¿Se imaginan empezar una historia clínica en un entorno hospitalario con la siguiente frase?: “Es madre de tres hijos, profesora retirada y una gran aficionada al ciclismo” y, a continuación, añadir “ha ingresado por dolor abdominal y tiene 67 años”. Esta es una de las propuestas con la que el Dr. Abraar Karan, en su post Changing the way we communicate about patients en el blog BMJ Opinion, nos invita a reflexionar. Este post trata sobre el uso del lenguaje entre los profesionales y las profesionales cuando hablamos de pacientes. Y defiende que la despersonalización del enfermo o enferma, enferma en este caso, empieza en el mismo momento en que esa señora se convierte en “mujer de 67 años con dolor abdominal” y nada más.
Recientemente tuve oportunidad de escuchar una ponencia en el Congreso de Humanización Internacional que se celebró en el Hospital La Fe de Valencia. Entre las distintas mesas y presentaciones, me quedé con una muy particular, que me impactó por su sencillez, su contundencia y su realismo.
Una paciente presentó un decálogo referido a "¿Qué es lo que queremos los pacientes?". Este era el tema que fue desgranando en 10 transparencias, repletas de sentido del humor, que relataban lo que esperan los pacientes de los profesionales de la salud. La autora del decálogo es una paciente joven de 45 años, periodista de profesión, que padece una enfermedad grave que ha requerido largas estancias de hospitalización.
El decálogo dice así:
- Por favor llámame por mi nombre. No queremos ser un número.
- Explícame lo que me pasa con un lenguaje que pueda entender.
- Dadnos tiempo para digerir noticias difíciles.
- Practicad la escucha activa, tened paciencia.
- No nos engañéis, decidnos la verdad, pero cuidad, por favor, como decís la verdad. Las palabras y los silencios importan.
- Sed empáticos y, si es posible, simpáticos. Cuidad vuestro lenguaje no verbal. Toda enfermedad convierte al paciente en un experto en analizar e interpretar todo lo que hacen o dicen sus profesionales… aunque saquemos conclusiones erróneas.
- No queremos luchar contra la administración, la burocracia o los tribunales médicos.
- Formemos un equipo. NO me des por perdido si yo no lo he hecho.
- No nos gusta sentirnos enfermos. Humanizad los hospitales: la música, las actividades y los colores… Se puede ir más allá del blanco y del verde.
- Sabemos que no siempre nos vais a poder curar, no somos inmortales, pero siempre nos podréis CUIDAR.
A la vista de lo propuesto en este decálogo, no parece que sean muy distintas las peticiones de nuestros pacientes a las del mundo anglosajón, tampoco parece que tengamos que hacer grandes innovaciones, ni tampoco grandes cambios, para poder ponerlas en marcha.
África Lopez, la autora del decálogo, es una paciente experta en hospitales, no nos pide la Luna, pide lo que todos querremos el día que estemos ingresados.
Pide ser ella: ”África, de 45 años, madre de una niña, periodista y enferma“.
Excelente, su sencillez y contundencia generan una profunda reflexión sobre los problemas de comunicación del equipo de salud con los pacientes que no se resuelven sino se tienen en cuenta esas sencillas peticiones
ResponderEliminarEn mi experiencia, es fundamental este abordaje pues os pacientes no son patologías son personas con una biografía previa. En el entorno hospitalario, en el trato de personas con trastornos cognitivos es fundamental conocer los aspectos biográficos, laborales, lúdicos, familiares pues estableces una comunicación en una situación donde el paciente se siente cómodo (por ejemplo, hablando de las ovejas si ha sido pastor de ovejas) y esto ayuda a establecer una relación de confianza.
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