La información es clave para fomentar la participación de los pacientes en la gestión de su salud. En este blog se han tratado varias estrategias e instrumentos para abordarlo, pero hoy me quiero centrar en los Personal Health Records (PHR), una herramienta aún no muy extendida pero con mucho potencial.
Como bien se describía en este post, son plataformas con información clínica necesaria para que las personas tomen decisiones que afectan a su salud. Aglutinan desde informes de alta hospitalaria, de urgencias o de resultados de laboratorio hasta herramientas para la programación de visitas o control de medicación. Es evidente que su desarrollo no ha sido fácil por las dificultades que conlleva la conexión con la historia clínica electrónica, la diversidad de proveedores y los retos de la interoperabilidad.
Los PHR pueden incluir también otro aspecto, desde mi punto de vista cada vez más importante: datos generados por los propios pacientes. Se trata de la monitorización de variables (peso, glucemia, tensión arterial, ejercicio físico...) que toda la ola de los conocidos wearables facilita extraordinariamente.