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viernes, 9 de julio de 2021

Las mujeres muestran un perfil propio de enfermar

Xavier Bayona
Gota a gota



Las mujeres en edad fértil han sido excluidas de muchos ensayos clínicos, lo que se ha justificado, entre otros razones, por su seguridad y la de su descendencia. Todas las decisiones, tanto las que se toman como las que no, tienen consecuencias. Así pues, la investigación y sus conclusiones aplicadas a la clínica se han centrado mayoritariamente en la fisiología masculina. Todo esto es importante tanto por lo que respecta a la génesis de evidencia y la potenciación de la medicina de precisión, como para avanzar en las prácticas de valor y el Right Care.

lunes, 24 de mayo de 2021

Unidades funcionales transversales, un reto al alcance

Jordi Varela
Editor



En 2003, un estudio liderado por Chris Ham observó que para once situaciones clínicas relacionadas con la cronicidad y la edad, el NHS destinaba hasta tres veces y media más camas hospitalarias que Kaiser Permamente. Este fue un resultado tan sorprendente que generó una gran admiración de los gestores sanitarios europeos por la aseguradora californiana, especialmente teniendo en cuenta que, según los propios investigadores, el éxito de KP radica en la integración transversal de sus servicios, la promoción del auto-cuidado, el papel activo de las enfermeras comunitarias y la implicación de los médicos para conseguir la máxima resolución de los problemas en el marco de la atención primaria.

lunes, 18 de febrero de 2013

Práctica clínica virtual (2) Telehealth, por ahora sólo expectativas


La tecnología de transmisión de datos está viviendo una eclosión en todos los campos de las actividades sociales y profesionales y, como es lógico, se observa, por parte de la industria especializada, un gran interés en introducirla como instrumento para la mejora de la calidad de vida de los pacientes crónicos. Las dudas, sin embargo, aparecen en la banda de los financiadores de los servicios sanitarios, debido a que se ven forzados a aprobar unas nuevas inversiones en aparatos electrónicos, los cuales aún no han logrado demostrar unos resultados clínicos suficientemente buenos como para compensar el esfuerzo.

Visto así, me ha parecido que en esta segunda entrega de la serie sobre "Práctica clínica virtual" es oportuno analizar dos trabajos, uno inglés y uno catalán, que quieren contestar a la pregunta de si vale la pena la inversión.


Este artículo de British Medical Journal recoge un trabajo universitario inglés liderado por investigadores de Nuffield Trust que tenía por objeto evaluar el efecto clínico de las intervenciones domiciliarias con intercambio remoto de datos entre pacientes y profesionales (telehealth). El trabajo se efectuó contando con la colaboración de 3.230 pacientes afectados diabetes, EPOC o insuficiencia cardíaca, de tres áreas geográficas (Cornwall, Kent y Newham) durante un período de 12 meses entre los años 2008 y 2009.

La intervención consistió en un servicio de telehealth que incluía, como mínimo, pulsioxímetro para los enfermos respiratorios, glucómetro para los diabéticos y escalas de peso para los cardiópatas. El grupo control continuó con la atención sanitaria estándar sin ningún apoyo de tecnología en remoto.

Los resultados fueron positivos en el sentido de que se observó una reducción significativa tanto en el número de hospitalizaciones como en la mortalidad del grupo intervenido con telehealth, pero en cambio no se pudo demostrar el coste-efectividad del programa, dado que la disminución de los costes de hospitalización no pudo compensar la inversión requerida.



Esta portada de powerpoint corresponde a la presentación de los resultados provisionales de un ensayo clínico (iCOR) del servicio de Cardiología del Hospital del Mar de Barcelona. Este trabajo pretende evaluar los resultados clínicos en un grupo de pacientes con insuficiencia cardíaca de alto riesgo mediante un programa combinado: telemonitorización a domicilio (datos en remoto) y teleasistencia de una enfermera. El ensayo del Hospital del Mar es más específico que el de Nuffield Trust y además cuenta con un apoyo sanitario más intenso, pero pienso que vale la pena verlos en el mismo post, porque ambos persiguen lo mismo, que no es otra cosa que demostrar la efectividad del apoyo de la tecnología de la información a los pacientes crónicos.

De momento sólo he tenido acceso a unos resultados provisionales (78 pacientes) que el Dr. Comín ha facilitado en la presentación arriba mencionada, donde se muestra una reducción significativa de hospitalizaciones y de costes, aunque, tal como avisan los autores del ensayo, habrá que esperar a tener los resultados finales para concluir.


