Páginas

viernes, 2 de julio de 2021

Transparencia y rendición de cuentas: diez puntos clave para un buen modelo

Cristina Adroher
Desde el backstage



La escasez de experiencias de transparencia y rendición de cuentas en el ámbito sanitario en el contexto internacional pone de manifiesto que queda mucho por avanzar. Este es uno de los mensajes del recién presentado Estudio sobre la publicación de resultados en el SNS: bases para un modelo, que realiza una revisión sistemática de los procedimientos de rendición de cuentas existentes en España y en otros países y plantea las bases de un modelo ideal para el Sistema Nacional de Salud (SNS).

La rendición de cuentas implica hacer visible el proceso de toma de decisiones, el método aplicado y los resultados obtenidos. Esta accountability tiene efectos a diferentes escalas: macro (gobierno, parlamento y otras instituciones), meso (aseguradoras, centros sanitarios y unidades dentro de una institución) y micro (profesionales sanitarios y pacientes). Ejerce un impacto en la salud de la población a través de las políticas, de la gestión de las organizaciones y de la práctica clínica aumentando la productividad y mejorando los resultados en salud. Es un factor clave para que la inversión pública sea acertada, los recursos humanos sean los más cualificados, los costes de provisión de servicios sean menores y se estimule la competencia por la comparación de resultados. En este contexto, el estudio anteriormente mencionado da algunas pistas de los puntos clave para un buen modelo de transparencia y rendición de cuentas: ¿qué características debería tener este modelo ideal?

  1. Iniciativa pública: llevada a cabo por una organización gubernamental (a diferencia de modelos promovidos por fundaciones o asociaciones de pacientes).
  2. Organismo independiente: ejecutada por un ente ajeno a las instancias evaluadas.
  3. Resultados de atención sanitaria: los indicadores deben incluir resultados de desempeño de los servicios y no únicamente de estado de salud.
  4. Resultados de gestión: deben publicitarse indicadores sobre la utilización de los recursos en función de datos sobre costes, productividad y uso de dichos recursos.
  5. Registros administrativos: el origen de la información con la que se construyen los indicadores debe provenir de registros obligatorios. 
  6. Web y datos abiertos: la fuente en la que puedan consultarse y compararse los resultados tiene que ser amigable y de fácil acceso. Deben poder descargarse en formato de datos abiertos.
  7. Formato sencillo y visual: la información debe presentarse de forma fácilmente comprensible para el público general.
  8. Gratuidad: el acceso a la información relativa a los resultados de los prestadores de servicios del sistema de salud debe ser gratuita.
  9. Enfocado a profesionales y ciudadanía: la iniciativa tiene que estar dirigida tanto a profesionales como a la ciudadanía.
  10. Implicaciones sobre política sanitaria: la iniciativa informará de los resultados a partir de los cuales se toman decisiones de política sanitaria y de gestión de los recursos.

Cataluña fue pionera en España y Europa publicando, en el año 2012, los resultados nominalizados de los hospitales en la Central de Resultados. Pero, además de esta, existen otras experiencias destacadas de las que se pueden “copiar” las mejores prácticas como las del NHS y Australia

La sociedad reivindica cada vez más una mayor transparencia por parte de la Administración en la toma de decisiones y en la rendición de cuentas del uso de recursos públicos. Por ello es imprescindible fundamentar las políticas en la evaluación y la accountability a fin de garantizar que los objetivos establecidos se cumplen y que, por lo tanto, se realiza una asignación eficiente de los recursos disponibles. La evaluación de las políticas públicas permite mejorar su implementación y ejecución, medir su coste de oportunidad y rendir cuentas ante la ciudadanía. Así, los sistemas sanitarios deberían explicar qué hacen, cómo lo hacen, con qué recursos y qué resultados obtienen.

1 comentario:

  1. Buenas tardes Cristina
    Conceptualmente tu exposición es impecable e imagino que cualquier gestor clínico estará totalmente de acuerdo contigo, pero desafortunadamente los meso y microgestores tenemos escaso o lento margen de maniobra o mejora en estos aspectos. Nosd topamos co la rigidez e inmovilismode la sanidad pública en muchos aspectos, el más marcado, el de la gestión eficiente y racional de los recursos humanos, una de las claves de las mejoras potenciales, no podemos seleccionar personal por perfil o gestionar el talento para puestos clave o críticos. Tampoco se han desarrollado sistemas mixtos de gestión seleccionando lo más positivo de los sistemas público y privado ni apenas se han potenciado las unidades transversales de autogestión, siendo aun muy preponderantes los servicios jerarquizados y la verticalidad, así como la escasa integración entre estamentos profesionales y niveles asistenciales.
    Con esto no quiero transmitir pesimismo sino realidad actual, que espero que no se mantenga de manera indefinida. La transformación del sistema sanitario de cara a generar asistencia de valor y eficiente pasa por un cambio de mentalidad y orientación partiendo de la macrogestión y ejecutándose desde la meso y microgestión
    Un cordial saludo
    JM Campos

    ResponderEliminar