viernes, 17 de marzo de 2017

Innovación en la atención del Paciente Crónico Complejo



Hace años que se está produciendo una "seroconversión" en el sistema de salud. Hemos pasado de buscar soluciones a la tensión organizativa que provocaba el exceso de consultas por urgencias menores a entender que la sostenibilidad pasa por la buena gestión del paciente pluripatológico y complejo incorporando a la intervención el abordaje de sus condicionantes sociales.

Empezamos ya a obtener evidencia en relación con algunas iniciativas que se han llevado a cabo a raíz de las recomendaciones de la gestión de la cronicidad que recogen los distintos planes de salud. Un reciente ensayo clínico publicado por María González Ortega cuestiona la utilidad de una intervención basada en el seguimiento telefónico realizada en la atención primaria y por médicos de familia externos a los pacientes crónicos complejos como actividad complementaria a la atención que reciben desde su equipo de atención primaria (EAP).

Otra interesante apuesta estructural es la incorporación de la enfermera gestora de casos en los EAP: pese a que se trata de una figura crucial para la gestión de la complejidad, existen patrones heterogéneos en cada territorio de manera que en algunos casos se encuentra vinculada a los propios EAP y en otros depende funcionalmente de unidades territoriales de gestión de la cronicidad.

Recientemente se ha iniciado una experiencia en el Área Integral de Salut Nord de Barcelona, gracias a la alianza entre las gerencias del ámbito de atención primaria de Barcelona del Institut Català de la Salut, el Hospital Vall d'Hebron y el centro sociosanitario de referencia. Esta unidad, liderada por clínicos de atención primaria en coordinación con el servicio de medicina interna del hospital de referencia, posibilita el trabajo conjunto para abordar precozmente las descompensaciones de los pacientes complejos desde un dispositivo de proximidad. El equipo incorpora a las enfermeras gestoras de casos de los EAP y pretende abordar también los condicionantes sociales que impacten en la salud del paciente.

Así pues, más allá de lo trendy y sin caer nuevamente en soluciones ineficientes y con poca rentabilidad social, es el momento de incorporar la creatividad a la gestión implementando, evaluando y generando evidencia a través de fórmulas organizativas sostenibles y potencialmente escalables, que permitan alinear intereses gerenciales y clínicos en beneficio del paciente.

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