Pantone
La primera vacuna frente a la COVID-19 fue autorizada tan solo nueve meses después de que se declarara la pandemia. Nunca se habían destinado tantos recursos y concentrado tantos esfuerzos en investigar y desarrollar un medicamento en un plazo tan corto. Además, no solo se ha conseguido desarrollar una sino varias vacunas y, lo que parecía aún más difícil, todas son eficaces y seguras, por lo menos a corto plazo. Pero este extraordinario logro puede verse empañado por la incapacidad de establecer una estrategia global de vacunación que acabe con la pandemia. Una cosa es diseñar y ensayar las vacunas y otra distinta producirlas en cantidades suficientes, distribuirlas y administrarlas con la rapidez y equidad necesarias para llegar a controlar la propagación y posible mutación del virus a escala mundial, no solo localmente.