lunes, 16 de mayo de 2016

Unidades de Gestión Clínica, cuestión de estrategia







Cuando se habla de Unidades de Gestión Clínica (UGC) se detectan dos aspectos sobre los que, pienso, hay unanimidad. Uno es en la finalidad de la iniciativa. Veo bastante consenso en los fundamentos de las nuevas unidades que se cree que deberían estar basadas en la experiencia de los pacientes, la calidad de los procesos clínicos y la efectividad de las acciones. El otro punto sobre el que hay acuerdo es pretender que las UGC disfruten de la máxima autonomía posible (recuérdese las aportaciones de Michael Porter al respecto). Donde observo, sin embargo, desacierto, e incluso desorientación, es en la estrategia de desarrollo de los nuevos modelos.

Los controvertidos decretos de gestión clínica

Algunas comunidades autónomas han optado por la elaboración de decretos de gestión clínica y, como era de esperar, han situado el tema en el entorno de la política, con todo lo que ello conlleva. Por poner algunos ejemplos: El "Servicio Andaluz de Salud" redactó un borrador legislativo del año 2011 que tuvo la oposición de la "Asociación de Defensa de la Sanidad Pública" y a día de hoy todavía no ha sido aprobado. En Galicia, en cambio, sí que hubo un decreto, aunque contó con el rechazo de los sindicatos y de ciertos grupos profesionales, oposición que logró que un tribunal anulara una parte. En Castilla y León el decreto de gestión clínica se ha aprobado después de haberlo tenido que adaptar a una sentencia previa.


Las estrategias de desarrollo de la gestión clínica que se observan en España se han embarrancado en discusiones sobre derechos adquiridos y sospechas de privatización. A pesar de admitir que los gobiernos han de empujar los cambios desde arriba, convendría ser más astutos, abandonar las aproximaciones generadas desde las cúpulas de las instituciones (top-down) y saber explicar que esto de la gestión clínica va de liderazgo profesional y trabajo en equipo, en una dinámica que debería ser netamente de abajo a arriba (bottom-up).

5 cuestiones previas para el desarrollo de la gestión clínica

Visto el callejón sin salida en el que se encuentra la gestión clínica en muchas comunidades autónomas, les ofrezco 5 cuestiones previas que deberían permitir reconducir las iniciativas por el camino adecuado. Estas propuestas, lejos del café para todos, es un filtro que quiere dejar claro que sólo los que hoy están trabajando en la dirección adecuada recibirán la responsabilidad de asumir nuevos retos y más competencias.

Las preguntas que se presentan a continuación deberían ser contestadas por los profesionales que opten a dirigir una UGC (la filosofía que subyace en ellas está inspirada en las aportaciones de Richard Bohmer):
  1. ¿Es usted un líder apreciado por los compañeros y por los pacientes?
  2. ¿Ha demostrado ser capaz de generar un clima de trabajo en equipo entre sus colaboradores?
  3. ¿Los planes de actuación clínica en su equipo se acuerdan entre todos los actores (incluidos los pacientes)?
  4. ¿En su trabajo clínico actual se practica la mejor evidencia posible?
  5. ¿En su equipo analizan las causas de los errores para evitar que se vuelvan a repetir?
Si las respuestas son positivas, habrá que dar confianza y ofrecer, a los que pasen la criba, los instrumentos para empezar a trabajar con metodología porteriana: identificación de la tipología de pacientes, delimitación del equipo y funciones, diseño de procesos en base a la experiencia de los pacientes, la efectividad clínica y la eficiencia en la gestión (triple aim), contrato de gestión, presupuestos y metodología evaluativa. Sin olvidar que les hará falta muchas dosis de ánimos y de acierto.


El despliegue de UGC debería basarse en la selección de equipos bien liderados, con visión y dinámicas positivas, rigurosos, que saben gestionar la experiencia de los pacientes, que aprenden de los errores y que evalúan lo que hacen.

No tengan duda de que las unidades de gestión clínica que crecen desde abajo de manera consistente y que, además, obtienen apoyo de los de arriba, son imbatibles, al margen de los decretos.

Jordi Varela
Editor

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