Discusión

Las inversiones en telehealth aplicadas a los pacientes crónicos necesitan demostrar de manera imperiosa que son capaces de reducir costes de hospitalización, al menos a un nivel comparable a la inversión requerida. Pero, incluso en el supuesto de que esto se pueda demostrar, los seguidores de este blog ya saben lo difícil que es la aplicación de la ley de Sutton (mover recursos desde donde sobran a programas aparentemente más bien orientados) .

Pero si queremos mejoras clínicas de verdad no debemos olvidar que aún más importante que los aparatos electrónicos son los modelos organizativos orientados a la atención continuada de la cronicidad, los profesionales implicados y los enfermos responsabilizados del auto-cuidado, y cuando tengamos estos asuntos orientados, entonces sí que veo que los aplicativos de telehealth están llamados a ser instrumentos de apoyo muy útiles.

Ah! Y no olvidemos que debemos fomentar la investigación evaluativa local, la cual es más concluyente para nuestro medio que la hecha fuera.


Para el próximo lunes 25 de febrero tengo preparada la tercera entrega de la serie "Práctica clínica virtual" que tratará de las experiencias en el uso del e-mail entre pacientes y profesionales de la salud.

lunes, 22 de octubre de 2012

EPOC ¿Se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes?


La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, como su nombre indica, se caracteriza por una obstrucción crónica al flujo aéreo en los bronquios y, en contraste con el asma, esta limitación es poco reversible y empeora de manera progresiva. El diagnóstico de EPOC se basa en la espirometría, prueba que está al alcance de la asistencia primaria y de enfermeras entrenadas en la técnica. Según un estudio EPI-SCAN de 2006-2007, la prevalencia de EPOC en la población española de 40 a 80 años es del 10,2% (IC 95% 9.2-11.1), con una presencia más fuerte en hombres que en mujeres (Soriano 2010).
Para entender mejor cómo se puede la aliviar la vida cotidiana de los pacientes afectados por esta patología crónica, he escogido una revisión sistemática, que no meta-análisis, publicado en Archives of Internal Medicine en 2007.


En esta revisión, los analistas eligieron 32 estudios, de los cuales 20 eran ensayos clínicos, y concluyeron que los programas que lograban reducir ingresos hospitalarios no programados en pacientes con EPOC tenían que desplegar al menos dos de las siguientes características:

1. Planes de actuación individualizados para aumentar el nivel de conocimiento de los síntomas y de auto-cuidado por parte de los enfermos

2. Accesibilidad directa a servicios específicos desplegados por un solo proveedor de servicios sanitarios

3. Existencia de guías de práctica clínica bien conocidas y seguidas por todos los actores, incluidos los pacientes

4. Sistemas de registro clínico que apoyen el global de los procesos asistenciales


Los programas de atención a pacientes con EPOC que cumplen los requisitos de la tabla anterior reducen visitas a urgencias y hospitalizaciones, pero en cambio no consiguen mejorar los síntomas, ni la función pulmonar, ni la calidad de vida de los pacientes. Por tanto, las exacerbaciones se dan igualmente, aunque muchas de ellas se tratan a domicilio.


La experiencia local

En el Hospital Clínic de Barcelona hay un grupo muy activo en el desarrollo de programas para pacientes con EPOC, y en un ensayo clínico (Casas 2006) llevado a cabo en Barcelona y Leuven (Bélgica) demostraron que una intervención "Integrated Care"con plan terapéutico individualizado compartido entre especialistas y médicos de familia, el apoyo de una enfermera gestora de casos y la accesibilidad telefónica, además de un sistema de información basado en una página web, se lograron reducir los ingresos hospitalarios de manera significativa.


El mismo equipo de neumólogos del Clínic, en un estudio anterior (Hernández 2003), demostraron también que la hospitalización a domicilio de las exacerbaciones de los pacientes con EPOC podía reducir costes, según ellos, en un 38%, aumentando la sensación de confort de los pacientes y evitando los riesgos de las infecciones hospitalarias.



Discusión

La pregunta inicial del post sobre si se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes con EPOC no es fácil de responder, porque se trata de una patología de manejo complejo, que suele tener una evolución progresiva con períodos estables combinados con exacerbaciones. Por este hecho, al margen de consideraciones de coste-efectividad, de las cuales, por cierto, no hay evidencias aún suficientemente sólidas (con perdón de los compañeros del Clínic), parece que lo que se impone es el abordaje multidisciplinar en el ámbito comunitario (Integrated Care), combinado con programas educativos que mejoren el auto-cuidado y, con ello, si bien no se puede incidir en la evolución de la enfermedad, al menos se puede hacer la vida más fácil y más confortable a los enfermos.

