lunes, 13 de mayo de 2013

Conjura profesional para la mejora de la efectividad clínica

El Dr. Joan Escarrabill es el Director del programa de atención a los pacientes crónicos del Hospital Clínic de Barcelona. Como neumólogo se formó y creció en el Hospital de Bellvitge, donde tuvo la oportunidad de ejercer varias responsabilidades en el ámbito de la gestión clínica. 

El Dr. Escarrabill siempre ha desplegado una actividad generosa en el ámbito de la docencia y nunca ha tenido una negativa cuando se le ha pedido si quería explicar lo que había aprendido. Conociéndole, pensé en él para introducir este post sobre la conjura profesional para la mejora de la práctica clínica, y ahí tenemos su clarividente presentación:



Las guías de práctica clínica a menudo tienen dificultades para implantar su mandato en el mundo de la medicina real. Por este motivo son muy destacables las iniciativas nacidas genuinamente en el mundo profesional que cuentan con instrumentos a su alcance como la persuasión, la formación y el audit clínico.


   
Para ilustrar lo que quiero decir, he elegido tres proyectos que se mueven en un campo tan sensible como el de las infecciones en los hospitales. El primero es de un equipo de intensivistas de Michigan, el segundo de un grupo también de intensivistas de Sabadell y el tercero de un grupo multidisciplinario de Sevilla.



El Dr. Pronovost y su equipo promovieron un estudio en 108 unidades de cuidados intensivos, en las que se demostró que si se garantizaba el cumplimiento de una pauta muy básica (ver figura anterior), se podían reducir las bacteriemias por catéter en más de un 60% hasta alcanzar tasas inferiores a una infección por cada 1.000 días de catéter. Desde la publicación, en 2008, de los resultados de este trabajo, la mayoría de países se han apresurado a desplegar programas conocidos como "bacteriemia cero".





 
"Edusepsis study group" liderado por el Dr. Ricard Ferrer de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Sabadell publicó en JAMA los primeros resultados de su proyecto que se implantó en 59 unidades de cuidados intensivos españolas, de los cuales me gustaría destacar como, con una intervención formativa, se conseguía mejorar el cumplimiento de las guías, y de rebote la mortalidad por sepsis. Posteriormente en un artículo en la revista "Intensive Care Medicine" (ver cuadro anterior), el mismo grupo Edusepsis explicó que su protocolo de actuación era coste-efectivo.




 
El tercer trabajo elegido es un proyecto liderado por el Dr. Cisneros (especialista en enfermedades infecciosas) y un equipo multidisciplinario del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Este equipo desarrolló un programa de gestión de antibióticos basado en la detección interna de recetas de antibióticos inapropiadas, para después emprender acciones formativas dirigidas a los médicos prescriptores mediante entrevistas personalizadas realizadas en un clima de igual a igual. En sólo un año las recetas inapropiadas de antibióticos se redujeron del 53% al 26%, y el consumo de antibióticos disminuyó en un 42%.

Discusión

Quiero agradecer al Dr. Joan Escarrabill que haya hecho la introducción de este post que he querido encabezar con el título de "conjura profesional" y que él mismo corrobora con la citación del artículo de Richar Bohmer en el British Medical Journal en el que se habla de liderazgo clínico (el Dr. Escarrabill precisa que este liderazgo debe escribirse con minúscula) para abordar los cambios reales en la práctica del trabajo diario, el trabajo pequeño. Eso parece fácil pero no lo es. Levantarse cada mañana e intentar hacer las cosas mejor que el día anterior sólo está al alcance de los mejores.

Para el próximo post del lunes 20 de mayo me gustaría hablar de Kaiser Permanente desde el punto de vista de cuales son, según mi entender, las claves de éxito de sus buenos resultados.

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