@varelalaf |
La medicina interna es una especialidad de larga tradición y la madre de casi todas las especialidades no quirúrgicas, de manera que lo que se espera de ella es que aporte una visión generalista en la atención hospitalaria de los enfermos complejos. Los internistas se forman bajo el principio de que ningún problema clínico del adulto les es ajeno, aunque, como es obvio, no pueden abarcar en profundidad todos los conocimientos y técnicas que están a disposición de la medicina moderna, por lo que deberían liderar, más de lo que lo hacen ahora, los equipos multidisciplinarios, con el fin de ofrecer a los pacientes complejos una atención integral, en vez de que estos tengan que sufrir la suma de múltiples actuaciones demasiado a menudo descoordinadas.
El modelo de las UCI, un ejemplo a seguir
La epidemia de poliomielitis de los años 40 y 50 hizo surgir los primeros aparatos de ventilación con presión negativa, también conocidos como pulmones de acero, para luego evolucionar hacia los de presión positiva. Como era de esperar, las indicaciones de la terapia respiratoria intensiva se fueron ampliando hacia otras casuísticas, como los pacientes politraumatizados, los enfermos en coma, los pacientes en post-operatorios complejos, etc. Con todo ello, los administradores de la época se dieron cuenta de que no podían formar a todas las enfermeras del hospital en el manejo de los ventiladores y optaron por la creación de unidades específicas con personal bien entrenado que se hiciera cargo de los pacientes con necesidades de ventilación mecánica fuera cual fuera su enfermedad. Hecho el primer paso, muy pronto surgió la necesidad de disponer de médicos especializados en una visión generalista del manejo de los pacientes críticos.
El modelo organizativo de las UCI de hoy, del que habría que tomar ejemplo para el manejo de los pacientes complejos en las plantas de hospitalización, se caracteriza por los siguientes rasgos:
- Plantilla de médicos especialistas en criticidad que tienen dedicación plena sin otras distracciones que no sean las académicas.
- Plantilla de enfermeras entrenadas en el manejo de pacientes críticos.
- Trabajo en equipo multidisciplinar al que se unen los especialistas requeridos en el marco del plan individualizado acordado entre los pacientes, las familias y el equipo de la UCI.
- Guardias médicas a cargo de los médicos de plantilla, lo que preserva la continuidad asistencial de los pacientes ingresados.
- Sin olvidar que los movimientos recientes para favorecer la humanización de las UCI, conllevan muchas iniciativas de atención centrada en los pacientes.
Un nuevo liderazgo generalista para los internistas
En una sesión académica conjunta entre las sociedades científicas de gestión sanitaria y de medicina interna (13 de febrero), se debatió que los internistas deberían liderar un nuevo modelo organizativo en las plantas de hospitalización y, para ello, sólo sería necesario que imitaran el modelo de las UCI con:
- Presencia continuada en las plantas de médicos hospitalistas con dedicación plena.
- Trabajo en equipo multidisciplinar especialmente entre médicos y enfermeras.
- Atención centrada en el paciente con pases de visita estructurados.
- Colaboración con los especialistas requeridos en el marco de los planes individualizados
- Guardias médicas en la propia planta.
- Coordinación de las actuaciones con la atención primaria para facilitar las transferencias de los pacientes complejos en su entorno comunitario.
Para combatir la fragmentación imperante en los hospitales de hoy, los internistas deberían tomar partido entre su alma de especialistas de ciertas patologías (infecciones, sistémicas, autoinmunes) y su alma generalista. Sin menospreciar la importancia de la primera, los hospitales necesitan urgentemente líderes en la segunda, y si los internistas no aceptan este reto, ¿quién lo hará?
Jordi Varela
Editor
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar