Great piece from @NewYorker on how shared decision-making looks in practice & how it can help improve #HCQuality http://t.co/NlBVP1xOQV
— Commonwealth Fund (@commonwealthfnd) July 13, 2013
The Commonwealth Fund es una organización privada casi centenaria que fue creada con la misión de promover la eficiencia, la calidad y la accesibilidad del sistema sanitario norteamericano.
Nuestro tweet de la semana, emitido por esta fundación, nos remite a un artículo muy interesante de la cardióloga Lisa Rosenbaum (foto), publicado en "The New Yorker", donde la articulista utiliza varios ejemplos extraídos de su propia práctica clínica para ilustrar la dificultad del ejercicio de la "decisión clínica compartida". Uno de los casos comentados es el de su propia madre, cardióloga como ella, que se rompió el brazo en cuatro partes y, ante la gravedad de las fracturas, los traumatólogos le recomendaron que se pensara la eventualidad de una intervención quirúrgica, que incluía un riesgo de entre un 20 y un 50% de desarrollar una necrosis avascular del hueso, mientras que si seguía un tratamiento conservador, con inmovilización y posterior rehabilitación, tenía un riesgo, no estimado numéricamente, de limitación funcional residual y de artritis post-traumática.
Como afirma la Dra. Rosenbaum en el artículo, esto de la "decisión clínica compartida" es un asunto muy atractivo para políticos, inversores e investigadores, pero, en cambio, en la práctica de cada día, el médico que ejerce esta técnica se enfrenta a dos fenómenos que le son muy difíciles de manejar: el primero es el llamado "efecto heurístico", un concepto que recoge la idea de que las personas, en el momento de decidir, nos dejamos influir más por las emociones que por las cifras, como, por ejemplo: "Un amigo mio murió en el quirófano y, por tanto, por más que me cuente, la doctora no me engañará" o al contrario: "La vecina de arriba se operó cuando ya era demasiado tarde para salvarle la pierna. Creo que tendré que hablar con la doctora a ver si ya se deciden a enviarme a quirófano". El segundo fenómeno es la relación desigual de agencia que se establece con el paciente, y esto se expresa cuando al final, después de compartir mucha información y muchas cifras, el paciente se mira al médico y le pregunta: "Doctor, si se tratara de su madre qué haría?" O como escribe la articulista "You're my quarterback. Do you understand?"
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