lunes, 7 de diciembre de 2020

Seguridad del paciente: creer e implicarse

Jordi Varela
Editor





En una conferencia organizada por el "Patient Safety Movement", Peter Pronovost defendió la idea de que para lograr metas que parecen imposibles, como por ejemplo que desaparezcan las infecciones hospitalarias, se necesita creer e implicarse. Para hacerse entender, Pronovost explicó el caso de Rosa Parks, la mujer de color que en 1955 en Alabama no cedió el asiento a un hombre blanco, una provocación que le costó ir a la cárcel. Este hecho fue uno de los detonantes del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos que logró, entre otras cosas, abolir la discriminación racial en el transporte público. En aquella acción de Rosa Parks dirigida contra una norma injusta hubo determinación, condición necesaria pero insuficiente si no hubiera habido un movimiento que se hizo suya la protesta, sin el cual dicho acto habría quedado como una simple anécdota, como de hecho ya había ocurrido en otras acciones similares anteriores a aquella.




Pronovost explicó que en 2001 Josie King, una niña ingresada en la UCI pediátrica por quemaduras, murió por una sepsis desencadenada por un catéter infectado y aquella muerte le animó a lanzar una iniciativa ambiciosa que pretendía combatir frontalmente la idea entonces prevalente de que las infecciones hospitalarias eran inevitables. Pronovost bautizó el proyecto con el lema "bacteriemia cero" y con el fin de crear la narrativa, se enfundó el maillot de líder, proyectó una investigación que logró demostrar que el uso de un checklist era un instrumento efectivo (Pronovost et al 2008) y creó una red de intensivistas en Michigan dispuestos a apoyar la nueva idea.

La iniciativa ha sido un éxito porque, desde entonces, las infecciones por catéter en EEUU se han reducido en un 85%, pero Pronovost insiste en que esto no está ganado y que para conseguir el "cero absoluto" es necesario que cada hospital crea en ello y cuente, además, con un proyecto bien estructurado y unos profesionales implicados, para lo cual, los cuatro elementos claves deben ser los siguientes:
  1. Políticos, gestores y clínicos, deben creer que las infecciones hospitalarias son evitables y deben comprometerse a abolirlas.
  2. Se debe crear un proyecto basado en: a) un grupo de trabajo con dedicación plena, b) un plan de formación específica y c) un checklist objetivable y evaluable.
  3. Se debe fomentar el benchmarking entre centros además de encuentros para el aprendizaje compartido.
  4. Los resultados se deben publicar de manera transparente, un elemento imprescindible para no parar nunca de mejorar.
Un toque de realidad local

El informe de la Central de Resultados de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS) del año 2018 dice que la tasa de bacteriemia por catéter venoso global es de 0,20 por cada mil días de catéter, con una serie que, si nos ceñimos a los hospitales de los niveles 1 y 2 del Vincat, va del 0,03 al 0,34. Es decir, a pesar de que la tasa global se acerca al cero deseado, se sigue observando que hay centros en los que las bacteriemias por catéter son 10 veces superiores a las de otros. Una inequidad injustificable por respeto a las personas que deben ingresar en los hospitales con peores resultados.

Los hospitales son un medio propicio para que las bacterias más resistentes infecten a los pacientes más vulnerables. Por lo tanto, si queremos ofrecer seguridad a las personas que deben ingresar, hay que aplicar las 4 reglas de Pronovost, la única manera de reducir infecciones y evitar muertes.

1 comentario:

  1. Buen articulo me ha gustado siempre la organización sanitaria y en esta web https://fp2020.es/cu-fp-anatomia-patologica-y-citologia-2020 vi donde podría aprender anatomía patológica y citología y especializarme en ello.

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