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lunes, 20 de mayo de 2019

ICHOM y Right Care marcan tendencia entre los gerentes








En la conferencia inaugural del último congreso de hospitales de SEDISA, Martin Ingvar (Karolinska Institutet) explicó cómo, mediante la metodología de ICHOM, la percepción de los pacientes debería influir en la forma en que se gestionan los recursos clínicos (si no está al corriente de qué es ICHOM, le recomiendo visitar "Midiendo la efectividad y el valor de la práctica clínica") y, para profundizar en la materia, portavoces de cuatro hospitales universitarios españoles mostraron cómo estaban introduciendo la nueva perspectiva en sus respectivos centros. Si a esto se suma que, en las últimas jornadas de la Fundación Signo, el principal conferenciante invitado fue Jens Deerberg-Wittram, uno de los fundadores de ICHOM, huele que algo positivo está empezando a pasar en el rígido mundo de la gestión de los servicios sanitarios.


Para entender este viraje de los gerentes, convendría hacer un poco de historia. En 2006 Shannon Brownlee publicó "Overtreated" y Michael Porter "Redefining Healthcare", y en 2007 un grupo de investigadores australianos y británicos editaron, "Testing treatments". Todo ello configuró un clamor de críticas a una provisión de servicios sanitarios basada en el consumo, en vez de hacerlo en el valor. La cuestión es que hace algo más de diez años, de manera sutil, y en pequeños círculos, se fue introduciendo el concepto porteriano de valor como la percepción que las personas tienen de la efectividad en relación al coste del proceso.

Una década más tarde, en 2017, The Lancet publicó el monográfico "Right Care", en el que sus editores, Sabinet Kleinert y Richard Horton, definieron el nuevo concepto como la atención sanitaria que aporta más beneficios que efectos no deseados, que tiene en cuenta las circunstancias de cada paciente, sus valores y su manera de ver las cosas, y que, además, se sustenta en la mejor evidencia disponible y en los estudios de coste-efectividad. Donald Berwick, en el mismo monográfico, afirmó que las prácticas clínicas de bajo valor pueden representar entre el 25% y el 33% de los gastos sanitarios de todos los países del mundo, despilfarro que afecta de manera transversal a la provisión pública y a la privada.

Resumiendo, los gerentes siempre han tenido que preocuparse por la eficiencia, la calidad y la accesibilidad, pero ahora empiezan a preguntarse por el valor generado por tanta actividad y tanto gasto. Parece, por tanto, que se está abriendo un nuevo entorno para potenciar las prácticas de valor y para incorporar la experiencia de los pacientes a todos los niveles de las organizaciones.

La mala noticia es que a las consejerías de salud, atrapadas en delicados equilibrios políticos, no se las ve en disposición de favorecer ningún avance en este sentido, lo que implicaría que deberían desregular los excesos reglamentísticos, además de tener que revisar la dirección por objetivos y el modelo de financiación.


Jordi Varela
Editor

1 comentario:

  1. Hay una pregunta crítica que enfrento a los Gerentes, que tampoco es claramente respondida entre los profesionales, que es: ¿Cuál es la unidad de tu negocio? ¿Exactamente cómo puedes saber que lo que haces suma y no resta? Comienza el titubeo ¿Salud?, ¿Servicio?, ¿Visitas?, ¿Demanda?, ¿Morbilidad?, ¿Efectividad?, … He ahí el problema. El titubeo muestra lo perdido que secularmente está el Sistema y, por tanto, lo preso que está de la última moda de gestión anglosajona.
    No tener clara la Meta, ni los Resultados esperados ¿Atender?, ¿Entretener?, ¿Asistir?, ¿Controlar?, ¿Resolver?, debiera ser el primero de los objetivos del profesional, gestor y Sistema, o, mejor, en sentido contrario, pues la calidad y el objetivo es una cuestión estratégica, que se instaura de arriba a abajo.
    Si ya sabes que lo tuyo es la RESOLUCIÓN DE LAS NECESIDADES SANITARIAS EXISTENTES, DE LA FORMA MÁS EFECTIVA, EQUITATIVA Y SOSTENIBLE, olvidas que lo tuyo son las Visitas, comprendes que la Demanda, no es lo que hay, sino Lo Atendido / Lo Esperado, que el verbo es RESOLVER (No atender, controlar, asistir, engtretener...) que la Eficiencia no es Lo hecho / lo consumido, sino lo Resuelto de lo Existente / lo consumido, que es muy distinto, y reconoces que la Unidad de tu negocio es la NECESIDAD SANITARIA EXISTENTE(no la demandada, o expresada, o atendida), en base epidemiológica y poblacional, y comienzas a gestionar recursos al respecto.
    La cuestión es crítica pues sin el marco de referencia de LA NECESIDAD SANITARIA EXISTENTE, cualquier comportamiento puede ser tachado de excelente y nunca te dispondrás a cambiar el foco, el comportamiento y la autopercepción, siempre tan complaciente, en perjuicio general. De "La Sanidad Eludida". Ángel Ruiz Téllez

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