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lunes, 1 de febrero de 2021

La medicina reflexiva, a propósito de John Launer

Jordi Varela
Editor



How not to be a doctor" es una recopilación de 54 artículos que John Launer había publicado en la revista médica QJM. La "Royal Society of Medicine" lo editó en 2007 y la British Medical Association lo reconoció como libro del año, y ahora hace poco (2018) ha aparecido una nueva edición revisada y con más artículos, de la que me hago eco en este post. John Launer, el autor, es un médico de familia de un barrio pobre de Londres, que cuenta con una especialización como terapeuta familiar y una graduación en literatura inglesa, lo que le sitúa en una posición privilegiada para escribir reflexiones sobre la importancia de la narrativa en la práctica clínica.

En un mundo en el que la medicina se ha convertido en un producto normativizado por un montón de protocolos, guías y códigos, John Launer reivindica el humanismo, la sabiduría, la naturalidad y la espontaneidad. Sus artículos muestran que nada de lo que pasa en el mundo, donde por cierto viven los pacientes, los médicos y las enfermeras, debería ser ajeno a la medicina.

Ser auténtico, intuitivo y espontáneo

Dice Launer que el que los pacientes valoran más de sus médicos es la honestidad y la credibilidad, por encima de otras consideraciones y habilidades técnicas. Una muestra de ello -dice el autor- es la tradicional pregunta que se puede oír en todos los consultorios: "¿Usted qué haría si fuera su madre?". La cual es, en sí misma, una evidencia de la necesidad de conexión humana que tiene toda persona ante un mal trago. Paul Komesaroff, un médico australiano citado en uno de los artículos, en "Uses of Ambiguity", afirma que la comunicación médica a menudo requiere de una preservación deliberada de la incertidumbre. Según Komesaroff, el habla es una aventura compartida de creación y descubrimiento. Por este motivo, Launer insiste en que el médico debe saber cuando ha llegado el momento de echar manuales y protocolos por la ventana, para afrontar, en cambio, el caso mirando a los ojos del paciente y tener, además, el valor de adoptar riesgos, incluyendo riesgos emocionales.

Saber escuchar lo que dicen las personas

John Launer afirma que, en las entrevistas clínicas, los médicos interpretan lo que dicen los enfermos, pero que en realidad no escuchan sus palabras, ni están atentos al montón de mensajes implícitos que hay detrás de las frases, los silencios y los gestos. Aún más, la mayoría de médicos desconectan cuando internamente creen haber llegado a un diagnóstico, o cuando los pacientes les dicen cosas que no encajan con la construcción médica del relato. El autor dice que los enfermos siempre tienen dos historias por contar: la biológica y la biográfica, y recuerda que los médicos deberían saber que son inseparables.

En este sentido, todo apunta a que las cosas no van bien. Petter Aaslestad, profesor de literatura de Trondheim en Noruega estudió una gran cantidad de notas médicas y observó que los médicos casi nunca escriben las frases tal como las cuentan los enfermos. "Dolor en hipocondrio derecho", por ejemplo, es la nota de un médico cuando el paciente le había contado que tenía un dolor sordo en la esquina de abajo de la barriga que le impedía subir al tractor. Es como si el relato de cómo son las cosas de verdad no interesara a la medicina.

Saber incluir al paciente en el relato médico

Una pieza clave de la medicina reflexiva es dejar que los pacientes hablen (el monólogo de los pacientes diría Danielle Ofri). Dejar hablar siempre funciona, porque permite crear una narrativa que da coherencia a síntomas aparentemente desconectados, hechos ocurridos e interpretaciones personales. Dice Launer que hay dos preguntas: "¿A qué lo atribuye?" y "¿Qué espera que haga por usted?" que, hechas en el momento oportuno, abren la puerta a incluir a los pacientes en el relato médico, además de poder intuir pistas de hipótesis diagnósticas impensadas hasta entonces. Dice el autor que si no se da pie a la narrativa real, los resultados suelen ser irreales, o incluso erróneos.

Saber preservar mejor la privacidad

A pesar de ser médico de familia, en algunos de sus artículos, John Launer habla con dureza del trato desaprensivo que los hospitales dan a los enfermos cuando están ingresados. Reclama que estos también tienen derecho a tener entrevistas clínicas en la privacidad de un despacho, sentados y vestidos apropiadamente, y no tener que hacerlas siempre en la cama, medio desnudos y rodeados de gente que no conocen. Launer remarca que si los pacientes ingresados no se pueden mover, o lo hacen con dificultades, los hospitales tienen medios para poderlos desplazar a un despacho, como por otra parte ocurre cuando tienen que ir a hacerse un TAC. Una vez preguntados, los enfermos hospitalizados dicen que el poder de los médicos proviene de la enorme cantidad de privilegios que tienen, incluso los más jóvenes, en relación a los que tienen los pacientes encamados. Los médicos y las enfermeras de los hospitales -dice Launer- deberían ser conscientes de como de humillantes y estresantes son las ceremonias diarias de las plantas de hospitalización y la frialdad informativa que las rodea.

La recopilación de artículos de John Launer es, sobre todo, un regalo de gran nivel literario, y quizás por ello, el autor resulta creíble cuando afirma que más conocimientos literarios y de escritura ayudarían a los médicos a entender mejor sus pacientes.


Jordi Varela
Editor

6 comentarios:

  1. Te leo en el twitter de Salvador Casado. Respondo ahi que su libro, Narrative-Based Primary Care es una joya y "deberia" ser deobligada lectura en primaria, secundaria y terciaria!!!
    Y mi alegria por rescatar y dara a conocer a un excelente autor

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  2. Una gran pena que el estudio de medicina se base casi exclusivamente en la enfermedad, cuando el centro debería ser la persona y su entorno. Luchemos por una medicina más humana!

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  4. ¿El libro está publicado en castellano? parece una joya y me gustaría leerlo con gusto

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    1. Carmen, me sabe mal, pero no. Tendrás que afinar el inglés, el libro se lo merece. Saludos.

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