viernes, 9 de octubre de 2020

6 recomendaciones para mejorar nuestra formación online








Imagen de Julian Lefebvre en Pixabay

El otoño es tiempo de volver a nuestras rutinas, entre ellas las actividades formativas y docentes en el campo de la salud. Preservar la seguridad de los profesionales sigue siendo una prioridad que nos obliga a plantear alternativas a los habituales encuentros presenciales, sesiones clínicas, reuniones, etc. Los seminarios online o webinars han surgido como propuesta alternativa y, viendo el avance de la pandemia, convendría quizá estandarizarlos y reflexionar sobre su formato y contenidos, así como sobre su relación con la industria farmacéutica, que está siendo promotora de muchos de ellos, y por último con organizaciones sanitarias que han visto en el horario de tarde de muchos de estos encuentros virtuales una “oportunidad” para trasladar estas acciones formativas al tiempo libre de los profesionales.

Como el debate es amplio, nos centraremos en ofrecer algunos consejos para desarrollar un seminario web atractivo. Queda aparte cómo normalizar la acreditación de estos encuentros para que también aporten valor desde un punto de vista curricular.

Seguro que todos hemos pasado por la experiencia de estar sentados frente al ordenador, observando el paso de unas diapositivas llenas de información y escuchando una voz monótona que nos transmite poca innovación o dinamismo. ¿Cómo podemos trabajar para conseguir algo diferente?

1. Primero, siendo realistas con los objetivos que nos planteemos para el encuentro virtual, particularmente si se trata de un seminario web. Parece razonable delimitar dos o tres conceptos valiosos que, al ser compartidos, generen un impacto inmediato en la audiencia. No debemos caer en la tentación de ofrecer descripciones muy amplias a riesgo de prolongar excesivamente el encuentro o proporcionar información poco útil. Además, esto ayuda a organizar la promoción previa de la actividad desde un primer momento, afinando la información y el perfil profesional al que queremos dirigirnos. 

2. En segundo lugar, ofreciendo conocimientos que puedan ser aplicables de inmediato a nuestra práctica asistencial. Facilitar soluciones útiles puede implicar a la audiencia y sirve para generar una mayor confianza en la propuesta formativa, lo que además nos puede situar como futura fuente de referencia.

3. Si utilizamos diapositivas, un tercer aspecto a cuidar son sus contenidos. El hecho de que la audiencia no pueda vernos, o si lo hace sea a través de una pequeña ventana en el margen de la pantalla, va a centrar la atención en lo que sí puede ver: las diapositivas. Por lo tanto, debemos crear contenidos legibles y dinámicos y centrarnos en un solo mensaje por diapositiva. Con tablas y gráficos muy limpios que sean fáciles de seguir. Esto evita un efecto de distracción en el público y permite cumplir con los objetivos educativos clave. Excluir algunas referencias puede facilitar que se desarrolle además un debate posterior enriquecedor.

4. Es importante elegir un orador atractivo y con una narrativa convincente y coherente. Las buenas historias nos sorprenden, nos ayudan a recordar ideas y conceptos. Tomemos como modelo la representación de una obra teatral donde los primeros minutos son clave para “enganchar” al espectador dando forma a un relato interesante y dinámico. De esta manera conseguiremos una audiencia comprometida durante toda la presentación. Llegados a este punto, va a ser necesario el aprendizaje de nuevas habilidades. No podemos trasladar lo que hacemos en encuentros presenciales a encuentros virtuales. Por ejemplo, trabajar con la cámara requiere ser disciplinado y mirar a la misma en lugar de hacerlo al propio contenido de nuestra pantalla. Gestos como arreglarse el cabello, tocarse la cara o salir del encuadre distraen y quedan magnificados en entornos virtuales. Algunos consejos sobre ello en el siguiente video:

  

5. Interactuar e involucrar rápidamente a la audiencia. La mayoría de nosotros reconocemos la dificultad de escuchar a una persona durante una hora seguida. Romper el monólogo, o hacerlo desde los primeros minutos, ayudará a transmitir autenticidad y espontaneidad. Hay formas de llevarlo a cabo mediante chats, encuestas u otros elementos interactivos. De esta manera nos aseguramos involucrar a la audiencia y transmitirle que su presencia y sus preguntas son valiosas para la experiencia del seminario. Algunos ejemplos son la pizarra digital de Google Jamboard o la equivalente de la plataforma Zoom. Incluir a varios oradores en la presentación puede ser también una alternativa que genere pausas naturales, presentando diferentes puntos de vista y acercando la experiencia a un formato de “programa de radio”. Esto garantiza un mayor atractivo y evita la tentación de que el público pueda distraerse con otras actividades.

6. Por último, no debemos olvidar los medios técnicos. Mala audición de las voces, caras en penumbra, cortes en la conexión, ruidos de fondo (recordemos la famosa entrevista en la BBC interrumpida por los hijos del especialista en ciencias políticas Robert Kelly) o espacios inapropiados donde situemos la cámara web pueden ser causa de distracción y ensombrecer el desarrollo del encuentro. Existen alternativas factibles y económicas que pueden ayudarnos a conseguir una mejor experiencia. Muy recomendable la lectura de esta entrada de Corporate Rebels, que nos puede orientar en cuanto a ese objetivo. 

Más allá de las cuestiones relativas al formato, es evidente que la situación de pandemia en la que nos encontramos ha forzado nuevas formas de colaboración y aprendizaje virtual. La realización de seminarios web ha facilitado también la disminución de tiempos, de costes en los desplazamientos y de la necesidad de abstraernos de nuestros deberes clínicos para incorporarnos a estas acciones formativas. Involucrar a los pacientes, a las familias y a otros líderes comunitarios ha sido también otro atractivo de estos puntos de encuentro. Pero, no todo vale. Los trabajadores de la salud tenemos una interesante oportunidad de aumentar nuestras competencias en este ámbito para superar el impacto negativo de la ausencia de encuentros presenciales. Merece la pena contribuir a la generación de contenidos de calidad, que permitan fomentar más colaboración, una mejora en la experiencia de intercambio de información y, finalmente, un mayor beneficio en la atención de nuestros pacientes.

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Para más información, la división Horizons del NHS dispone de una web, #VirtualCollaborate, que profundiza en recursos y herramientas de utilidad para la elaboración de encuentros virtuales. Está disponible para su consulta en horizonsnhs.com.

En nuestro ámbito pueden consultarse también dos webs de profesionales referentes por lo que respecta a donde disponer de más consejos e ideas, la de Eduardo Tornos y la de Eva Añón

4 comentarios:

  1. Una entrada llena de buenos y provechosos consejos para abordar el escenario al que nos aboca el SARS-CoV-2. La situación nos obliga a cambiar muchos hábitos arraigados. No sabemos por cuanto tiempo permanecerá vigente, pero si parece que no será un plazo corto. Y cuanto antes transformemos nuestras prácticas, mejor nos adaptaremos a la situación. Enhorabuena y muchas gracias.

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    1. Muchas gracias por los amables comentarios. Gracias a ti por comentar y aportar.

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