las visitas de atención domiciliaria se mantienen al mínimo necesario, cubriendo paliativos, pacientes crónicos complejos con descompensación y alertas.

La elevada contagiosidad y los cambios rápidos en la situación epidemiológica piden priorización por gravedad. Esto, añadido a los criterios de aislamiento por profesionales que puedan haber sido contagiados, puede determinar la sustitución de un miembro de un grupo o de todo el grupo. Dado el caso, habrá que considerar si es necesario fusionar la capacidad de más de un EAP y concentrar la actividad en un único punto de la ciudad (o barrio, si se trata de una ciudad grande), que funcionaría como "zona caliente" para la atención presencial de aquellos pacientes que lo requieran y se juntaría en una rueda única la atención de grupos de diferentes EAP.

En un fase posterior, se tendrá que adaptar la actividad a las necesidades de la población confinada, tanto en relación a casos positivos (y posiblemente algunos en situación paliativa) como a pacientes afectados de otros problemas de salud y cuya atención no se pueda posponer más. 

Organización de la atención no presencial

Cuando actúan en la semana de atención no presencial, los grupos trabajan desde casa o desde el centro y realizan actividades de seguimiento de pacientes crónicos complejos, comunicación de resultados de pruebas, gestión de bajas laborales, revisión de historias clínicas, etc. La prescripción de medicamentos se realiza preferiblemente vía "La Meva Salut" (el sistema electrónico de historia de salud del paciente). El trabajo social es exclusivamente no presencial. La configuración de estas actividades no presenciales se revisará en base a la experiencia diaria de los grupos de trabajo.

La orientación y proximidad a la comunidad de la atención primaria son dos elementos fundamentales para garantizar la resiliencia del sistema de salud ante la emergencia sanitaria. Por ello es fundamental que el primer nivel tenga la capacidad de adaptarse rápidamente a una situación sin precedentes y adoptar las medidas más básicas de prudencia y seguridad que también deben ser extendidas al ámbito personal y familiar.


Médico de familia.
Director gerente CASAP

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