
1. Revertir los recortes de los presupuestos sociales
Por lo que se refiere a las personas mayores, los impactos presupuestarios entre servicios sociales y sanitarios son vasos comunicantes. Si se recortan prestaciones sociales, la presión va hacia la provisión sanitaria, y viceversa. Y dado que, al fin y al cabo, todo el dinero es público, parecería más inteligente no regatear en servicios comunitarios, ya que los hospitalarios no sólo son tremendamente caros, sino que a menudo están desenfocados, especialmente cuando se trata de atender personas frágiles.