Prevenir hospitalizaciones evitables en personas mayores y en pacientes crónicos complejos es uno de los retos de la atención primaria, especialmente cuando se trata de personas muy frecuentadoras y con necesidades sanitarias y sociales de difícil manejo. Con criterio, en los últimos tiempos se ha puesto el acento en la continuidad asistencial, en el sentido de abrir al máximo la ventana horaria de accesibilidad de estos pacientes a su propio equipo. A pesar de los intentos, a los equipos de atención primaria les es muy dificultoso dar respuestas de suficiente intensidad como para evitar hospitalizaciones innecesarias, especialmente fuera de las horas estándares.
Hace diez años, un estudio canadiense evaluó la relación de la continuidad de la atención primaria de las personas mayores con el uso que hacían de las urgencias hospitalarias. Este trabajo, usó el índice del "proveedor habitual de atención primaria", el cual pretende medir la continuidad longitudinal, en lugar de la continuidad horaria, y descubrió que el grupo de pacientes que tenían una continuidad media iban un 27% más a urgencias que las que observaban una continuidad elevada.
En esta línea, un equipo de The Health Foundation de Londres ha realizado un estudio retrospectivo sobre 230.472 pacientes (62-82 años) contando con los datos de 200 "general practices" de Inglaterra. El índice del "proveedor habitual de atención primaria" (el mismo del trabajo canadiense) fue definido como la proporción de contactos que los pacientes habían tenido con el médico de familia que habían visto más veces durante un periodo de dos años. Los investigadores ingleses refinaron un poco más el anterior estudio y, en lugar de contemplar las idas a urgencias, analizaron una lista de 22 diagnósticos característicos de las hospitalizaciones potencialmente evitables (ambulatory care sensitive conditions) que se puede consultar en un anexo accesible desde el propio artículo (por cierto en abierto).
Según los resultados de este estudio, consistentes con el anterior, la continuidad longitudinal (ser visitado/a siempre por el mismo médico de familia) está asociada con menos hospitalizaciones potencialmente evitables, e incluso se ha concluido que cada vez que el índice aumenta en 20 puntos, pasando, por ejemplo, del 61% (la media del índice observado en la muestra) al 81%, las hospitalizaciones potencialmente evitables se reducen en un 6,2%. Este trabajo, a pesar de no mostrar una relación causal, dado su diseño retrospectivo, muestra una asociación entre la longitudinalidad de la atención continuada y la reducción de las hospitalizaciones evitables.
Los datos presentados dan argumentos para sustentar que los médicos de familia, y los equipos de atención primaria por extensión, que se dedican a los pacientes crónicos complejos, los pacientes frágiles y los que están necesitados de cuidados paliativos, deberían concentrarse en la continuidad longitudinal de estas personas, por lo que sería necesario que el modelo organizativo de la atención primaria se replanteara en función de las necesidades específicas de cada segmento poblacional, y especialmente de este en particular.
Jordi Varela
Editor
No hay comentarios:
Publicar un comentario