"Better health
por dollar spent" es la celebrada frase de Michael Porter que resume, como
ninguna otra, el espíritu de la orientación actual de la gestión clínica.
Porter es un profesor de la Harvard
Business School reconocido a nivel mundial por sus trabajos en estrategia y
competitividad de empresas. Este profesor sorprendió al mundo de los servicios
sanitarios cuando en 2006 publicó "RedefiningHealth Care", un libro en el que el autor ponía el dedo en la llaga
del sistema sanitario norteamericano, cuando afirmaba que no entendía la
organización en especialidades que tenían poco que ver con las necesidades de
los pacientes, que tampoco comprendía cómo era que no existieran indicadores
que midieran el valor que la "industria sanitaria" aportaba a la
salud de las personas, ni que las actividades clínicas se remuneraran por
volumen de trabajo hecho, al margen de los resultados de salud conseguidos.
En un artículo en
JAMA en 2007, Porter afirmó que la competitividad en valores es la base de la
economía, y que en el sistema sanitario sólo los médicos pueden conseguir, si
se lo proponen, que las actividades clínicas tengan un sentido final, y no un
sentido en sí mismas.
Por este motivo, en
este trabajo, el profesor anima a los médicos a que tomen conciencia de que
tienen que repensar lo que hacen en base a los tres pilares siguientes:
- El objetivo principal de la actividad clínica es mejorar la salud de las personas
- La práctica clínica se debe reorganizar en función de los diagnósticos de los pacientes y de los ciclos propios de las enfermedades
- Los resultados, ajustados por riesgo y por costes, se deben medir
Leídos así, seguro
que les han parecido tres consejos obvios. Todo el mundo los firmaría. Pero si
se fijan bien, tras un aparente minimalismo, cada sentencia esconde las llaves
de un replanteamiento en profundidad de todo lo que hacemos, y de cómo lo
hacemos.
Para ilustrar (que
no resumir) esta, todavía, nueva manera de ver las cosas, a continuación he
elegido seis "perlas porterianes" procedentes del artículo citado:
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Discusión
La situación real,
por ahora, es que disponemos de un modelo que cuando se jerarquizó (años 50-60
en nuestro país) trasladó las jerarquías de las cátedras de las facultades a
los organigramas de los hospitales. Y hay que admitir que esto conllevó
modernidad a los nuevos hospitales del "seguro" en contraposición al
modelo vigente por entonces, que era rancio y poco dotado para dar respuestas a
la emergente medicina moderna.
Luego vino la
estructuración del sistema (años 80), con la aparición de la reforma de la
asistencia primaria y la posterior reforma de la atención especializada. Y esto
también fue bien. Aportó orden y proximidad.
A pesar de estos
éxitos históricos, ahora, con el envejecimiento poblacional y la aparición con
fuerza de la cronicidad y de la fragilidad geriátrica, el modelo se encuentra
atenazado entre niveles asistenciales férreamente estructurados y servicios
clínicos especializados y departamentalizados de acuerdo con la lógica de órganos
y sistemas anatómicos. Y es curioso que alguien de fuera del sistema sanitario,
un profesor de "empresariales" experto en competitividad, y liberal a
la americana, nos marque el camino con tanto acierto.
"Libérense de
las cadenas del pasado", nos dice. Busquen equipos de profesionales
dedicados y cohesionados en torno a problemas de salud específicos, equipos que
ajusten sus agendas a los ciclos de las enfermedades que atienden, que tengan
capacidad de integrar cada vez más servicios necesarios para mejorar la salud
de sus enfermos, que acumulen experiencia en lo que hacen y que se les remunere
de manera proporcionada a los resultados clínicos obtenidos, y no a los actos
asistenciales realizados. Ah! Y que se establezca una política, transparente
para los enfermos, de comparación de resultados clínicos entre equipos
profesionales.
Como una visita a Michael Porter da mucho de sí, para el
próximo lunes 21 de enero tengo previsto presentar sus propuestas sobre cómo
evaluar el valor que las actividades sanitarias aportan a la salud de las
personas.
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