viernes, 2 de diciembre de 2016

Para mejorar el gasto hay que reducir el coste







Es bien conocido que el presupuesto destinado a los servicios de salud ha soportado una reducción acumulada bestial en los últimos años. Es un hecho no deseable, pero no se puede negar el mérito de haber sufrido y de haber resistido el recorte, los profesionales en primera instancia y los usuarios en su propia piel. Triste pero meritorio.

El presupuesto de salud difícilmente será mucho mejor a corto-medio plazo pues la coyuntura es la que es y por definición el déficit público tiene techo. Lamentarnos de que no se han gestionado bien los recursos durante las "vacas gordas" ahora no conduce a nada. Aunque parezca una contradicción, la gestión del gasto no se podrá mejorar si el sistema de salud y los usuarios, juntos, no somos capaces de limar los costes evitables y que nos lastran. Sólo así podremos liberar recursos y destinarlos a hacer más eficiente el sistema.


Los costes que se puede y conviene evitar son diversos, pero propongo que nos fijemos en un aspecto que aunque ha sido estudiado, puede que no se haya trabajado con suficiente intencionalidad. La cuestión es: ¿Se debe tratar la falta de preparación de los pacientes y su comportamiento inadecuado como factores de aumento injustificado del coste de salud? Expresado en otros términos : ¿Es la hora de que los pacientes asuman una mayor responsabilidad con en relación a su propia salud? ¿Cuando se habla de pacientes se piensa en el conjunto de la sociedad?

Haciendo una búsqueda informal en la literatura aparecen datos reveladores. Aunque la mayoría de los casos que vienen a continuación se refieren a estudios hechos en EEUU, en alguna medida las conclusiones se pueden extrapolar a nuestra realidad.

Obesidad / Inactividad: El coste directo de la falta de actividad física puede llegar a representar más del 2% del gasto sanitario, y el coste directo de la inactividad y de la obesidad juntos podrían llegar a superar el 9% del presupuesto del sistema de salud.

Substancias: El 4% del gasto de salud en en fumadores mayores de 45 años es consecuencia del tabaquismo. Los costes de salud derivados del exceso de consumo de alcohol pueden representar un gasto equivalente a la derivada del tabaquismo. Las drogas ilegales sólo representan el 20% de los costes sanitarios derivados del total del consumo de drogas. 

Contaminación: La contaminación del aire causa el 6% de la mortalidad total anual, y la mitad puede ser atribuida al tráfico motorizado.

Entorno de trabajo: Entre el 5% y el 8% de los costes sanitarios anuales pueden ser atribuidos a las prácticas de gestión en las empresas y al impacto, entre otros, del estrés de los empleados. 

Soledad: Se está trabajando para medir el coste de la soledad

Podemos encontrar aún otros elementos de coste que son tanto o más relevantes como los que se han enumerado antes. ¿Qué extra-coste supone el hecho de ser un sin techo? ¿Qué impacto económico implica la falta de educación en salud (health literacy)? ¿Qué coste supone no mantener una dieta equilibrada? ¿Qué extra-coste se relaciona con el incumplimiento terapéutico?

Estos datos dejan poco margen de duda y es hora de que los pacientes y la sociedad asumamos nuestra responsabilidad en salud. Hay mucho trabajo por hacer, pero es de la máxima urgencia que alguien se ponga a liderar de verdad esta cuestión. ¿Quién se apunta?

4 comentarios:

  1. No estoy nada de acuerdo con el planteamiento del articulo en que debe recaer la responsabilidad del sistema en el paciente, si es cierto que este es responsable en parte del gasto del sistema sanitario, pero habría que añadir otros factores que son inherentes a los profesionales como son las prescripciones inadecuadas y la realización de pruebas innecesarias avaladas por estudios y su evidencia... y las organizaciones que en muchos casos han hecho un mal uso de los recursos gastando más de lo que debian sin racionalizarlos,porque siempre se ha creído que el sistema es inagotable y a pesar de lo que muchos les duela este debe funcionar con criterios de empresa.

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  2. Fijate q en mi post no digo q este sea el único gasto donde rascar, ( ni tan solo lo comparo con otros). Yo digi "los costes q se deben y pueden evitar son diversos, ... propongo q nos fijemos en un aspecto a mi entender estudiado pero poco trabajado"
    Por otra parte tampoco expreso q lis pacientes sean los unicos responsables. Entre lineas queda bastante claro q esos datos ponen encima de la mesa un problema del conjunto de la sociedad.
    Gracias por tu comentario.
    En un proximo post podemos hablar de más gastos evitables

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  3. Como usuario del SNS y profesional de la salud, me ha encantado este último post, y partiendo de la base que mi conocimiento sobre la cuestión es bastante limitado, reconozco que es una idea muy interesante y atractiva hacer un estudio sobre esta cuestión. Me encantaría apuntarme a esta iniciativa y siempre en la medida de mis posibilidades y recursos.
    Reconozco que los profesionales sanitarios leyendo esto, tenemos una doble tarea, la de gestionar mejor y la educar en la gestión a los usuarios como corresponsables del coste del SNS.

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  4. Totalmente de acuerdo con el autor. ¿Qué coste asume el sistema sanitario por la falta de politicas transversales que tengan en cuenta la salud de la ciudadania? Tener conciencia de que el sistema sanitario no es omnipotente, parece razonable para todos, población y profesionales sanitarios, también usuarios del sistema. Si se conbate el tabaquismo, el sedentarismo, la contaminación, trabajo de calidad, lucha contra la pobreza, etc... que duda cabe que mejoraría la salud de la población y no hay que renunciar a ello, pero hay otro tema, no menos importante, que atañe a la buena gestión del sistema sanitario: Los presupuestos para salud han de ser realistas y ejecutados con la máxima eficiencia y transparencia, lo que quiere decir que debe primar el máximo beneficio para toda la población, en terminos de salud, al mínimo costo, para ello deben evitarse diferir recursos públicos hacia agentes intersados en captarlos que no garanticen mayor eficiencia que el propio sistema público, cosa que desgraciadamente sucede con demasiada frecuencia.

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