lunes, 18 de julio de 2022

El valor de la salud comunitaria y planetaria

Jordi Varela
Editor




La obsesión patológica por el PIB

Según los expertos del “Consejo de la economía de la salud para todos” de la OMS, la obsesión patológica por el producto interior bruto (PIB) como indicador del crecimiento de las economías de las naciones está siendo desastroso para el desarrollo comunitario, al tiempo que está arruinando el planeta. El PIB es una medida que, entre un montón de parámetros, también incorpora productos y servicios esencialmente perniciosos, como por ejemplo, la fabricación de armamento, la elaboración de fármacos carentes de valor, la extracción de carbón para producir energía y la deforestación de los últimos grandes bosques de la tierra, mientras que ignora las cargas familiares no remuneradas y las actividades de las organizaciones no gubernamentales que pretenden religar los desgarros del capitalismo feroz.

Para entender las limitaciones del PIB, imaginemos un país en el que los ricos fueran cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, un fenómeno terrible que, por desgracia, quedaría oculto a los ojos de ese indicador, lo que es un asunto imperdonable, especialmente si se tiene en cuenta que las diez personas más ricas del mundo han doblado su fortuna después de la pandemia, mientras que, por otra parte, el confinamiento ha arrojado 160 millones de personas más a la pobreza.

Algunos gobiernos intentan corregir los estragos del PIB

En el documento de la OMS mencionado anteriormente se recogen experiencias de varios gobiernos para evitar la dictadura del PIB, como por ejemplo Finlandia que ha construido un indicador de progreso genuino (GPI), Australia que ha incorporado el trabajo doméstico y el voluntariado en un PIB más social, Escocia que ha diseñado un amplio marco de indicadores con visión social y ambiental para evaluar las acciones del gobierno, Vanuatu que ha incorporado los valores indígenas tradicionales a las estrategias económicas gubernamentales o el nuevo código civil francés que, desde 2019, da cobertura a los directivos de las empresas que favorecen a la responsabilidad social corporativa y la lucha contra el cambio climático, a pesar de los intereses contrarios que pudieran tener sus accionistas.

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)

Los expertos de la OMS creen que, para superar el PIB, debería diseñarse una nueva métrica que tuviera en cuenta la salud comunitaria y la del planeta, al tiempo que valorara la equidad desde diversas perspectivas, y su recomendación es que se parta de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU de 2015.

El modelo económico del dónut

El modelo económico propuesto por los propios expertos, conocido como el del dónut, tiene por objeto ofrecer un nuevo instrumento a los gobiernos para ayudarles en la puesta en práctica de los objetivos de desarrollo sostenible. Este modelo consiste en dos anillos concéntricos y una zona intermedia.

Como se observa en el gráfico, el modelo del dónut consta de dos anillos y una zona intermedia:
  • El anillo interno mide los fundamentos sociales: educación, trabajo-ingresos económicos, paz-justicia, democracia, equidad social, igualdad de género, vivienda, red comunitaria, energía, agua, comida y salud. La medida de los parámetros que componen este círculo interno pretende que ninguna persona, ni ningún colectivo, queden atrás en el acceso a los servicios fundamentales.
  • El anillo externo mide la salud del planeta: polución química, sobrecarga de nitrógeno y fósforo en las aguas residuales de la agricultura, extracciones de agua, reconversión del uso de la tierra, pérdida de la biodiversidad, contaminación del aire, agujero del ozono, cambio climático y acidificación de los océanos.
  • Entre los dos anillos hay una zona intermedia, segura y justa, en la que la humanidad debe poder prosperar con un desarrollo equilibrado entre las ganancias sociales (anillo interno) y el respeto por el medio ambiente (anillo externo).

En este blog, salvo Andreu Segura y Josep Vidal-Alaball, que son nuestros autores con visión comunitaria, el resto, desde nuestras diferentes perspectivas, nos dedicamos a reflexionar sobre el valor de la práctica clínica, pero dadas las malas perspectivas del mundo, creo que ahora los sistemas sanitarios se deberían emmarcar en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y en los nuevos modelos económicos, como el del dónut, que fomentan un crecimiento equitativo de la sociedad con una convivencia razonable con el medio ambiente.

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