Las opiniones de
Donald Berwick tienen gran repercusión en EEUU, no en vano, además de haber
sido durante un período corto Administrador de CMS, seguramente el organismo
sanitario público que mueve más presupuesto del mundo, fue muy reconocido en su
etapa como Presidente del Institute for
Healthcare Improvement. Berwick, y su colega Hackbarth, en este artículo de
JAMA publicado on line el 14 de
marzo, ponen en valor el despilfarro de recursos en EEUU. Dicen que los
recortes transversales no promueven cambios estructurales y que en cambio
pueden dañar servicios de calidad contrastada. Por este motivo, los autores del
trabajo se esfuerzan en indicar dónde está el derroche, es decir dónde hay
actuaciones que si se dejaran de hacer la calidad quedaría protegida, o incluso
podría mejorar.
Los autores creen
que los ahorros globales del sistema podrían estar en una franja que iría entre
el 21% y el 47%, pero si leemos el artículo con atención y rechazamos las
partes propias de las complejidades del sistema norteamericano, resulta que la
estimación que se hace del derroche debido a errores clínicos, defectos de
coordinación entre niveles asistenciales y sobretratamiento, estarían, como
se ha indicado en el gráfico anterior, en un valor medio del 13% y en un rango
que iría del 12 al 16%.
George Halvorson,
Presidente de Kaiser Permanente, publicó en 2009 el libro que se puede ver en
el gráfico anterior donde anuncia que no esperamos que el sistema sanitario se
reforme él mismo. En esta obra, Halvorson cita un trabajo que se centró en
patologías crónicas comunes y fue llevado a cabo por The Commonwealth Fund con más de 5 millones de registros. Pues
bien, el estudio concluye que las complicaciones potencialmente evitables
podrían llegar a ser del 25% del presupuesto sanitario. Por este motivo, el
autor del libro concluye que de los 3 trillones (americanos) de dólares del
presupuesto global de la sanidad americana, al menos medio trillón se malgastaría
en acciones clínicas que no aportan ningún valor a la salud de las personas, a
pesar de que, dadas las dificultades para recoger estos supuestos ahorros, el
autor admite que sólo que se lograra recoger la mitad de esta cifra, ya
bastaría para financiar la reforma del sistema que impulsa el presidente Obama.
A vueltas con
la ley de Sutton
ver posts "Atención a los crónicos: 10 reflexiones de Wennberg (I)" y "Sobreactuación terapéutica de final de vida: Hospital Care Intensity (HCI) Index"
ver posts "Atención a los crónicos: 10 reflexiones de Wennberg (I)" y "Sobreactuación terapéutica de final de vida: Hospital Care Intensity (HCI) Index"
Parece que
sabemos, más o menos, los volúmenes de los graneros y los tipos de grano que
almacenan, pero la pregunta entonces es: ¿cómo podemos recuperar los recursos
que atesoran estos enormes silos para poder llevarlos a alimentar acciones y
programas que supuestamente son más beneficiosos para la salud de las personas?
A mí se me ocurre
que hay cuatro aproximaciones posibles, y creo que además las necesitaremos las
cuatro al mismo tiempo, pero de eso hablaré en el post del próximo lunes 3 de
diciembre.
Bibliografía
Berwick D. What
"Patient Centered" Should Mean: Confesiones of an extremista. Health
Affairs 2009, 28 (4) :555-65.
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