La innovación disruptiva, afirma Christensen en el vídeo, es un proceso que, mediante la simplificación de un producto o de un servicio, amplía mercados, hasta que los nuevos productos o servicios consiguen superar los originales, obviamente más pesados y costosos. Las tecnologías disruptivas han simplificado productos, los han abaratado y, con ello, han incorporado millones de nuevos consumidores al mercado. El ejemplo que le gustaba contar a Christensen era el de la aparición de los primeros ordenadores personales, debido a que, remarca él, los grandes constructores informáticos menospreciaron los nuevos ingenios. Sencillamente los vieron como un asunto de juegos y ocio. La historia es que las empresas informáticas que no apostaron, o que lo hicieron tarde, quedaron borradas del mapa. En resumen, la receta de la innovación disruptiva es clara: simplificar, abaratar y extenderse por todas partes.
En la conferencia de King's Fund, Christensen dijo que todos los sistemas de provisión de servicios sanitarios tienen tendencia a concentrar en los hospitales, especialmente en los universitarios, las grandes inversiones en tecnología, innovación e investigación, lo que recuerda el error de los constructores de ordenadores que no supieron intuir la innovación disruptiva de los ordenadores personales. Así vemos, afirma Christensen, como a pesar de la excelencia que los grandes hospitales proclaman, por culpa de las dificultades en el acceso de sus servicios y a la falta de competitividad, las innovaciones están siendo muy costosas y no acaban de conseguir el impacto deseado.
Para abordar la crisis generada por el hospitalismo, la innovación disruptiva que propuso Christensen en la conferencia fue muy clara: descentralizar la provisión de servicios sanitarios en dos direcciones: la de empoderar la atención primaria, la comunitaria y la domiciliaria para que amplíen su cartera de servicios y la de abaratar la tecnología y los servicios gracias a la telemedicina, la ehealth y a la popularización de ciertas pruebas diagnósticas, como por ejemplo la ecografía y los autocontroles en wearables.
La teoría de la innovación disruptiva (simplificar, abaratar y extenderse), que tan bien ha funcionado en el mundo empresarial, debería ser ahora el apoyo conceptual para vaciar los hospitales de todas las actividades que están ofreciendo de manera inapropiada, especialmente a los pacientes crónicos y, con ello, poder dotar por fin la atención primaria (incluyendo comunitaria y domiciliaria) de más servicios y mayor capacidad resolutiva.
Gracias Profesor Clayton Christensen por habernos recordado que la sanidad no debería ir en sentido contrario a la innovación disruptiva. In Memoriam.
Editor
...hace ya siglos que la biologia nos enseña como la hipertrofia conduce a la necrosis. Así la concentración de recursos asistenciales frente a la red de servicios, nos lleva a una atención alejada del paciente y sin conocimiento, sin comprender su patologia.
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