Hace poco más de un año y medio se publicó un artículo editorial en la revista The Lancet titulado "The future of the NHS" en el que se empieza haciendo mención de las conclusiones de un reciente informe de la Cámara de los Lores que afirma que el sistema sanitario y social es insostenible y está a punto de quebrar. Un ruido que en nuestro país también se va oyendo.
El paralelismo que se puede establecer con nuestro sistema sanitario es absoluto e invita a diferentes reflexiones. La planificación a corto plazo supeditada a la agenda política es difícil de gestionar dadas las necesidades reales de la ciudadanía. La población necesita una acción de planificación a más largo plazo que permita la continuidad de los proyectos más allá del rédito electoral necesario cada pocos años.
Hay aspectos estructurales en los que habría que avanzar, como por ejemplo la insuficiencia presupuestaria. Son conocidas algunas bolsas de ineficiencia del sistema que también se podrían abordar para liberar recursos y reinvertirlos en el propio sistema. En un reciente post, el Dr. Varela insistía en aplicar la Ley de Sutton con objeto de conseguir los recursos necesarios para mejorar la financiación de los servicios a las personas con necesidades complejas.
Pero uno de los grandes retos de los próximos tiempos es cómo abordar el desánimo de muchos profesionales que han tenido que soportar una moderación salarial y, al mismo tiempo, un aumento de las demandas y las exigencias (más por menos), con dificultades para cubrir las plazas necesarias de acuerdo con los estándares organizativos actuales. Todos recordamos los titulares de los periódicos durante las huelgas del entorno sanitario que se han desarrollado a finales de 2018. El mencionado informe del NHS se concluye que la mayor amenaza para el sistema es la falta de estrategia a largo plazo para asegurar unos profesionales capaces, muy entrenados y comprometidos.
Puesto que los protagonistas de la mejora del estado de salud de la población son tres, profesionales, sistema y ciudadanos, efectuaré unas breves reflexiones destinadas a cada uno de ellos.
Los profesionales
Uno de los retos que tenemos que abordar los profesionales es colaborar en la transformación de un sistema sanitario que se creó para atender la patología aguda y no la cronicidad. Este reto requiere compromiso, generosidad y capacidad de desaprender para adaptarse a una nueva forma de trabajar en equipo con profesionales procedentes de diferentes entornos sanitarios y sociales.
En este sentido, sabemos que no existe una fórmula única y que cada territorio tendrá que adaptar lo que sabe que funciona en su ámbito como, por ejemplo, modelos que faciliten el trabajo conjunto de los servicios sociales y sanitarios, el trabajo en equipo multidisciplinar y los planes individuales compartidos y consensuados con el paciente y su familia.
No es posible avanzar si no se realizan pruebas que se evalúen y se publiquen. Estos "experimentos" se tienen que desarrollar sin miedo, con el compromiso de rectificar lo que las evaluaciones indiquen que no va suficientemente bien. También es importante dar a conocer las experiencias fallidas para contribuir a una innovación productiva basada en la evidencia.
El sistema
Nuestro sistema sanitario fue diseñado para el tratamiento de enfermedades agudas a mediados de siglo XX, lo que ha marcado mucho su desarrollo. El sistema se ha adaptado mal a la gestión de enfermedades crónicas y al creciente número de personas de edad avanzada con multimorbilidad y fragilidad. Los que tienen la obligación de diseñar la evolución del sistema han de planificar a más largo plazo, con criterios basados en la evidencia y dotando a los proveedores de herramientas que les permitan evolucionar en la buena dirección.
El sistema, entendido como el conjunto de políticas, organismos y proveedores que contribuyen a la salud de la población, debe pasar a los hechos y ser proactivo. En este sentido hay que desarrollar políticas encaminadas a mejorar la financiación, racionalizar la cartera de servicios y su provisión y favorecer la aplicación de la Ley de Sutton (dejar de hacer para poder hacer) que he mencionado al principio.
Otro aspecto que hay que tener presente, y que ya he mencionado, es que el ciclo técnico y el ciclo político deben alejarse e incluso desvincularse. Hay demasiados buenos proyectos que han acabado quedando en un cajón por el simple hecho de que han sido "otros" quienes los han iniciado.
El ciudadano
Los usuarios y potenciales usuarios del sistema sanitario se sienten bien atendidos, pero reclaman mejoras en la accesibilidad y en la continuidad asistencial. Pero también piden una mejora en la integración de los servicios sociales y sanitarios, con una orientación más comunitaria del sistema sanitario.
Hay que acercar la salud a las casas y a los barrios y no basta con potenciar una atención primaria más resolutiva y una salud comunitaria que está progresando tímidamente en los últimos años. Más allá de la cronicidad, la soledad de las personas de edad es uno de los factores que impactan de forma más negativa en la salud, y los ciudadanos nos piden que todos los que podemos hacer algo actuemos conjuntamente. Unos ciudadanos que también son conscientes de que tienen deberes y, entre los más importantes, la obligación de vivir de la forma más saludable posible como responsables de su propia salud.
Se considera que un 10% de los resultados de salud de la población son atribuibles al sistema sanitario, mientras que los factores sociales, económicos, ambientales y culturales pueden llegar al 70%. Esto indica que los problemas de salud pública subyacentes necesitan recibir más atención de la que reciben actualmente. Así pues, y velando per la salud de la población, hay que ir evolucionando de un modelo sanitario basado en la biomedicina a otro más social e ir generando cambios en las prioridades de financiación hacia los determinantes sociales, conductuales y ambientales de la salud.
Necesitamos investigación independiente que reúna expertos clínicos, expertos en políticas, ciudadanos y pacientes para responder a las preguntas: ¿qué tipo de sistema queremos y necesitamos en las próximas décadas? ¿Y cómo lo podemos conseguir?
Tenemos mucho trabajo por delante y de momento vamos avanzando con grandes dificultades que hemos de vencer por el bien de todos: ciudadanos, profesionales y sistema.
Importante, educar en una verdadera CONCIENTIZACIÓN, real de este tema tan dificil. , pasa el tiempo y los cambios no se ven ,...los gobiernos tienen que enfrentar este tema... la tecnologia avanza a paso agigantados, el ser humano , piensa , habla , pero hay que trazar un camino urgente ... actuar actuar .. .todo lleva su tiempo. El cambio tiene que ser entre todos, dejando la ideas políticas , hay que pensar en le Paciente , ese ser humano que acude al profesional y muchas veces no es escuchado ... {cada ser es único e irrepetible. ) por lo tanto debemos CUIDAR LA VIDA DE CADA PACIENTE , EDUCAR EN PREVENCIÓN. CONTROL CORRECCIÓN... Con ciencia + ciencia + responsabilidad. + humanidad- Para preservar el derecho a la la vida y la salud de cada persona. ... RODRIGO AGUIRRE CAMBLOR SEGURIDAD DEL PACIENTE .
ResponderEliminarMuchas gracias por tus reflexiones i comentarios.
EliminarSaludos