Los grupos profesionales, como los grupos en general, tienen alma, o valores, como se dice ahora. Pero siempre que estos valores se intentan escribir, a los grupos les cuesta mucho encontrar las palabras que expresan lo que les une, lo que les hace decir: "ésta no fallará, es de los nuestros." Cuando los profesionales están inmersos en un proyecto estimulante, o cuando trabajan en un equipo donde hacen falta pocas palabras para entenderse, la mayoría lo sabe apreciar, sobre todo si un cambio laboral les lleva a otro lugar donde la gente cuenta las horas que faltan para acabar.
"The Sprit of the Clinic"
"The Sprit of the Clinic"
Hay instituciones sanitarias, pocas, que han invertido esfuerzos a preservar su alma, conocedoras de la fragilidad de la pervivencia de los valores. Qué poco que dura la excelencia de una unidad, forjada a base de esfuerzo, con la llegada de un nuevo jefe que ve las cosas al revés de como se hacían. Por este motivo, siempre me ha admirado la consistencia de la gobernanza de Mayo Clinic, una institución creada en 1892 por los hermanos Mayo, que ha superado con éxito dos retos gigantes: el relevo generacional y la entrada de capital ajeno (para más detalles ver post de 22 de abril de 2013). Hay que decir, en reconocimiento de Mayo Clinic, que la mayoría de experiencias comparables no han superado los retos de la supervivencia de los valores, ni en EEUU ni en ninguna parte. ¿Y como lo han hecho, los de Mayo? Pues es tan sencillo como complejo: "The Spirit of the Clinic" es quien marca la carrera profesional y los ascensos; por otra parte nada demasiado diferente a como las grandes religiones han sobrevivido milenios.