lunes, 3 de marzo de 2014

Revistas científicas: ¿deberían dejar de publicar investigación financiada por las farmacéuticas?








Interesantísimo debate en el British Medical Journal a raíz de la prohibición por parte de la revista de publicar de ahora en adelante investigación financiada por las tabacaleras. En el debate intervienen, por una parte, Richard Smith, ex editor de la revista y ahora Presidente de un organismo llamado "Patients Know Best", quien cuenta con el apoyo de Peter Gøtzsche, Director de "Nordic Cochrane Center", y por la otra Trish Groves, en nombre de la revista, la cual al final termina recibiendo una ayuda de Fiona Godlee, actual editora jefe.


Smith y Gøtzsche aprovechan la prohibición contra las tabacaleras para cargar fuerte y pedir la misma prohibición para las farmacéuticas, y si se me permite les reproduzco mis subrayados en la larga lista de agravios de los autores contra la industria del medicamento:
  1. La investigación de las farmacéuticas es tan corrupta como el de las tabacaleras: con tal de aumentar ventas parece que todo valga.
  2. Los medicamentos son la tercera causa de muerte, en parte atribuible a evidencias defectuosas que a pesar de ello han sido publicadas en las majors (así les llaman a las revistas científicas de primer nivel).
  3. Sabemos, desde hace tiempo, que la investigación financiada por la industria tiene más posibilidades de dar resultados favorables a los nuevos medicamentos que la investigación financiada con fondos públicos.
  4. Las farmacéuticas publican los resultados positivos en las majors, mientras que los menos favorables van a parar a revistas de segunda categoría a través de escritores fantasmas. La mitad de los ensayos clínicos no se publican nunca. 
Tras la descripción de los "hechos", los dos autores concluyen que ahora mismo los dos tercios de los ensayos clínicos publicados por las majors están financiados por la industria, que esto es un flaco favor a la ciencia y a la salud de las personas y sin rodeos proponen que las revistas científicas se liberen totalmente de esta presión comercial si es que quieren ayudar a que los medicamentos dejen de ser la tercera causa de mortalidad.   

Ante el ataque, Trish Groves se defiende, al más puro estilo parlamentario, y le recuerda a Richard Smith que él era el jefe editorial de BMJ cuando, hace años, la misma propuesta de prohibir la publicación de investigación promovida por las fundaciones de las tabacaleras, no fue aprobada por su consejo de redacción. Después de esta entrada, Groves explica la actual posición de BMJ al respecto, que me permito resumir en: a) no se pueden tratar de la misma manera tabacaleras y farmacéuticas, según ella es injusto, b) BMJ está publicando trabajos provenientes de la iniciativa independiente RIAT (Restoring Invisible and Abandoned Trials), c) a pesar de todo, BMJ defiende que la industria continúa promoviendo investigación relevante y de calidad, y d) BMJ continuará luchando para que la relevancia y la calidad de los ensayos clínicos continúe aumentando.

Fiona Godlee, jefa editorial, acaba interviniendo en la polémica, en un posición menos defensiva y más preocupada que su colaboradora (no en vano es una de las promotoras de la revitalización de la campaña "Too much Medicine"), y tras reconocer que la revista recibe publicidad y esponsorización de las farmacéuticas, admite que si no cambia la forma como la industria financia la investigación, BMJ podría verse abocada, en un futuro, a extender la prohibición a las farmacéuticas, lo que supondría, seguro, abrir una crisis en el actual modelo de negocio de la revista.

Como el tema está efervescente, para el próximo lunes he preparado una segunda parte en torno a una propuesta de Smith y Gøtzsche sobre cuál debería ser la pauta a seguir en el futuro para garantizar la independencia de los ensayos clínicos y, para completar el tema, le preguntaré al Dr. Jaume Kulisevsky, Director del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau, qué es lo que piensa de todo ello.

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