Las mujeres en edad fértil han sido excluidas de muchos ensayos clínicos, lo que se ha justificado, entre otros razones, por su seguridad y la de su descendencia. Todas las decisiones, tanto las que se toman como las que no, tienen consecuencias. Así pues, la investigación y sus conclusiones aplicadas a la clínica se han centrado mayoritariamente en la fisiología masculina. Todo esto es importante tanto por lo que respecta a la génesis de evidencia y la potenciación de la medicina de precisión, como para avanzar en las prácticas de valor y el Right Care.
En una reciente revisión de la revista The Lancet se consideran las influencias fundamentales del sexo y el género como factores modificadores de las principales causas de muerte y morbilidad. Diferencias genéticas, epigenéticas y hormonales de la sexualidad biológica influyen en la fisiología y la enfermedad. El trabajo explora el papel del sexo (construcciones biológicas) y el género (construcciones sociales) como modificadores de las causas más frecuentes de muerte y enfermedad y articula los determinantes genéticos, biológicos y ambientales que fundamentan estas diferencias. En el gráfico adjunto se pueden ver las tasas de mortalidad según el género en España.
Enfermedades del corazón
La hipertensión y la diabetes predisponen a las mujeres de edad a sufrir insuficiencia cardíaca en mayor proporción que a los hombres; la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada es el doble de frecuente en mujeres, y la inflamación y la fibrosis resultante tienen un papel específico en la patogénesis de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada.
Las diferencias también se producen en estrategias terapéuticas y así, por ejemplo, se ha observado una menor tasa de trasplante en mujeres.
Cáncer
Son bien conocidas las diferencias en la presentación del cáncer entre el género masculino (predominio del cáncer de pulmón) y el femenino (predominio del cáncer de mama). La supervivencia global también es menor en hombres que en mujeres. El riesgo más elevado de cáncer en los hombres se explica parcialmente por el predominio de hábitos dietéticos o comportamientos de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, pero posiblemente no son la única causa. Después de un ajuste adecuado para estos factores de riesgo, los hombres adultos todavía tienen un riesgo de cáncer más elevado que las mujeres. El predominio universal masculino en la incidencia del cáncer y los resultados diferenciales sugieren un papel fundamental del sexo, además del género, en la biología del cáncer.
EPOC y asma
El pulmón femenino es más susceptible a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que el pulmón masculino. Las mujeres que desarrollan la enfermedad presentan síntomas a una edad más precoz y con menor exposición al tabaco que los hombres.
El asma, caracterizada por una obstrucción variable del flujo de aire y una inflamación crónica de las vías respiratorias, también afecta a los hombres y a las mujeres de distinta forma.
Enfermedad de Alzheimer y enfermedad cerebrovascular
El curso clínico de la enfermedad de Alzheimer es más rápido en las mujeres que en los hombres, lo que podría reflejar el mejor rendimiento de las mujeres en las pruebas de memoria verbal utilizadas en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
Se ha descrito que las mujeres que sufren un ictus son tratadas de manera diferente que los hombres debido a que muchas son mayores y más frágiles y, por lo tanto, se consideran peores candidatas a la trombólisis y la trombectomía, las dos únicas terapias que son efectivas para el tratamiento del ictus isquémico agudo. Esta práctica es preocupante puesto que los datos emergentes sugieren que las mujeres que se someten a estos tratamientos se benefician más de la intervención que los hombres.
Tendremos que estar atentos para aportar valor a las prácticas clínicas a partir de las diferencias observadas entre hombres y mujeres y fomentar estudios que den respuesta a las necesidades de salud y que, al mismo tiempo, tengan presentes las necesidades del paciente (escuchar, comprender y compartir), como comentaba recientemente Jordi Varela en un post. El sexo es un modificador genético de la fisiopatología de enfermedades, su presentación clínica y la respuesta al tratamiento. El género influye en el comportamiento de la comunidad (sociedad), los clínicos y los pacientes, causa diferencias en las esferas social y psicológica de la presentación de la enfermedad y también determina cómo, cuándo y por qué una persona accede a la atención sanitaria y social.
En resumen, con la llegada de la medicina de precisión hemos de tener presentes el sexo y el género, que son fundamentales para la toma de decisiones a fin de promover la equidad de género en salud, sin olvidar las preferencias y valores de las pacientes.
Genial!!
ResponderEliminarPodeis aportar la revisión de The Lancet?
Adjunto el enlace del artículo de The Lancet.
ResponderEliminarhttps://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)31561-0/fulltext?rss=yes
Gracias por el feedback