lunes, 28 de septiembre de 2020

Más atención primaria, una innovación disruptiva



Una de las malas noticias que nos deja el 2020 ha sido la muerte de Clayton Christensen, un profesor de Harvard Business School que desarrolló la teoría de la innovación disruptiva y que ya mereció la atención de nuestro blog con el comentario del libro "The Innovator’s Prescription", donde el autor analiza los motivos por los que los sistemas sanitarios son tan refractarios a las innovaciones. Como creo que el esfuerzo que Christensen ha hecho para adaptar su teoría de la innovación a la sanidad lo vale, a modo de homenaje, he recuperado un vídeo de una conferencia que dio en King's Fund en 2013.

La innovación disruptiva, afirma Christensen en el vídeo, es un proceso que, mediante la simplificación de un producto o de un servicio, amplía mercados, hasta que los nuevos productos o servicios consiguen superar los originales, obviamente más pesados y costosos. Las tecnologías disruptivas han simplificado productos, los han abaratado y, con ello, han incorporado millones de nuevos consumidores al mercado. El ejemplo que le gustaba contar a Christensen era el de la aparición de los primeros ordenadores personales, debido a que, remarca él, los grandes constructores informáticos menospreciaron los nuevos ingenios. Sencillamente los vieron como un asunto de juegos y ocio. La historia es que las empresas informáticas que no apostaron, o que lo hicieron tarde, quedaron borradas del mapa. En resumen, la receta de la innovación disruptiva es clara: simplificar, abaratar y extenderse por todas partes.

En la conferencia de King's Fund, Christensen dijo que todos los sistemas de provisión de servicios sanitarios tienen tendencia a concentrar en los hospitales, especialmente en los universitarios, las grandes inversiones en tecnología, innovación e investigación, lo que recuerda el error de los constructores de ordenadores que no supieron intuir la innovación disruptiva de los ordenadores personales. Así vemos, afirma Christensen, como a pesar de la excelencia que los grandes hospitales proclaman, por culpa de las dificultades en el acceso de sus servicios y a la falta de competitividad, las innovaciones están siendo muy costosas y no acaban de conseguir el impacto deseado.

Para abordar la crisis generada por el hospitalismo, la innovación disruptiva que propuso Christensen en la conferencia fue muy clara: descentralizar la provisión de servicios sanitarios en dos direcciones: la de empoderar la atención primaria, la comunitaria y la domiciliaria para que amplíen su cartera de servicios y la de abaratar la tecnología y los servicios gracias a la telemedicina, la ehealth y a la popularización de ciertas pruebas diagnósticas, como por ejemplo la ecografía y los autocontroles en wearables.



La teoría de la innovación disruptiva (simplificar, abaratar y extenderse), que tan bien ha funcionado en el mundo empresarial, debería ser ahora el apoyo conceptual para vaciar los hospitales de todas las actividades que están ofreciendo de manera inapropiada, especialmente a los pacientes crónicos y, con ello, poder dotar por fin la atención primaria (incluyendo comunitaria y domiciliaria) de más servicios y mayor capacidad resolutiva.

Gracias Profesor Clayton Christensen por habernos recordado que la sanidad no debería ir en sentido contrario a la innovación disruptiva. In Memoriam.


Jordi Varela
Editor

1 comentario:

  1. ...hace ya siglos que la biologia nos enseña como la hipertrofia conduce a la necrosis. Así la concentración de recursos asistenciales frente a la red de servicios, nos lleva a una atención alejada del paciente y sin conocimiento, sin comprender su patologia.

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