lunes, 16 de noviembre de 2020

À la recherche du temps perdu




En Portugal, estudios realizados por diferentes entidades han mostrado un exceso de mortalidad por causas no relacionadas con la COVID-19 desde principios de abril de este año. Entidades como la Escuela Nacional de Salud Pública, la Facultad de Medicina de Oporto o la Facultad de Medicina de Lisboa han advertido esta tendencia. Posteriormente, el Instituto Nacional de Estadística de Portugal la ha confirmado.

La respuesta a la COVID-19 ha limitado la prestación regular de atención médica y ha provocado el aplazamiento de servicios de atención médica programados, causando todo ello pérdidas significativas en la salud y el bienestar de la población. En abril se solicitó que se facilitaran las condiciones adecuadas para reanudar los servicios de salud regulares de manera organizada y coordinada, a través de un sistema de salud de doble vía. Para entonces ya se habían cancelado decenas de miles de intervenciones quirúrgidas y cientos de miles de consultas.


El 7 de mayo, el ministro de Salud portugués determinó, mediante orden ministerial, que “los servicios de atención primaria y hospitalaria deben garantizar la identificación y reprogramación de toda la actividad asistencial programada no realizada debido a la pandemia COVID-19”. El pasado 6 de junio, mediante Resolución del Consejo de Ministros, se aprobaron un par de medidas para reanudar la actividad mediante incentivos a los profesionales: 7,7 millones de euros para “recuperar todas las primeras visitas hospitalarias perdidas” y 26 millones de euros para “recuperar el 25% de la actividad quirúrgica”. Tras numerosas peticiones, en pleno verano, precisamente el 14 de julio, se publicó una ordenanza que permitía a los hospitales aplicar los incentivos a los equipos de profesionales sanitarios.

Comparando la actividad acumulada hasta julio de 2020 con la del mismo período de 2019, encontramos una gran reducción:

• Atención primaria: 

  • 38% menos de consultas médicas presenciales
  • 34% menos de consultas médicas a domicilio
  • 21% menos de consultas de enfermería

• Atención hospitalaria:

  • 14% menos de consultas médicas hospitalarias (incluidas las telefónicas)
  • 24% menos de operaciones quirúrgicas

• Atención de servicios de emergencia:

  • 18% menos de episodios urgentes
  • 21% menos de episodios muy urgentes
  • 27% menos de críticos

A diferencia de las visitas presenciales, la atención virtual se ha disparado. En el mismo período, en atención primaria, los contactos no presenciales médicos crecieron un 71% y los de enfermería un 54%. En los hospitales, las consultas de telemedicina se incrementaron en un 40%. 

Por otro lado, en los servicios de emergencias se observó un crecimiento nada habitual en los episodios estándar o no urgentes. Se ha sugerido que este crecimiento se debe a la falta de acceso a la atención primaria de salud, falta de acceso que implica una reducción de las derivaciones para las primeras consultas hospitalarias y, en consecuencia, para las propuestas quirúrgicas y otros planes terapéuticos. Sin embargo, no hemos visto iniciativas para la reanudación de la actividad de atención primaria.

Conscientes del problema, el 8 de septiembre, la Asociación Portuguesa de Directores de Hospitales y la Asociación de Médicos, con el apoyo de Roche, lanzaron el movimiento "Salud al día - No enmascare su salud" para pedir a los pacientes que no pospongan su visita a los servicios de salud. También se realizó una encuesta nacional para determinar por qué los pacientes no tenían acceso a los servicios de salud y otro estudio sobre la actividad de los servicios de salud. 

Ante esta situación, hicimos públicos los datos de actividad del Ministerio de Salud hasta ahora no divulgados, realizamos una encuesta poblacional para conocer comportamientos y motivaciones, y lanzamos un desafío a un grupo de expertos para proponer medidas. El 29 de septiembre presentamos públicamente los resultados y un conjunto de acciones pensadas con una visión integral.

Entre el 2 de marzo, fecha en que se diagnosticaron los primeros casos de COVID-19, y el 18 de octubre se registraron en Portugal 72.519 muertes, 7.936 más que la media de los últimos cinco años en el mismo período. De estas, el 27,5% (2.198) fueron por COVID-19.

Ahora nos enfrentamos a un nuevo crecimiento de la pandemia de COVID-19 y, una vez más, estamos en pleno "bombardeo". La situación requiere liderazgo, coordinación y solidaridad. Los ministerios de salud de todos los países de Europa deberían considerar la atención no relacionada con la COVID-19 como una actividad esencial, investigar las causas del exceso de mortalidad y aprovechar la ocasión para revisar las prácticas que aportan poco valor, creando así las condiciones para que nadie se quede atrás.

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