En cuanto a los, escasamente evitables, ingresos hospitalarios, es muy conveniente que los especialistas y las enfermeras que se responsabilizan del paciente durante el ingreso sean conscientes que deberían coordinar, tanto como puedan, el momento y las condiciones del alta, con los colegas de la atención primaria, los cuales después deberán seguir trabajando con el paciente en su hábitat natural.


Bibliografía citada

Soriano JB, Miravitlles M, Borderías L et al. Diferencias geográficas en la prevalencia de EPOC en España: relaciones con tabaquismo, tasa de mortalidad y otros determinantes. Arch Bronconeumol 2010; 46 (10) :522-30


En el próximo post del lunes 29 de octubre hablaré de la experiencia de la localidad inglesa de Torbay, donde han conseguido integrar todos los servicios comunitarios sanitarios y sociales, con el fin de mejorar la atención a los pacientes ancianos frágiles, y así reducir las hospitalizaciones.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La atención a los diabéticos ¿Es suficientemente bueno el modelo local?


La diabetes mellitus tipo 2 tiene una prevalencia del 8% en la población general y del 20% en los mayores de 65 años, y si se consideran todas las complicaciones que se derivan, es evidente que estamos ante una de las enfermedades crónicas que más incide en la vida cotidiana de los sistemas sanitarios. Por lo tanto, tener bien enfocado el asunto de la diabetes es muy relevante.

El modelo español de atención primaria de salud incorporó, desde los inicios de su reforma, a principios de los años 80, un modelo integral de atención a la diabetes, con apoyo puntual de los endocrinólogos y, probablemente por ese motivo, los resultados que hoy se registran son muy satisfactorios. Véase sino, en el informe de la OCDE de 2011, que cuando se analiza la tasa de hospitalizaciones por ingresos debidos a diabetes mal controlada, España muestra la tasa más baja, de entre un grupo de 24 países.




En la parte izquierda del gráfico, donde hay los datos acumulados, se ve que los 3,3 ingresos por cien mil habitantes y año que registra España son la mitad que los del segundo país de la lista, Israel, una quinta parte que los de Portugal, una sexta parte que los de Estados Unidos y del Reino Unido, y así hasta llegar a los peores resultados de la serie, que son los de Austria, con 187,9 ingresos por cien mil habitantes y año.

En Cataluña, la base de datos de CMBD del CatSalut ha elaborado un programa para la consulta de indicadores de calidad llamado MSIQ (Módulos para el Seguimiento de Indicadores de Calidad), los cuales tienen un apartado dedicado a los ingresos potencialmente evitables (Indicadores de Calidad de la Prevención). La siguiente tabla está extraída de MSIQ, y en ella se puede observar como, en el período 2004-2011, en Cataluña hay una mejora muy marcada de las hospitalizaciones atribuidas a la diabetes o a sus complicaciones:


Hospitalizaciones evitables debidas a la diabetes o a sus complicaciones
Tasas de hospitalizaciones anuales por cien mil habitantes. Fuente: MSIQ CatSalut

2004
2011
Ingresos por diabetes no controlada
5,9
2,5
Ingresos por complicaciones de la diabetes a corto plazo
17,8
13,9
Ingresos por complicaciones de la diabetes a largo plazo
42,5
32,2
Ingresos por amputaciones debidas a la diabetes
22,7
19,9

La creación de GEDAPS (Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria) dio más empuje y más instrumentos a la asistencia primaria para hacer una gestión clínica de los pacientes con diabetes tipo 2. Hay dos publicaciones (Franch 2009, Mata-Cases 2012) vinculadas a las actividades de estos grupos, además de otra publicación aparecida recientemente en Diabetes Care (Vinagre 2012), que corroboran que los programas de atención a la diabetes desde la atención primaria local están en un proceso prometedor de mejora continua.

La siguiente tabla es un extracto del primero de los artículos (Franch 2009) que hace una comparación temporal de datos españolas del periodo comprendido entre 1996 y 2007:

Outcomes intermedios

1996
2007

HbA1c <7%
43,0%
59,0%
Dif. sign.
HbA1c >10%
10,1%
4,6%
Dif. sign.
TA <140/90
59,1%
65,1%
Dif. sign.

