Mònica Almiñana
Caleidoscopio
Fuente: Diario de Valladolid |
Todas las administraciones tienen grandes dificultades para cubrir la asistencia sanitaria en lugares alejados de los núcleos urbanos debido al modelo organizativo actual, la falta de profesionales, tanto de atención primaria como de otras especialidades que den servicio en los hospitales rurales, así como por la ausencia de incentivos económicos o curriculares para garantizar la estabilidad en los puestos de difícil cobertura, un aspecto que complica mucho la situación. Suecia, con una gran dispersión geográfica de la población, tiene también los mismos problemas o muy parecidos, como se puede ver en esta presentación sobre estrategia sanitaria en las zonas rurales del County Council of Dalarna.
Por otro lado, en este mismo blog, Jordi Varela publicó el pasado mes de abril un editorial titulado "¿Existe el equipo de atención primaria ideal?" y en el documento "Innovant en l’atenció primària a Catalunya, aproximació a la realitat," que el Observatorio de Gestión Sanitaria publicó en su web, se recogen las experiencias de los centros de atención primaria de Cataluña que pusieron en marcha iniciativas innovadoras. Si revisamos el informe, podemos leer propuestas de los equipos rurales que mejoran la asistencia y producen más satisfacción a los profesionales y a las personas atendidas. Estas mejoras están relacionadas con organizarse de forma diferente, constituir microequipos (formados por varios médicos y personal de enfermería y también administrativo) para garantizar que los pacientes sean atendidos por un grupo reducido de profesionales evitando el recambio continuo, así como con la disminución de la presencialidad para aportar más servicios, programar las visitas en los consultorios más pequeños, potenciar la atención domiciliaria e introducir la telemedicina como un elemento cotidiano en la consulta.
Por diferentes motivos, el mundo rural está en la agenda política, lo que ha llevado a la Secretaría de Estado para el reto demográfico a elaborar un paquete medidas dentro del "Plan de recuperación, transformación y resiliencia," al cual se destinarán más de 10.000 millones de euros y 130 políticas activas para luchar contra la despoblación y garantizar la cohesión territorial y social en el conjunto del Estado español.
Una parte de estas políticas requiere inversión en comunicaciones: desde la llegada de la fibra a lugares remotos hasta la mejora de la conexión vía satélite. La mejora de la conectividad, al permitir una mejor atención y crear un entorno más atractivo para los profesionales, abre un abanico de oportunidades como: ecógrafos conectados vía satélite a un hospital para el diagnóstico diferencial de urgencias, videoconsultas con otras especialidades, telemedicina (como telederma, teleoftalmo o teleaudiometría), que reduce la lista de espera de los hospitales y disminuye la huella de carbono al evitar desplazamientos innecesarios, e interacción con la ayuda de smartphones para supervisar las constantes de los pacientes más alejados (las app de las cosas) y un largo etcétera que está por llegar.
La atención primaria rural debería aprovechar este tren europeo para implementar cambios organizativos que mejoren la satisfacción y la atención de los que allí viven, que se adapten a la especificidad de cada zona –lo que seguramente requiere un modelo alejado del corsé de las grandes áreas urbanas– y que satisfagan a profesionales y vecinos de esos pueblos.
Es el momento de reinventar la asistencia en el entorno rural. Es, sin duda, la oportunidad.
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