viernes, 23 de abril de 2021

En las residencias, la soledad es el problema

Antoni Peris
Derivas de cine



El agente topo (M. Alberdi, 2020)

Hemos visto la historia otras veces. Un espía precisa un infiltrado, elige a uno sin ninguna experiencia y lo sumerge en un mundo que desconoce. El infiltrado tendrá que espabilarse para lograr su objetivo sin ser detectado como ajeno. La diferencia en El agente topo radica en que el infiltrado es un abuelo y el lugar una residencia geriátrica donde tiene que verificar si hay signos de maltrato a los internos. 

La película de Maite Alberdi, un documental brillantemente disimulado como obra de ficción, realiza una inmersión en la cotidianidad de estas instituciones. Utilizando actores no profesionales que interpretan sus propios papeles e integrando a las abuelas y las cuidadoras de la residencia en la trama se resigue el día a día del geriátrico: el momento de levantarse, las comidas comunes, las celebraciones y, por encima de todo, la eternidad de tiempos muertos en los que abuelas y abuelos confrontan entre ellos intereses comunes o desavenencias de carácter. 

En su peculiar investigación Sergio (y todos nosotros a través de él) verá como algunas abuelas desean más comunicación o, incluso, contacto físico, mientras que otras se incomodan por eso mismo. Ve como los cuidados recibidos por los pacientes son adecuados, pero no llenan los vacíos que muchos sienten. Sergio Chamy y Maite Alberdi ponen de relieve que el principal problema de las residencias geriátricas no es la praxis profesional, sino el aislamiento que sienten las personas internadas. 

Se puede plantear que El agente topo es un documental superficial, demasiado amable y que no entra ni en el análisis de la práctica profesional ni en los dramas individuales. Muy al contrario, la intención de Alberdi no era realizar un reportaje, sino captar la esencia de la situación, evidenciar que el gran problema de los geriátricos podría ser una soledad no deseada. Las diferentes anécdotas vividas por Sergio con una u otra residente, de caracteres muy opuestos entre sí, lo hacen muy patente. 

Hay otras obras más famosas que optan este año a premios, como El padre (The father, F. Zeller, 2020), que llevan a la pantalla interpretaciones dramáticas sobre la temida aparición de la demencia. Pero, después de un año en el que las residencias geriátricas se han llevado la peor sacudida de la pandemia (en nuestro país y en todo el mundo) y donde a los contagios se ha sumado una oleada de aislamiento, es muy recomendable compartir una reflexión tranquila y acertada como la de El agente topo. Esto nos tiene que llevar a efectuar todos juntos una reflexión a propósito de cómo enfocar el envejecimiento desde el punto de vista social y cómo mejorar la atención a las personas mayores desde el punto de vista sanitario.

1 comentario:

  1. Una película que pone de relieve un problema que, además de reflexión, necesita medidas urgentes. Quizá sea imposible su completa solución, pero no lo es mejorar el modo en que transcurre el último periodo de la vida y adaptarlo a un modelo más humano y centrado en la persona.

    ResponderEliminar