Outcomes finales

1996
2007

Retinopatía
34,3%
15,6%
Dif. sign.
Ulceras pie
5,7%
3,1%
Dif. sign.
Amputaciones
2,4%
0,5%
Dif. sign.

La hemoglobina glucosilada (HbA1c) es una prueba de laboratorio que registra el control o descontrol de la glucosa en sangre de al menos las 4 semanas anteriores al test. Nótese que tener el 59% de la población de diabéticos en cifras por debajo del 7% de HbA1c (en tendencia ascendente) y el 4,6% en cifras por encima del 10% (en tendencia descendente) son resultados claramente positivos que no hacen más que corroborar la bondad del trabajo continuado de los equipos de atención primaria sobre el grupo de pacientes con diabetes tipo 2; sin menospreciar las mejoras observadas en las tres complicaciones seleccionadas en la tabla anterior (retinopatías, úlceras de pie y amputaciones), todas tres en claro descenso. Los otros dos artículos citados (Mata-Casas 2012 y Vinagre 2012) se ciñen al ámbito de Cataluña, pero los resultados que muestran van en la misma línea positiva que el estudio español de GEDAPS (Franch 2009).

Menos satisfactorios son, en cambio, los resultados españoles en los campos de otras patologías crónicas como las respiratorias. En el informe de la OCDE se observa como los 43,9 ingresos por cien mil habitantes y año por asma y los 139 por EPOC hacen que España ocupe el lugar 16º y 8º respectivamente. En ambas condiciones, la cifra de ingresos evitables es francamente mejorable, sobre todo si se tienen en cuenta los excelentes resultados de la diabetes y las potencialidades del modelo de atención primaria local.


Discusión

Los sistemas sanitarios occidentales tienen hoy dos preocupaciones que destacan claramente por encima de las otras: reducción presupuestaria y derroche de recursos por desajustes en el tratamiento de pacientes crónicos. En cuanto a la primera de las preocupaciones no sé muy bien qué decir, pero en cuanto a la segunda me atrevo a sugerir que para el abordaje de los pacientes con enfermedades crónicas, sobre todo las más importantes, se adopten las fórmulas que tan bien están funcionando para la diabetes en España:

1.  Protagonismo exclusivo de la atención primaria multidisciplinar: médicos, enfermeras, fisioterapeutas, trabajo social y trabajo a domicilio. Potenciación del autocuidado de los pacientes siempre que sea posible.

2.  Apoyo a distancia de los especialistas: neumólogos, cardiólogos y geriatras, pero sin integrarse en el equipo de primaria.

3.     Para cada una de las patologías crónicas, considerar si conviene hacer una selección de los pacientes más complejos, y más consumidores, para elaborar, si es necesario, programas específicos con equipos diferenciados.

4.    Y, por fin, el último eslabón: capacidad de compra (el commissioning inglés) por parte del equipo de atención primaria que se hace responsable de atender la cronicidad. Ésta, se admite, sería una iniciativa aún no probada.


Bibliografía referenciada anteriormente
  • OECD (2011), Health at a Glance 2011: OECD Indicators, OECD Publishing. Se puede descargar libremente.
  • Franch J, Artola S, Diez J, Mata M. Evolución de los indicadores de calidad asistencial al diabético tipo 2 en atención primaria (1996-2007). Med Clin (Barc) 2010; 135 (13) :600-7.
  • Mata-Cases M, Roura-Olmeda P, Berengué-Iglesias M, et al. Fifteen years of continous improvement of quality care of type 2 diabetes mellitus in primary care in Catalonia, Spain. Int J Clin Pract, March 2012; 66,3:289-98.
  • Vinagre Y, Mata-Cases M, Hermosilla E, et al. Control of Glycemia and Cardiovascular Risk Factores in Patients With Type 2 Diabetes in Primary Care in Catalonia (Spain). Diabetes Care 2012; 35:774-9.

El próximo lunes 24 de septiembre quiero hablar de las fracturas de fémur de la gente mayor como el problema de salud más bien correlacionado con su propia tasa de hospitalización, cuestión, sin embargo, que no deja de ser un tecnicismo (aunque interesante ), porque lo que es más atractivo de esta accidentalidad es saber por qué ocurren las variaciones, no en la práctica clínica, sino en su incidencia. Y la pregunta es: ¿es posible influir desde la actuación comunitaria?

Pues ya veremos.