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En el Hospital Vall d’Hebron se ha realizado alguna experiencia con pacientes diagnosticados de cáncer de próstata acompañados de familiares y junto a profesionales del equipo multidisciplinar (urólogos, radiooncólogo, enfermeras, trabajadoras sociales). En estas sesiones los pacientes tuvieron mayor y mejor interacción con los profesionales, pudiendo preguntar e intercambiar impresiones, consejos y experiencias. Al finalizar la sesión se evidenció que las visitas grupales son eficaces no solo para los pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, sino también para pacientes con afecciones urológicas como cáncer de próstata, disfunción eréctil o hiperplasia benigna de próstata, a pesar de la naturaleza sensible de los temas tratados. La experiencia fue valorada satisfactoriamente por pacientes, familiares y profesionales por lo que se ha decidido ampliar este tipo de sesiones a pacientes con otras patologías a las que sea aplicable.
Estas visitas presentan varias ventajas tanto para los pacientes como para los profesionales. Así, Egger et al. afirman que los pacientes mejoran su accesibilidad, la atención se presta en un ambiente más relajado, sienten que existe apoyo mutuo y retroalimentación entre ellos, reciben una atención plenamente multidisciplinar, obtienen respuestas a preguntas útiles que quizá no hubieran formulado en una visita tradicional, mejoran la educación para el autocuidado y obtienen respuestas a sus necesidades psicosociales.
Para los profesionales, por su parte, ofrecen una gestión más eficiente del tiempo, mejor gestión de las listas de espera, reducen la repetición de información y consejos y tienen oportunidad de conocer mejor a los pacientes en un entorno interactivo.
Pero las ventajas también son para el sistema sanitario. Las revisiones sistemáticas de Edelman y Quiñones enumeran los beneficios para pacientes con enfermedades crónicas: reducen las visitas urgentes, las hospitalizaciones, mejoran el control metabólico en enfermedades como la diabetes, reducen las visitas a la atención especializada y hay un mejor conocimiento sobre la enfermedad y comportamientos saludables.
Una sanidad basada en el valor, que tiene en cuenta los beneficios para el paciente, para los profesionales, para el sistema y para la sociedad, requiere un cambio de enfoque de la atención, con modelos innovadores que mejoren la experiencia de los pacientes. Las citas médicas compartidas son un ejemplo de innovación en la atención sanitaria, que además de muchas otras ventajas, tienen el potencial de reforzar la relación entre pacientes y profesionales.
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