lunes, 3 de febrero de 2014

Integración de servicios: una maratón más que una carrera de velocidad

¿Qué pasaría si los servicios sociales y los sanitarios trabajaran de manera integrada? Esta es una pregunta retórica, ya que la respuesta es obvia, pero aún así no sabemos por qué cuesta tanto coordinar servicios para personas con necesidades complejas. King's Fund ya editó hace un tiempo una evaluación del caso de Torbay, una experiencia pionera en este sentido, y ahora, de acuerdo con la nueva documentación que han publicado, parece que en Inglaterra se están poniendo las pilas en un proyecto para abordar un cambio real que supere el modelo de prestación de servicios tal como lo conocemos. Este paso de los ingleses creo que es muy relevante, sobre todo en el momento que parece que nuestras experiencias locales no logran generar cambios estructurales.

Si disponen de tres minutos y medio no se pierdan el vídeo de King's Fund. Pero, por si no es el caso, les he preparado un extracto:



En los próximos 20 años el número de personas mayores de 85 años en el Reino Unido se doblará, en cambio el modelo de provisión de servicios parece que por sí mismo no está para una reingeniería en este sentido.


Mr. Sam de 87 años padece enfisema, diabetes y poliartrosis, y desde que murió su mujer que se siente solo y no se ve capaz de manejarse bien con tantas visitas y medicaciones. Mr. Sam va a menudo al médico de familia, pero no consigue comunicarle todas sus necesidades durante el escaso tiempo de la visita ambulatoria. Cuando se ahoga llama a la ambulancia y a menudo termina ingresando, lo que le supone que deberá explicar sus problemas a un montón de personas siempre diferentes, y no sabe cómo, a la hora de volver a casa se suelen generar problemas de coordinación, lo que provoca que sus necesidades "reales" no se aborden nunca.


Por suerte Mr. Sam es admitido en un programa "Home Care" que cuenta con un equipo multidisplinar que elabora un plan terapéutico individualizado (PTI) específico para él, además de la milagrosa aparición de Kathy, una enfermera comunitaria, a la que Mr. Sam ha podido explicarle, sin las prisas del consultorio, cuáles son sus problemas. Ahora, cada vez que se encuentra mal ya puede llamar a Kathy en vez de tener que hacerlo a una ambulancia, y por ello va menos al hospital y cuando, a pesar de todo, debe hacerlo, es su PTI quien marca la pauta y "fuerza" a los profesionales a coordinarse. También han sido claves para el confort de Mr. Sam los servicios de un voluntario de acompañamiento, que la misma Kathy se ha encargado de buscarle.


Por lo que han leído hasta ahora, me dirán que aquí ya empieza a haber algunas experiencias en el mismo sentido (aunque todavía muy escasas). La novedad de los ingleses radica en que "Home Care" cuenta con un presupuesto para Mr. Sam (commissioning le llaman) y, por tanto, el equipo multidisciplinar del programa tiene capacidad de compra tanto de servicios como de tecnología, basándose eso sí en las necesidades detectadas en el PTI de Mr. Sam.

Vea el gráfico del vídeo que ilustra muy bien el nuevo modelo, que toma cuerpo cuando el dinero corre en el sentido adecuado y, por tanto, hay menos riesgos de que se malgaste en actuaciones desproporcionadas.




Para superar las experiencias de coordinación e ir hacia un cambio real de estructuras, es necesario que la compra de servicios se delegue en los profesionales que conocen las necesidades reales de los pacientes crónicos complejos. Si no se hace este paso, si no se modifican los modelos de pago de servicios, los programas de pacientes crónicos complejos morirán de inanición. Y eso no debería ocurrir.

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