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lunes, 18 de noviembre de 2019

Cinco errores a evitar para no colapsar tu consulta este invierno








By Gemma Torrell
Llega el invierno y, con él, la tormenta perfecta se instala en tu consulta: pacientes programados saturando la agenda, visitas forzadas que no pueden esperar, demandas domiciliarias improrrogables y, sobre todo, una creciente sensación de caos, estrés y colapso general. ¿Te suena? El descenso de las temperaturas y la aparición de enfermedades estacionales ponen al límite al sistema sanitario, que en ocasiones llega a colapsarse.

Pero, ¿estamos bien dimensionados para abordar la epidemia o siempre caemos en los mismos errores? En este post abordaremos cinco errores que jamás deberíamos cometer a no ser que no nos importe la implosión de nuestra organización o de nuestra consulta. Vamos allá: 


Error #1: No definir un periodo de alta demanda. 

Más allá de la intuición, ¿de verdad tienes claro cuándo empieza la epidemia gripal? Si consigues definir anticipadamente un periodo de alta demanda que incluya medidas de choque en tu organización, paliarás el impacto epidémico. Existen sistemas de vigilancia epidemiológica que aglutinan resultados de las muestras de pacientes remitidas desde la red de médicos centinela repartidos por un determinado territorio. A través de informes semanales conocemos la tasa de incidencia de gripe o la distribución virológica por edades y todo ello permite elaborar un modelo predictivo preciso capaz de establecer cuándo llegará la epidemia y su duración. 

Este periodo de alta demanda disparará las visitas clínicas, por lo que, teniendo en cuenta el comportamiento histórico de nuestra organización, deberemos ajustar a la baja nuestra oferta de visitas de cita previa previsibles para adaptar la organización a la alta demanda imprevisible diaria. 

Error #2: No implicar a tod@s en la resolución de la demanda. 

¿Se trabaja realmente en equipo en la atención primaria? La respuesta seguramente admitiría muchos matices, pero nadie pone en duda que hacer frente a la demanda aguda es cosa de todos y cada uno de los miembros de un equipo de salud. La sensibilización de todos los estamentos de un equipo de atención primaria a través de un trabajo previo al inicio del periodo epidémico es el factor clave, puesto que todas las fases del proceso (detección, priorización, programación del paciente y resolución de la patología) son cruciales. 

Existen diferentes fórmulas que pasan por la formación y el training tanto de los profesionales que reciben al paciente como de las enfermeras que necesariamente deben participar en la resolución de la patología aguda de baja complejidad. Definir previamente cuales son los circuitos de trabajo y regular la interacción entre los diferentes profesionales aporta efectividad al proceso y beneficia la resolución de la patología aguda del paciente por parte del equipo de salud. 

Error #3: El abandono del paciente crónico. 

¿Por qué esperamos a la descompensación del paciente crónico para atenderlo? El sistema sanitario dispone de unidades de cronicidad, de unidades de prehospitalización colideradas por atención primaria y dispone también de enfermeras gestoras de casos que trabajan para la coordinación entre los diferentes niveles asistenciales. Pese a ello, los pacientes más frágiles susceptibles de descompensación quedan paradójicamente en stand-by en periodo epidémico

Cada equipo de salud debería haber definido una ruta de atención para el control de los pacientes susceptibles de descompensación y debería intensificar los contactos de manera preventiva y estructurada. Para ello, el papel de las enfermeras gestoras de casos es crucial. El modelo de seguimiento admitiría las clásicas visitas presenciales o telefónicas, pero también la monitorización de datos aportados por el paciente a través de la consulta electrónica

Error #4: No intensificar la actividad domiciliaria aguda. 

¿Organizamos bien nuestra atención domiciliaria aguda? A través de los sistemas de vigilancia epidemiológica podemos conocer el incremento de la actividad domiciliaria que suele producirse debido a la imposibilidad del paciente de desplazarse por síntomas invalidantes o descompensaciones de su patología de base.

