lunes, 24 de septiembre de 2018

Urgencias hospitalarias: el campo de refugiados del sistema sanitario








@varelalaf
La sociedad cuenta con grupos poblacionales emergentes con necesidades sociales y sanitarias difíciles de encajar en el modelo de oferta de servicios, y así vemos como muchas personas frágiles y vulnerables son recogidas por las ambulancias y van a parar a las urgencias hospitalarias, las cuales se convierten en un campo de refugiados, tal como le gusta llamarlas a Sara Kreindler, responsable de investigación de innovación de sistemas de salud de la Universidad de Manitoba (Canadá). Con el fin de poner orden en estos campos de refugiados de la sanidad, se observan muchas iniciativas en todas partes: implantación de triaje, unidades de observación, unidades geriátricas, nuevas enfermeras gestoras de casos, enfermeras entrenadas en evaluación geriátrica o unidades de hospitalización a domicilio, por poner solo algunos ejemplos. Para ayudarnos a analizar un problema que no sabemos cómo abordar, Sara Kreindler ha elaborado un estudio cualitativo en el marco de una región de Canadá, del que ha concluido que las intervenciones parciales que tienen por finalidad mejorar la fluidez de la atención urgente a los pacientes complejos, muestran tres paradojas:

1) Pequeños éxitos no arreglan el fallo general del sistema
2) Tu innovación es mi complicación
3) Tu orden es mi caos

La teoría de las puertas

Muchas de las iniciativas parciales, especialmente las que se promueven en el ámbito comunitario, van a la búsqueda de grupos de difícil manejo para intervenir mediante metodologías de integración de servicios y, por este motivo, deben ser muy restrictivas en sus criterios de admisión, de donde nace el axioma de Leutz (o cuarta paradoja): "tu integración es mi fragmentación". Este axioma expresa el desconcierto del sistema cuando no hay concordancia entre los criterios de las diferentes puertas, sobre todo porque muchos pacientes, llegados al punto de la complejidad, no responden a categorizaciones unívocas. El resultado es que los programas más alabados son los que seleccionan con mayor rigor a los pacientes, mientras que los que tienen que hacer de coche escoba, como las urgencias hospitalarias, son los que tienen más problemas de fluidez y funcionamiento. La contradicción de los proyectos limitadamente innovadores es que los que construyen puertas restrictivas lo hacen con la confianza de que los campos de refugiados, de puertas generosas, atenderán a los pacientes inclasificables, a pesar de que los servicios de urgencias sean lugares siempre desbordados, donde no es difícil dar respuestas adecuadas ni proporcionadas a las necesidades de cada persona.

Las tres paradojas de Kreindler desaconsejan continuar con los intentos de reformar los sistemas desde dentro y nos llevan a diseñar un nuevo modelo a partir de las necesidades de cada segmento poblacional, del análisis de las trayectorias clínicas en su globalidad y de la génesis de equipos profesionales multidisciplinares que se ocupen de manera integral de la gestión de los servicios sanitarios y sociales ajustados a cada entorno y a cada persona.


Jordi Varela
Editor

2 comentarios:

  1. me parece muy complejo y paradójico de acuerdo a mi entender lo planteado por el autor en donde por un lado propone l conformación de equipos multidisciplinarios que se ocupen de manera intergral de la gestión y por otro lado actuar de acuerdo a cada grupo poblacional.
    totalmente de acuerdo con la cuarta paradoja un realidad actual muy cierta

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  2. Y que papel podría jugar la psicologia clínica en estos equipos multidisciplinares?
    Que tanto por ciento de pacientes PCC, o pacientes con ataques de pánico podrían ser abordados mediante una intervención psicológica breve en urgencias?
    Disminuiría el problema o añadiría costes prescindibles?

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