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miércoles, 29 de abril de 2015

Cambio de imagen de la analítica de sangre







La intersección de disciplinas es un terreno fértil para la innovación. Y no me refiero a las disciplinas clásicas, aquellas que cuentan con facultades o departamentos, sino aquellas que cómo mucho tienen espacio para una asignatura. Son movimientos de pensamiento reciente que gozan de la frescura de lo nuevo y cuya mezcla abren grandes posibilidades. 

Me detendré de una forma práctica en la conjunción del pensamiento de diseño (design thinking) y su vertiente visual (visual thinking) con la atención centrada en el paciente y su derivada sobre la experiencia (patient experience). De la primera, tuvimos una dosis inicial en la columna de David Font sobre nuevos enfoques para implementar mejoras. De la segunda, oiremos hablar en los próximos meses y posts, pues llega con fuerzas renovadas. 


Hace 5 años, la revista Wired publicó “The Blood test gets a makeover” donde se mostraba visualmente el paso por quirófano de tres clásicos informes de laboratorio: la analítica básica, la de riesgo cardiovascular y el controvertido PSA. Centrémosnos en el de la analítica básica. Así es la forma que tenía antes del proceso de transformación, no muy diferente del que utilizamos habitualmente:



El cirujano, en este caso un equipo de diseño con asesoramiento clínico, aplicó las siguientes cinco incisiones:
  1. Ponerle color
  2. Hacerlo más claro
  3. Simplificarlo
  4. Destacar lo relevante
  5. Hacerlo más f á c i l 
Parecen maniobras sencillas cuyo efecto no va a aportar excesivo valor. Pero mejor juzguen ustedes mismos: 


El color y la posición en el gradiente te indica si estás en zona de riesgo alto o limítrofe. Es decir, el informe informa por si mismo. Además, en el área inferior se muestra información sobre los resultados y lo que uno puede hacer (considerar su estilo de vida, abordar cambios de dieta, consultar con su profesional). Sin duda, el informe parece mucho más centrado en el paciente que el anterior y la experiencia del paciente se ve mejorada sustancialmente con tan sólo aplicar estos 5 principios del buen diseño. Cuantos productos y servicios podríamos mejorar siguiendo está aparentemente simple receta.

Alguien dirá que no nos podemos permitir tanta tinta de color. Esperemos que algún día, no muy lejano (y parece acercarse lentamente), no será necesario imprimirlo. Y si este día no llega, siempre se podrá editar en escala de grises!  

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