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viernes, 9 de diciembre de 2016

No lo sé... pero me parece que los tiempos están cambiando







El futuro de la atención sanitaria es un tema que se reproduce de una manera iterativa en muchos debates. Las visiones más académicas o las que parten de la observación de la realidad tienen elementos comunes. El número de profesionales (se necesitarán más médicos y enfermeras, se afirma con rotundidad), hasta qué punto se reducirá el peso del hospital y ganarán protagonismo las intervenciones en la comunidad, la educación sanitaria de la población es muy importante o de qué manera vamos a hacer sostenible un sistema que ha aportado mejoras relevantes durante los últimos años, pueden ser ejemplos de estos lugares comunes de todos los debates.

Todos hacemos predicciones sobre el futuro y cuando las hacemos solemos evidenciar un par de puntos débiles: de un lado muy a menudo partimos de "prejuicios" (según el diccionario de la RAE: Acción y efecto de prejuzgar / Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal) y por el otro nos basamos demasiado en las "suposiciones" (suponer que todo debe evolucionar y que no habrá disrupciones y, muy importante, que sin preguntar ya se sabe el punto de vista del paciente / ciudadano). Hablar del futuro es un poco aventurado. Y al final en muchos de estos debates se proponen más soluciones que no preguntas. Marina Garcés sugiere que, a veces, vale la pena decir "No lo sé". Un "no lo sé" que no quiere decir ignorancia. Un "no lo sé" que significa dar un paso atrás para analizar los problemas con una mirada crítica (conferencia de M. Garcés "inacabar el mundo", en el CCCB, febrero 2016), este espíritu crítico rezuma en todos los capítulos de su magnífico libro "Fuera de clase" (Arcadia, 2016).


Tal vez, antes de definir las soluciones, deberíamos decir "no lo sé" y pensar cuáles deben ser los marcos de referencia del debate. Osaría proponer cinco elementos para definir el marco del debate (todos ellos estrechamente relacionados):
  1. Evitar el adanismo. La tentación de pensar que antes de nosotros no ha existido vida inteligente es un error grave. Kuhn ya nos mostró que sólo se abandona el pasado cuando hay una solución mejor (no antes) y concretar una opción mejor (cambio de paradigma) no es como abrir o cerrar un interruptor, es un proceso. El adanisme nos puede hacer pensar más en soluciones que en la finalidad principal de la medicina: evitar el sufrimiento (The nature of suffering, Eric Cassell NEJM 1982).
  2. La arrogancia moral (sentirse superior por definición) es una mala manera de abordar el futuro. La arrogancia no ayuda a averiguar por donde el vector principal del futuro cuando tenemos que hacer frente a problemas muy complicados (wicked problems). La arrogancia no nos deja ver la perspectiva del otro. Y en el caso de la atención sanitaria, la arrogancia muchas veces no considera la perspectiva del paciente.
  3. El sectarismo (sólo hay un camino), muy relacionado con la arrogancia moral, aunque paraliza más. De caminos tiene que haber muchos para garantizar suficiente variabilidad para sobrevivir (Darwin). Un buen antídoto por el sectarismo puede ser sentir con calma las variaciones Goldberg de JS Bach (1.685-1.750).
  4. Job-to-be-done: Clayton Christensen nos explica con claridad que tenemos tendencia a definir las funciones antes de definir las necesidades. Las necesidades pueden requerir profesionales diferentes, ubicaciones diferentes, actividades distintas a las que hacemos ahora. La innovación no es mejorar, es hacer las cosas de una manera diferente para dar respuesta a necesidades no cubiertas. Un ejemplo: en EEUU la atención urgente a las personas mayores en el domicilio la hacen los "community paramedics". Los "paramedics" son profesionales sanitarios formados para trabajar en el medio extrahospitalario, especialmente en relación con el transporte sanitario urgente con ambulancias. Este profesionales tienen capacidad de hacer un buen triaje y decidir si el paciente tiene que ir al hospital. Las profesiones que tendrán que hacer frente a los problemas sanitarios no se acaban con "médicos y enfermeras".
  5. El síndrome de la varita mágica: el adanisme impide la mirada crítica al pasado, la arrogancia nos hace pensar que las soluciones son muy fáciles y el sectarismo que todas las soluciones se encuentran en un solo lugar. Por eso la tentación de la "varita mágica" es común en el mundo sanitario. Nada es sencillo y todo está muy entrelazado. A veces, deshacer un ovillo requiere más acciones que no estirar un solo hilo.
De afirmaciones rotundas no osaría hacer muchas. Debe ser muy pesado llevar la antorcha de la pureza en una carrera perpetua sin relieves. Ahora mismo, yo sólo me atreviría a decir que el futuro de la atención sanitaria será digital. Y nada más. Digital aplicado a los servicios sanitarios querrá decir que deberán ser personalizados, o tan personalizados como sea posible (la "talla única" no es digital), deberán ser inteligentes (esto quiere decir que tendrán que utilizar toda la información disponible para adelantarse a las necesidades de las personas) y deberán ser inmediatos en cualquier lugar. Estas características harán cambiar las profesiones sanitarias y la organización asistencial. Y todos estos cambios generaron tensiones éticas entre el "yo" y el "nosotros": la personalización y la salud comunitaria. Siguiendo a Marina Garcés, me gustaría pensar que estos cambios sólo se podrán hacer (o sólo se deberían hacer) en un "mundo común", un "mundo común que no podrá ser reducido a un solo mundo".

Acabo. No descubro nada nuevo. El Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, ya lo decía en 1964: los tiempos están cambiando.

Come writers and crítics
Who prophesize with your pen
And keep your eyes wide
The chance won't come again
And don't speak too soon
For the wheel's still in spin
And there's no telling who
That it's naming
For the loser now
Will be later to win

For the times they are a-changing



NOTA: en otro post podemos discutir si el talento de Bob Dylan es equiparable al de Gabriel García Márquez (en relación con el Nobel) o al de Jorge Luis Borges (en relación con la literatura)... pero eso es harina de otro costal.

2 comentarios:

  1. .
    De acuerdo.
    Individual y centrado en ese individuo en su entorno y en su tiempo.
    Integral y longitudinal a la vez.
    .

    ResponderEliminar
  2. .
    De acuerdo.
    Individual y centrado en ese individuo en su entorno y en su tiempo.
    Integral y longitudinal a la vez.
    .

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