Si hay un símbolo universal de la profesión sanitaria, además de la bata blanca, sin duda lo encontramos en el fonendoscopio. Laennec, en 1816, en el Hospital Necker de París, comenzó sus primeros estudios en la auscultación mediante un instrumento al que dio el nombre de estetoscopio, derivado de las palabras στηθος (pecho) y σκοπεω (examinar). Hasta ese momento la auscultación se realizaba con la escucha directa colocando la oreja sobre el pecho (ya realizada por Hipócrates). Esta, la escucha directa, tenía sus limitaciones prácticas tanto por las limitaciones en la transmisión de sonidos como por temas de pudor relacionados con el género del paciente si era mujer (los médicos eran mayoritariamente hombres) o la higiene.
Pero la tecnología ha avanzado, y en estos momentos la ecografía clínica, también llamada el "nuevo fonendoscopio", ya está al alcance de todos los colectivos asistenciales. El ecógrafo ha mejorado su resolución y ha disminuido su tamaño haciéndose más portátil, y también su precio ha bajado. En este sentido, algún medio como el National Post se preguntaba recientemente si el fonendoscopio está en sus últimos momentos a raíz de un congreso realizado en Canadá. El ultrasonido diagnóstico o sonografía, conocido popularmente como ecografía, ha tenido una evolución muy rápida gracias a su inocuidad, facilitando la posibilidad de practicar repetidamente exploraciones ecográficas a un mismo paciente, sin riesgos, sin preparaciones dispendiosas y a un coste relativamente bajo.
La noticia es buena: mejorar la tecnología del ecógrafo y generalizarla permite mejorar la precisión de los diagnósticos. Pero como en todo, cuando la tecnología es más alcanzable aparecen nuevas dificultades que salvar. En primer lugar, ya hace unos años que se ha iniciado el debate sobre las competencias respecto a qué especialistas pueden estar adecuadamente acreditados y para qué para su utilización. Ya ha quedado demostrado que, por ejemplo, la "ecografía focal" para sistemas, enfocada a problemas clínicos (y no la exploración convencional), mejora los tratamientos al mejorar el diagnóstico (en precisión y tiempo de realización). El uso de la ecografía en la emergencia y la urgencia abarca numerosos nuevos campos orientados a la utilización del ultrasonido por el mismo especialista que atiende a los pacientes críticos tanto en escenarios intrahospitalarios (como en ocasiones son las salas de emergencia o de cuidados intensivos) como en ámbitos prehospitalarios. En los enfermos no críticos, la ecografía clínica utilizada en la atención primaria también ha demostrado valor añadido mejorando el diagnóstico, evitando derivaciones y, en definitiva, acercando la resolución a la cabecera del ciudadano.
La preocupación de los profesionales especialistas en diagnóstico por la imagen, u otras especialidades que utilizan la ecografía como mecanismo diagnóstico habitual, es lógica: ¿cómo debe realizarse la generalización de la exploración a especialistas de otros entornos con todas las garantías necesarias? Afortunadamente, las diferentes sociedades científicas implicadas en el proceso y las administraciones ya hace unos años que comenzaron a trabajar para construir el marco que garantice la idoneidad para la implementación de la exploración fuera de los servicios de diagnóstico por la imagen y los gabinetes ecográficos.
Gracias a todo este esfuerzo la ecografía avanza y se extiende dentro y fuera de los hospitales y servicios de diagnóstico por la imagen. El uso de la ecografía se extiende a casi todas las especialidades y en especial a los médicos de atención primaria, y ya es habitual la existencia de ecógrafos en muchos centros de salud de las diversas comunidades autónomas. Los profesionales sanitarios de atención primaria necesitan medios que les apoyen en su trabajo con el fin de prestar la mejor asistencia al paciente y asegurar su diagnóstico. La ecografía es una técnica que puede ayudar y apoyar en este proceso de decisión clínica.
Y mirando de cara a un futuro próximo, ¿qué pasará con el estetoscopio? Mi visión es que durante varios años seguirá conviviendo con la extensión de la ecografía de perfil más generalista. Pero que en pocas décadas, con mucha probabilidad cuando ya se enseñe ecografía en los estudios universitarios de medicina, el "fonendo" acabará quedando como un medio de exploración residual.
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