En la Conferencia "Preventing Overdiagnosis" del pasado mes de septiembre en Barcelona, tuve ocasión de escuchar la presentación que la Dra. Catherine Calderwood, Chief Medical Officer for Scotland, hacía del programa Realistic Medicine que promueve el National Health Service en Escocia. Me pareció una propuesta que contenía muchos elementos de reflexión para los clínicos y la guardé en la carpeta de posts en espera.
El realismo en la medicina
Según los expertos escoceses: "Cuando los médicos están enfermos, generalmente optan por tratamientos más ligeros de los que ellos mismos recetan a sus pacientes. Este hecho -afirman- es una señal de que en los esfuerzos para proporcionar alivio de la discapacidad, la enfermedad y la muerte, la medicina moderna está teniendo tendencia al exceso y, como consecuencia de ello, se están detectando muchas actuaciones que no ofrecen un balance favorable cuando se comparan beneficios y daños. Por este motivo -dicen los expertos escoceses- es necesario dirigir los esfuerzos a reducir el derroche y fomentar las prácticas clínicas de valor." En otro apartado, el documento destaca que, en muchos casos, la tozudez de querer aplicar guías de práctica clínica en pacientes con multicronicidades o en personas frágiles puede conducir a actuaciones desproporcionadas.
Las bases de la Realistic Medicine
Cuando se lee el programa, lo primero que sorprende es que el escrito está lejos de la retórica tecno-burocrática al que nos tienen acostumbrados los informes gubernamentales. En este documento, en cambio, se recogen elementos más propios de la reflexión profesional.
Fíjense en los temas que Catherine Calderwood, y su equipo de colaboradores, ponen a debate: a) Fomentar una aproximación más personalizada al trabajo asistencial, b) Cambiar la forma como se toman las decisiones clínicas dando más protagonismo a los pacientes, c) Reducir las variaciones de la práctica clínica y mejorar los resultados, d) Reducir el derroche y aumentar la seguridad de los pacientes, e) Gestionar mejor el riesgo, y f) Fomentar las actitudes innovadoras de los profesionales.
Los escoceses saben, y nosotros también, que para pasar de una medicina fragmentada-consumista a una medicina realista (o basada en el valor) hay que conseguir que los pacientes se impliquen, que los médicos asuman responsabilidades en el liderazgo, que las enfermeras desarrollen competencias avanzadas y que se priorice el trabajo en equipo interdisciplinar. Eso no va de reformas tecnocráticas, eso va de cambio cultural.
Jordi Varela
Editor
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