lunes, 5 de noviembre de 2012

Atención a los crónicos: 10 reflexiones de Wennberg (I)


En el capítulo 12 de "Tracking Medicine", John Wennberg reflexiona sobre cómo el sistema sanitario americano está tratando a los pacientes crónicos, y como creo que se trata de un análisis cuidadoso y oportuno, quiero dedicar este post y el de la próxima semana a comentar estas reflexiones.


Primera reflexión

La confianza ciega en la medicina hospitalaria no funciona para los enfermos crónicos

Se considera que Medicare gasta el 18% de su presupuesto en las facturas de los ingresos hospitalarios durante los dos últimos años de vida de los pacientes crónicos. Si bien es cierto que esta sobreactuación de los hospitales puede añadir algunos días de vida a los pacientes crónicos, la pregunta es con qué calidad y con qué sufrimiento... y a qué coste.

Segunda reflexión

La ley de Sutton: si están interesados ​​en ahorrar dinero, no tengan ninguna duda de que es en los hospitales donde los encontrarán

Willie Sutton era un ladrón de bancos, y cuando le preguntaron que porque lo hacía contestó: "Es allí donde está el dinero, ¿no?". Wennberg propone una estrategia para aplicar la ley de Sutton de manera poco "sangrante": el benchmarking. Es decir, si se consiguiera que los hospitales que ingresan más pacientes crónicos redujeran estas tasas a las de los niveles de los que ingresan menos, ya se podría recoger el dinero suficiente para programas comunitarios más ajustados a las necesidades de estos enfermos , y además se podría ahorrar de verdad.

Tercera reflexión

Es la cantidad, estúpido!

"It's the economy, stupid" es una frase que tiene 57 millones de resultados en Google. Según wikipedia, cabe atribuir la sentencia a James Carville, un asesor de la campaña electoral de Bill Clinton para las presidenciales de 1992. Es curioso que la misma fuente wikipediana dice que esa campaña tuvo también otro lema: "Don't forget health care". Wennberg tunea la frase de Carville para destacar que la cantidad de camas hospitalarias instaladas en un territorio es el principal atractivo para las admisiones potencialmente evitables (En el post de 3 de septiembre mostré un gráfico de Wennberg donde se explica claramente la correlación: más camas, más admisiones). Por tanto, el consejo es claro: cierren tantas camas hospitalarias como puedan.

Cuarta reflexión

Más recursos sociosanitarios, más primaria y más atención domiciliaria, por sí mismos, no lograrán reducir los ingresos potencialmente evitables

La elevada prevalencia de las enfermedades crónicas hace que los recursos que se pongan a disposición, sean del tipo que sean, se usen. Por tanto, si se invierte en recursos comunitarios con intencionalidad alternativa, no duden que se utilizarán, en cambio, de manera complementaria, pero no de manera sustitutoria. Según Wennberg la única fórmula para avanzar no es invertir en más recursos, sino alinear objetivos asistenciales entre hospitales y servicios comunitarios, y esto sólo se puede conseguir mediante la coordinación o la integración de servicios (esta última acción mucho más recomendable que la primera).

Quinta reflexión

Si no se hace nada, la tendencia a aumentar los ingresos hospitalarios es imparable

Las estadísticas americanas avisan que las tendencias para aumentar la atención hospitalaria a los pacientes crónicos y para tecnificar los episodios de final de vida son imparables, y lo que es aún más preocupante es que en los territorios donde las cifras son más altas, lejos de moderarse, continúan aumentando aún más que las tendencias estándares.



En el post del próximo lunes 12 de noviembre hablaré de las otras 5 reflexiones wennbergianes sobre cómo se afronta en EEUU la atención a los pacientes crónicos, pero de momento ya lo ven: la situación allí es mala, y tiende a empeorar.

Por aquí las cosas no van tan mal (esto no es difícil tratándose de la comparativa con un modelo tan profundamente descoordinado como el norteamericano), aunque debemos admitir que el asunto aquí también lo tenemos bastante empantanado.

De momento, pues, en esta primera entrega del decálogo de Wennberg, ya ven: integración de servicios y alineamiento de objetivos. Ah! y la buena noticia: en los presupuestos de los hospitales es donde parece que se encuentra el granero necesario para alimentar los programas comunitarios orientados a ofrecer servicios más adecuados a los pacientes crónicos.

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