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lunes, 17 de mayo de 2021

El tiempo en la mirada

Soledad Delgado
Velo de flor



Muchos días me sorprendo a mí misma mirando fijamente un teclado, sin levantar la cabeza, aporreando rápidamente las teclas para no dejar detalle atrás, afanándome en realizar una historia clínica completísima –muchas veces tan completa que con ella se podrían escribir varios capítulos de un libro– de un simple dolor de muelas. Exprimiendo hasta el último segundo mientras veo como el listado de pacientes crece cada vez más. 

Y al levantar la mirada, me cruzo con la realidad, con unos ojos que me miran a veces con una mezcla de miedo y duda, con un cuerpo que es más que un nombre en un listado y con una historia que va más allá de un registro en la historia clínica. Como afirma John Launer, los enfermos siempre tienen dos historias que contar, la biológica y la biográfica, y nosotros, los médicos, debemos saber que ambas son inseparables. Hay días que, de forma inconsciente, o muy consciente, intento no cruzarme con esa mirada, mecanizar las preguntas, controlar mis movimientos y no salirme del protocolo establecido. Ese es el día en el que, mirando a los ojos del paciente, me domina el miedo a decir esa frase de la que puede depender todo: “Cuénteme qué le sucede, ¿qué puedo hacer por usted?”

Como médico, he nacido y crecido en un servicio de urgencias, ese lugar donde el tiempo es un segundo o una eternidad. Donde aprendes a historiar rápido, explorar rápido, diagnosticar rápido, pero… nadie te enseña a gestionar el tiempo en la consulta.

La gestión del tiempo en urgencias es fundamental. Están perfectamente establecidos los criterios de calidad para la atención urgente de pacientes según su prioridad: al paciente en situación crítica hay que verlo al instante, al prioritario en menos de 15 minutos, pero ¿quién determina cuánto tiempo hay que dedicarle a cada paciente? ¿Cómo se decide quién necesita más y quién menos? 

La pandemia ha “limpiado” los servicios de urgencias de gran cantidad de patología banal que restaba tiempo a lo que realmente era importante, pero también a la no banal: comparando las cifras de asistencia a pacientes críticos en un hospital comarcal, como es el mío, en los años 2019 y 2020, los pacientes críticos atendidos en urgencias han disminuido en un 32,5% (cifras extraídas del cuadro de mando de los servicios de urgencias hospitalarias de Andalucía). Y este dato no es una buena señal. 

¿Ha servido de algo esta disminución de la carga asistencial de urgencias con respecto al tiempo dedicado al paciente? Prácticamente en todos los hospitales de Andalucía ha mejorado el índice de eficiencia en urgencias (índice de Martina) que indica que ha aumentado el tiempo de asistencia directa al paciente con respecto al tiempo de espera sin asistencia. Aun así, me sigue asaltando la duda de si es un tiempo suficiente y, sobre todo, si es un tiempo de calidad. 

El tiempo, eso tan importante que nadie nos enseña a usar, tenemos que aprender a gestionarlo solos. Ahora, después de unos cuantos años, me sorprendo tecleando con prisa un ordenador, pero también me sorprendo levantando la cabeza, mirando a los ojos al paciente y diciéndole: “Cuénteme qué le sucede, ¿en qué puedo ayudarle?” Porque tenemos que dar tiempo al paciente para hablar, el monólogo de los pacientes, que diría Danielle Ofri, y darnos el tiempo necesario para escuchar y aprender a establecer un nuevo sistema de prioridades según cada persona. Tras el dolor, la fiebre, el ahogo, existe una mirada que refleja una vida y unos sentimientos, que guarda una historia que contar. Y cada mirada necesita su tiempo. 

20 comentarios:

  1. Mágnifica reflexión que debe de redundar en la humanización de nuestra asistencia en el Servicio de Urgencias de cualquier hospital y centro de Atención Primaria.

    Enhorabuena Soledad!!

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    1. Muchas gracias Jose. Al fin y al cabo el humanizar comienza por algo tan básico como escuchar al paciente. Me alegra que te haya gustado. Poco a poco iremos poniendo nuestro granito de arena en esos servicios nuestros de Urgencias, en los que a veces nos perdemos y nos alejamos del paciente. Un saludo

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  2. Me ha encantado tu forma de expresarlo. Es bueno recordar ésto en cada momento. Enhorabuena. Un abrazo

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Es muy importante no olvidar lo importante que es escuchar y mirar a nuestros paciente, algo tan sencillo como eso, y que en nuestra rutina y prisa diaria, alguna vez olvidamos. Un saludo

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    2. Sole eres una gran doctora,persona..compañera y amiga.. no conocía tu faceta de escritora y has conseguido que se me erice el vello.Muy bien expresado!Eres una crack! Un besote guapa!

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    3. Muchísimas gracias! Me alegro que te haya gustado!

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  3. Equilibrio entre tecnología e intuición, entre conocimiento y contacto. Una labor admirable la de los médicos de Urgencias. Mi mayor respeto para vosotros.

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    1. Muchas gracias Sofía. Me alegro que te guste. Para mí, el trabajo más bonito, el contacto estrecho con el paciente. Pero también es muy complicada la gestión del tiempo. Cuanto más años pasan, más me doy cuenta de la importancia que tiene el saber encontrar ese equilibrio del que hablas. Un saludo

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  5. Me agrada, como posible usuaria, ésta reflexión sobre eficiencia y humanización. Como profesional de urgencias lo veo compatible, cuando miramos al Ser humano que lleva puesto el órgano dañado. Enhorabuena Sole porque me consta que tú miras así.

