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lunes, 24 de febrero de 2014

Ahorro de sangre = más calidad, menos morbimortalidad, menos costes








En el post del viernes pasado vimos como un meta-análisis demostraba que la restricción de transfusiones de sangre mejoraba resultados clínicos y disminuía mortalidad. Con aquellos datos, uno se podría preguntar: ¿es que la sangre no es lo suficientemente segura? Pero cuando se indaga en el debate científico, ya se ve que no estamos ante un asunto de seguridad, sino de efectividad clínica y de reacciones adversas inmunitarias no bien conocidas hasta hoy. Es probable, dicen los expertos, que los hematíes transfundidos dispongan de una capacidad funcional disminuida debido al propio proceso de almacenamiento y a los ataques del sistema inmunitario. En cambio, las pautas de promoción de eritropoyesis pueden poner en circulación hematíes jóvenes y propios, altamente competitivos en funcionalidad. Según un comentario recogido de una conferencia de Axel Hofmann: "Nuestra propia sangre es todavía el mejor líquido que puede correr por nuestras venas". 

viernes, 21 de febrero de 2014

Sangre: cuanta menos mejor





El Dr. Enrique Gavilán obtiene, con éste, el tercer tweet de la semana. El primero fue referente a la génesis de nuevas enfermedades y el segundo a la poca consistencia de la mitad de las recomendaciones de la OMS. Este tweet elegido hoy nos lleva hacia el universo de la indicación de las transfusiones de sangre.

El artículo referenciado ha sido publicado este mismo mes en el American Journal of Medicine. Se trata de un meta-análisis y una revisión sistemática. Los investigadores americanos que firman el trabajo rastrearon Medline para buscar ensayos clínicos controlados que compararan resultados clínicos de grupos de pacientes con los que se habían empleado criterios restrictivos (Hb <7g/dL) para la indicación de transfusión de sangre, con los resultados que habían obtenido otros pacientes que habían sido transfundidos con criterios más liberales. Finalmente se seleccionaron tres ensayos con 2.364 participantes, en los que el meta-análisis mostró que los pacientes que habían sufrido criterios restrictivos en la indicación de la transfusión habían mostrado, de manera significativa, menos síndromes coronarios, menos hemorragias, menos infecciones bacterianas y menos mortalidad que los que se habían transfundido con criterios más liberales.