viernes, 19 de noviembre de 2021

Datos para la gestión: la misma lógica con métodos distintos

Cristina Adroher
Desde el backstage




Foto: Command Center del Hospital 
Sant Joan de Déu de Barcelona

Las personas se enfrentan a las disyuntivas con dos grandes tipos de instrumentos: intuiciones y datos. Las decisiones que deben enfrentar las organizaciones (conjuntos de personas) suelen ser de mayor trascendencia y tienden a tomarse de forma colegiada, produciéndose en estos contextos menos espacio para las intuiciones y mayor peso de la evidencia. Así, no sorprende que los datos hayan sido siempre la materia prima de las decisiones de las organizaciones sanitarias. 

Ciertamente, en los últimos diez años han cambiado mucho las cosas. La revolución producida en la capacidad de registro y documentación de la información, derivada de la digitalización, ha aumentado exponencialmente la cantidad, variedad y calidad de los datos disponibles: algunos los genera la institución de puertas adentro, pero también los generan sus usuarios fuera de su ecosistema. Nos encontramos en un impasse donde tenemos disponibles muchos inputs potencialmente valiosos para tomar decisiones, sin que desafortunadamente la capacidad de los gestores sanitarios para analizarlos haya crecido en paralelo. Se apuntaba anteriormente en un post en este mismo blog: tenemos datos por todos los lados, pero las instituciones tienen que reorganizarse para tenerlos en cuenta y utilizarlos convenientemente.

 ¿Qué instrumentos se necesitan para hacerlo posible?

  • Nuevos roles profesionales. Tenemos que reformular el rol de los responsables de los sistemas de información, tradicionalmente ocupados en garantizar que la “informática” funcione. Esencialmente, queremos transformar los datos en conocimiento. Fíjense en el abanico de backgrounds para un mismo objetivo: (bio)informática, analista de datos, estadística, economista (¿por qué no?). Algunos de ellos ocupando el nuevo rol de moda, el de Chief Data Officer, o la “Oficina del Dato” de la institución, sin necesariamente tener que ocuparse solo de cuestiones relacionadas con la protección de los datos.
  • Nueva cultura. Lo dice Xavier Marcet: "No hay transformación digital sin transformación cultural". El aumento de la cantidad de datos y de la capacidad de procesamiento tiene que derivar en decisiones más proactivas (algoritmos que hacen saltar alarmas y activan circuitos), pero también fomentar las más reflexivas. Aprovechemos al máximo la capacidad de los datos mediante comisiones de evaluación, espacios que pueden generar conocimiento para la propia institución y que deben trasladar sus conclusiones a los órganos directivos para su consideración.
  • Nuevas infraestructuras. Dejemos de mitificar la inteligencia artificial, que muchas veces es estadística avanzada que analiza muchos datos (léase este completo documento). Tampoco nos dejemos deslumbrar por algoritmos que son "demasiado sofisticados para ser explicados”. Sí es cierto que, para aplicar estas técnicas, necesitamos (1) suficiente capacidad de procesamiento y (2) visores de datos: es necesario saber qué datos tenemos (cada institución debería tener su mapa de datos) y poder visualizarlos. Por ejemplo, en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona se ha desarrollado el Cortex, un centro de control donde un equipo de profesionales accede en tiempo real a un gran volumen de datos clave sobre el funcionamiento del hospital y los evalúa con el objetivo de regular el flujo de pacientes y mejorar la gestión hospitalaria.

Conclusión. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de datos fiables en tiempo real, que nos permitan pasar de un modelo reactivo a uno más proactivo y predictivo. Las organizaciones sanitarias deben anticiparse al futuro y revitalizar su cultura de innovación y aprendizaje: tienen que adaptarse a un nuevo paradigma en el que los datos tienen y tendrán un papel mucho más protagonista. Sin pausa, pero también sin prisa, con su maduración y sin falsas promesas. ¿Tiene ya tu organización una estrategia para poner en valor sus datos?

Foto: el Command Center del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.


4 comentarios:

  1. Muchas gracias Cristina por las aportaciones incluyendo el sensacional documento de Peiró, Ioannidis, Bernal, Barea et al que me pasó desapercibido en su momento

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  2. Muchas gracias por el post. ¿Que opinas de los Chief Clinical Information Officer? Son figuras normalizadas en los entornos anglosajones (HIMSS; AMIA; FCI; HIMAA...), y Argentina, pero aquí, a pesar de que hay muchos profesionales ejerciendo ese rol, parece que no esté (reconocida) ni se le espere. Y el primer paso lo deben (mos) dar esos mismos profesionales ¿no?

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  3. Cristina, me parece brillante tu artículo. Con demasiada frecuencia se habla de la gestión de los datos en clave de titulares y frases hechas con poca trascendencia en el mundo sanitario real. Debemos avanzar de verdad con bases sólidas y principios como los que comentas.
    Pedro enriquez. Intensivista

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  4. Hola,
    en los hospitales españoles existe la figura del Médico/a Documentalista, responsable de la gestión de pacientes, los sistemas de información y la documentación clínica.

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