Por un lado, en el periodo epidémico es conveniente dimensionar la actividad domiciliaria aguda sobre la base a las series históricas de nuestros dispositivos y, si es necesario, intensificar los recursos destinados a hacer frente a esta realidad sacrificando parte de nuestra actividad ordinaria. 

Pero, ¿aporta valor mantener el mismo modelo de atención domiciliaria aguda desde hace décadas? Seguramente no. En la mayoría de casos, la demanda aguda domiciliaria no dista demasiado de la demanda aguda domiciliaria presencial y, con el tiempo, este rol clásicamente atribuido al médico de familia podría virar progresivamente hacia el colectivo de enfermería por su alto potencial resolutivo. 

Error #5: La rigidez de los permisos.

¿Y si cambiamos nuestras vacaciones? En general, las herramientas de gestión en las organizaciones sanitarias, especialmente en entornos públicos, se regulan por un ciclo de presupuestos cerrados anuales que acaba el 31 de diciembre, justo cuando se produce la tasa más alta de gripe. La política de contratación se apalanca y parte del personal flotante eventual finaliza su contratación en el momento en el que resulta más necesario.

Por otra parte, el sistema de permisos de los profesionales sanitarios suele ser hermético y obliga a consumir el remanente de días libres en pleno pico gripal, generando una situación paradójica: la organización da días libres cuando más necesidad de profesionales requiere.

La fórmula de la autogestión y del pacto entre la organización y los profesionales siempre funciona y es una excelente estrategia para flexibilizar la política de permisos y alcanzar el equilibrio necesario. 

Sin duda, la gestión del periodo de invierno es compleja y supone un stress test para el sistema sanitario, para los pacientes y también para los profesionales que trabajan en él. Nuestra obligación es afrontar este periodo crítico con medidas realistas y evitar los errores habituales cometidos en el mismo momento del año anterior aportando medidas innovadoras. ¿Qué podemos perder por intentarlo? Simplemente recuerda que quien no planifica está planificando un gran fracaso

5 comentarios:

  1. "la organización da días libres cuando más necesidad de profesionales requiere."

    Esto se puede matizar, la organizacion da dias libres todo el año, pero el profesional se los "guarda" para cogerselos en Navidad/Reyes etc.

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  2. Incrementar el presupuesto para la Atención Primaria (entendida como Equipos de Atención Primaria) hasta el 25% del gasto en el Sistema Sanitario.
    Recuperar la dotación de personal (médicas, enfermeras, personal administrativo y trabajadoras sociales) que los EAP tenían en 2010.
    Entre otras medidas.

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  3. La enfermera hoy en día está muy bien formada y capacitada para poder resolver aquella patología aguda de poca gravedad. Sin embargo, y, en mi opinión, generalmente la medicina de primaria se olvida, a menudo, de que nosotras tenemos un trabajo propio y que también aumenta en época gripal. Por lo general, se nos exije cada vez más responsabilidad pero por el mismo precio. Ante el problemón que tenemos para hacer frente a tanta demanda, quizá no habría que mirar al compañero para sobrecargarlo aún más de lo que está. Encima de tener que soportar recortes a todos los niveles...la enfermera deberá diagnosticar y resolver las visitas sean presenciales o domiciliarias... Pero ojo... Todo por el mismo precio... O sea 4 duros... Venga ya..

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  4. Queridos compañeros: tuve la oportunidad de conocer este blog hace unos dias en GRanada tras una intervención de Jordi VArela. Soy Director de Cuidados de un Distrito enorme como es el GRanada-Metropolitano y, tras 30 años de actividad asistencia, puedo afirmar que el potencial de enfermería es ENORME y un valor del sistema que debiera potenciarse. Sólo necesito que lo entiendan así. Los pacientes se "desnudan" ante nosotros y nos muestran todo su "dolor", y les aseguro que, una vez ganada su confianza (al igual que con todos) nos quieren y asumen "nuestros tratamientos" porque saben que es fruto de la colaboración medico-enfermera. PIENSO QUE NO HAY LUCHA DE PODER. SON NUESTROS PACIENTES. El poder es el que nuestra sabiduría sanitaria "colaborativa" nos impulsa a cuidar y tratar a nuestros pacientes.

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