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    1. Muchas gracias María. Me gusta que lo veas desde ambas perspectivas. Es importante saber que, aunque la mayor parte del tiempo lo pasemos en un lado de la mesa, hay veces que nos podemos encontrar en el otro lado, y también querremos ser mirados y escuchados

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  6. Me encanta Sole el como transmites la realidad ,es una reflexion excelente ,se da el tiempo nwcesario segun la prioridad? Cada uno tenemos nuestra historia y nuestros miedos y cuando acudimos queremos esa humanidad y encontrar esa mirada que te transmita tranquilidad , que te escuchen y que te dediquen ese tiempo . A mi me consta que tu miras y escuchas , eres gran profesional y gran persona

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    1. Muchas gracias. Bueno, yo creo que muchos nos sentimos identificados con el post. Sin duda, el tiempo, ese tesoro, nunca es suficiente y son muchas las veces que me pregunto si he dedicado el tiempo adecuado y con calidad. Intento mirar y escuchar, pero hay veces que cuesta, sobre todo cuando nos dejamos llevar por lo que ordena un reloj y no por lo verdaderamente importante, que es el paciente.

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  8. He sido un médico que he parecido poco parsimonioso durante toda mi carrera profesional. Con esto, quiero decir que pienso que una menor atención médica, conduce a resultados clínicos superiores. Esta es mi filosofía de la práctica médica. Otros médicos que ven el mundo de manera diferente, seguro que me desafiarían sugiriendo que les niegue a los pacientes las pruebas de diagnóstico y los tratamientos necesarios. Personalmente, creo que tengo el mejor argumento, pero ellos también.
    Los médicos de urgencias debemos de practicar el mismo estilo de medicina que a todos nos enseñaron durante nuestra formación médica. Realizar un historial clínico completo (la santa anamnesis) , realizar una exploración física y luego, hacer las recomendaciones adecuadas.
    Los médicos, al ser miembros de la especie humana, no somos perfectos. No es nuestra tarea probar todos los diagnósticos imaginables en una visita. Si un médico de urgencias, o cualquier médico, cree que el malestar abdominal del paciente se debe al estreñimiento, hay que tratarlo en consecuencia y organizar un seguimiento adecuado en la consulta externa o de primaria. No empecemos una cascada de exploraciones solo porque no puede excluir la apendicitis con un 100% de certeza. Cuando aspiramos a la perfección, nos enfocamos en nuestra propia profesión y podemos llegar a la parálisis por tanto análisis.
    La lucidez en el mundo sanitario, entendida como la capacidad de comprender las cosas, no puede ser individual. El lúcido aislado puede ser un genio (no pasa todos los días), pero en muchos casos se convierte simplemente en un iluminado. La lucidez es la suma de muchas ideas, en el marco de un proceso crítico e iterativo, que lleva a comprensiones provisionales de la realidad. La suma de lucidez ayuda a identificar los temas importantes y a elegir el camino adecuado, por eso, incluso, en Urgencias, hay que jugar en equipo. No pienso que en la sala de urgencias se necesite un libro de jugadas diferente. Solo se necesita jugar de manera diferente.

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    1. Muchas gracias Paco por tu comentario y tu aportación. Estoy muy de acuerdo con la importancia de la realización de una buena historia clínica y exploración. Como decía mi compañero Andrés Fontalba hace unos días, en esta era tan tecnológica , en la que podemos pedirle a una maquina que encienda o apague la luz o ponga una u otra música, no sería descabellado, tener un sistema similar, que recogiera la anamnesis, lo que nos cuenta el paciente. Posiblemente así, gestionaríamos mejor nuestro tiempo en la consulta, permitiéndonos apartar un poco la mirada de la pantalla para mirar lo realmente importante, el paciente.

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  9. Muy oportuna y adecuada tu reflexión, creo que siempre hay que buscar y mantener la mirada. La humanización en la asistencia sanitaria debe estar presente en todos los gestos que realizamos en la atención del paciente. Preciosa la frase que indicas de “cuénteme lo que le sucede, ¿en que puedo ayudarle?. El paciente acude buscando nuestra ayuda, bien de atención médica o en algunos casos, nuestra ATENCIÓN sin apellidos, esa es la base de nuestra profesión, escuchar, no oír. Esta asistencia demandada precisa de TIEMPO y, como cuando estamos con nuestros hijos (y no me refiero a una actitud paternalista ante el paciente), debe ser un tiempo de CALIDAD. Gracias Soledad por recordar la base HUMANISTICA, de esta profesión, algo que nunca debemos olvidar.

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    1. Antonio, muchas gracias por tus palabras. Es una cosa tan obvia, la necesidad de ATENDER a nuestros pacientes, que a veces olvidamos que esa atención es un concepto muy amplio, como bien dices, cuando hablamos de ATENCIÓN sin apellidos. La presión diaria, la prisa, hace que podamos perder esa capacidad de ver más allá. La mirada, la escucha, el lograr transmitir que están siendo atendidos de una manera global es tan importante y muchas veces tan curativo como los medicamentos. Irremediablemente esto necesita , no tiempo en cantidad, sino tiempo de calidad. Somos MÉDICOS...qué bonita profesión! Si olvidamos que nuestro pacientes son cuerpos pero también H-almas ( humanidad-historia) dejaremos de ser médicos y nos convertiremos en otra cosa. Nunca debemos perder la esencia de lo que es la MEDICINA con mayúsculas.

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