Me ha parecido de interés introducir esta cuestión ya que, en estos momentos, nuestro nivel de perplejidad seguramente se incrementa cuando observamos (o sufrimos...) como se están abordando ciertos temas que, en principio, calificaríamos como meramente técnicos. Por motivos profesionales, he realizado una reciente inmersión en el abordaje de la gestión clínica (GC) en distintas regiones de España, y al profundizar en la temática uno no puede dejar de asombrarse ante lo que acontece. Resumiendo la situación: nos encontramos con que una administración sanitaria que propone, de una forma más o menos reglamentada, el desarrollo de programas de gestión clínica, a partir de aquí se ha de enfrentar con una fuerte oposición político-sindical que acusa a gestores y profesionales de “privatizadores”. Sinceramente desconozco los orígenes, pero es de suponer que algo no se ha hecho bien entre las varias partes implicadas.
Una vez más entiendo que el origen está en “la ignorancia” que, como afirma el popular dicho, “es muy atrevida”; es fácil enterarse de que:
- King's Fund ya inició en el 1951 sus programas de liderazgo clínico y que ya ha celebrado cuatro “Annual Summits” sobre “NHS leadership and management”.
- Que después de impartir años de exitosos cursos sobre “Clinical Management & Leadership” el Department of Clinical Research & Leadership de la George Washington University acaba de anunciar la celebración de estos cursos online.
- Que en España existe una revista que se llama Gestión Clínica y Sanitaria desde 1999 y que en nuestro entorno existe abundante bibliografía, entre otros y a modo de ejemplo, el libro “Innovaciones en gestión cínica y sanitaria” de Meneu R, Ortun V y Rodriguez-Artalejo F, amén de muchas otras iniciativas y evidentemente de este mismo blog.
En varias comunidades españolas hay iniciativas, con el nombre de gestión clínica o similares: Andalucía, Asturias, Baleares, Catalunya, Galicia, Valencia, etc. y seguro que otras muchas no identificadas.
Lo incomprensible es que, una propuesta que es necesaria en todos los aspectos sanitarios y que muchos de los mismos profesionales la ven como una oportunidad de trabajar mejor (para resumirlo) sea visto como una grave amenaza a combatir, con todos los medios, incluso los periodísticos generales.
Una vez más el denominador común de este problema y otros problemas está en la acuciante y desesperante ausencia de un “framework” en nuestro(s) sistema/servicio nacional de salud, es decir: establecer el dónde estamos, a dónde vamos y cómo lo hacemos. A modo de ejemplo y para facilitar la comprensión del necesario concepto sugiero la lectura del excelente Policy Analysis publicado el pasado mes de febrero por The Health Foundation: Constructive comfort: accelerating change in the NHS de Clare Allcock, Felicity Dormon, Richard Taunt and Jennifer Dixon, que promueve dinamizar el cambio en el NHS, en todos los agentes, pero con una especial mención en el “front line” es decir los profesionales clínicos que trabajan en el contacto directo con los pacientes.
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