Un grupo de radiólogos de varios hospitales universitarios americanos (Massachussets General, Cleveland, Brighman and Women's, etc.) han iniciado un debate en el Journal of the American College of Radiology sobre la eventualidad de que los radiólogos dejen de informar los hallazgos ocasionales sin significación clínica. "La función tradicional del radiólogo -dicen- es advertir de todo lo que ve, dejando la interpretación de la importancia de los hallazgos al médico referente. Pero, ahora, abrimos la oportunidad de ir más allá, y no sólo intervenir diciendo, por ejemplo, que una anormalidad observada es benigna, sino tomando la decisión de no informar las más leves, dado que es posible que nuestro dictamen genere confusión y acabe provocando actuaciones desmesuradas".
A propósitos de los quistes renales de nivel I de la clasificación Bosniak
Los radiólogos firmantes del artículo utilizan los hallazgos de quistes renales, que son muy frecuentes y llegan a una prevalencia del 36% en mayores de 80 años, para no informar de los quistes renales de nivel I de la clasificación Bosniak en sus dictámenes, de acuerdo con los siguientes criterios: a) el quiste no es el motivo del examen, b) no genera problemas locales, c) no tiene potencial malignizante, y d) no tiene probabilidades de generar una poliquistosis renal.
Prevenciones legales
Los autores reconocen que la propuesta de no informar abre nuevos riesgos legales para los radiólogos, y por este motivo creen que el debate profesional debería reforzarse con el despliegue de análisis que contrasten los beneficios y los riesgos tanto de informar como de no hacerlo. Hay que generar -afirman- un cuerpo doctrinario al respecto, debido a que los escáneres de hoy, amplificados con técnicas funcionales y perfusionales, tienen una capacidad impresionante de visualizar todo tipo de hallazgos impensables hasta hace poco, y a modo de ejemplo recuerdan que American College of Medical Genetics and Genomics ha elaborado un consenso que dice que los genetistas sólo deben informar de las variantes genéticas que han demostrado estar relacionadas con patologías, y desaconsejan, por tanto, dictaminar las anomalías genéticas detectadas que no se les conocen asociaciones patogénicas.
La eclosión de técnicas de diagnóstico por la imagen, y la admiración que despiertan entre médicos y pacientes, está abriendo un debate sobre el papel que deben jugar los radiólogos en esta nueva medicina con fuerte tendencia a la exageración. Los autores de este artículo, bajo el amparo de la American College of Radiology, creen que los radiólogos deben abandonar el papel de notarios para implicarse más en el valor de la práctica clínica. Bienvenidos al club.
Jordi Varela
Editor
Gracias Jordi por tu aportación, realmente me parece brillante¡
ResponderEliminarCon buen criterio el radiólogo no puede dejarse fuera de la práctica clínica, la radiología es un método más dentro de la aparatología médica para llegar a un diagnóstico. Debe pues implicarse más en el papel de llegar a un diagnóstico clínico certero, para ello será esencial el trabajo del radiólogo junto con el clínico.
Yo creo que los que se observa en una exploración radiológica se debe informar. Un quiste Bosniak I es muy frecuente y no se debe realizar nada con él desde el punto de vista quirúrgico. Lo que debería explicarse en las facultades y reunions de urólogos o raiólogos con medicos de atención primaria es la naturaleza benigna de los mismos y así no crear posibles miedos a los enfermos. Ásí, cuando un medico sea informado que en una exploración se ha detectado un quiste renal Bosniak I, éste debe tranquilizar a sus pacientes. Pero informar de lo observado si que creo que debe quedar refejado en el informe.
ResponderEliminarUn saludo
Dr Darío Garcia Rojo. Urólogo
Dario,
EliminarEstoy de acuerdo contigo, pero la realidad de la práctica clínica y la ansiedad inherente a ella, produce mucha actuación inapropiada, de ahí la propuesta de los radiólogos firmantes del trabajo.