Home sweet home y algunos aprendizajes más

Un  reciente artículo de New England Journal of Medicine, explica que el Departamento de Salud de Victoria, Australia, anunció, en 2010, la construcción de un hospital de 500 camas sin utilizar ladrillos. Este hospital virtual ingresa actualmente 33.000 pacientes al año. Y el párrafo introductorio del artículo acaba preguntando: ¿Cuál ha sido el increíble avance tecnológico que lo ha permitido? La atención del paciente en su domicilio. 

Sigamos sin salir de casa. Recuerdo un "tweet de la semana" de Jordi Varela donde introducía la experiencia de Buurtzorg Netherlands, la empresa holandesa de atención a domicilio, analizada como un caso de éxito por King’s Fund. Recientemente él mismo, en una jornada de la Sección de Gestión Clínica de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria, nos acercaba la experiencia a través de su Director General, Jos de Blok, como paradigma de innovación de éxito. Veamos el porqué.

Buurtzorg Netherlands, a partir de un equipo inicial de 4 enfermeras en 2006, cuenta en la actualidad con 8.000 enfermeras que atienden más de 65.000 pacientes de toda Holanda y de países como Japón, Suecia, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos. Sus profesionales se organizan en equipos de 12 enfermeras que disponen de una población asignada. Un mínimo equipo directivo y un pequeño back office para la gestión administrativa completan la plantilla. 

Su crecimiento y extensión son muestra inequívoca del éxito, corroborado con sus excelentes resultados en las encuestas de satisfacción de los pacientes y con el hecho de ser nombrado el mejor empleador de los Países Bajos durante diferentes años. Los factores clave destacados, en diferentes revisiones de la experiencia, son: 

• Pequeños equipos con autonomía en la toma de decisiones que fomentan la creatividad.
• Agilidad y capacitación de los equipos que dedican tiempo de calidad a los pacientes en favor de su empoderamiento y facilitan la conciliación del trabajo de los profesionales con su vida personal.

Sin salir de casa, vayamos a la realidad de nuestro sistema sanitario. Creo que el domicilio ya no se cuestiona como espacio ideal, en muchas situaciones, para la atención al paciente. Pero seguimos con una organización fragmentada con programas domiciliarios gestionados por la atención primaria, otros por los hospitales y líneas especializadas en la atención paliativa o en la atención de pacientes con oxígeno a domicilio cubiertas por otras instituciones. ¿Podríamos juntar a todos los profesionales de las distintas instituciones que trabajan en un determinado territorio y que se organizasen, a modo Buurztorg, en equipos autónomos de 12 enfermeras con una población asignada? ¿Y trabajar sin directivos e instituciones que dedican gran parte del tiempo a discutir de dónde deben depender los recursos y luchan por asegurar su cuota de poder?

En el Hospital Clínic de Barcelona estamos trabajando en el Plan Estratégico de los próximos años centrado en los pacientes, su razón de ser, y los profesionales, su motor. Aumentar la satisfacción de ambos pasa, seguro, por romper modelos organizativos jerárquicos tradicionales y por generar espacios de participación creativa donde tengan cabida todos los profesionales. Buurtzorg Netherlands es, sin duda, una fuente de inspiración.