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lunes, 21 de junio de 2021

Las preguntas que interesan a los pacientes

Jordi Varela
Editor




En el universo de la actividad clínica ahora se conjugan, más que antes, los verbos educar, instruir y formar, informar y educar. Sin menospreciar este avance, creo que lo que convendría ahora es ir aprendiendo a conjugar también los verbos escuchar, comprender y compartir. En este sentido, me ha parecido oportuno comentar la Ted Talk de Christer Mjåset, un neurocirujano noruego estudioso de los modelos "value based health care" (VBHC). 

lunes, 24 de mayo de 2021

Unidades funcionales transversales, un reto al alcance

Jordi Varela
Editor



En 2003, un estudio liderado por Chris Ham observó que para once situaciones clínicas relacionadas con la cronicidad y la edad, el NHS destinaba hasta tres veces y media más camas hospitalarias que Kaiser Permamente. Este fue un resultado tan sorprendente que generó una gran admiración de los gestores sanitarios europeos por la aseguradora californiana, especialmente teniendo en cuenta que, según los propios investigadores, el éxito de KP radica en la integración transversal de sus servicios, la promoción del auto-cuidado, el papel activo de las enfermeras comunitarias y la implicación de los médicos para conseguir la máxima resolución de los problemas en el marco de la atención primaria.

lunes, 10 de junio de 2019

Medicina basada en las costumbres








El universo de mi infancia estaba lleno de reglas incontestables, la mayoría de ellas tenían que ver con los preceptos de la religión, aunque el asunto afectaba a todos los aspectos de la vida cotidiana. Recuerdo, por ejemplo, que no podías bañarte en el mar o en la piscina si habías comido o bebido en un plazo mínimo de dos horas, periodo que las familias más estrictas alargaban hasta tres. Cuando ya eras adolescente y protestabas, los padres te contaban todo tipo de calamidades que te podían pasar si incumplías la norma, de acuerdo con un montón de leyendas que iban pasando de generación en generación.

lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Más cantidad o más calidad de vida?







Los dispositivos de asistencia ventricular, VAD, o LVAD si se refieren al ventrículo izquierdo (los más habituales), son instrumentos implantables que ayudan a bombear la sangre en situaciones en las que la fuerza de la eyección ventricular está muy comprometida. En algunos casos la implantación de un LVAD facilita la espera de un trasplante cardíaco, pero en otros se adopta como solución definitiva. El precio del dispositivo está alrededor de los 150.000 dólares, mientras que el coste por QALY (coste por año de vida ganado) está entre 200.000 y 400.000 dólares. Los estudios de coste-efectividad aún no afinan demasiado, pero el rango de los importes documentados está hoy por hoy demasiado por encima de los 30.000 dólares de la renta per cápita española. Recuerden que la OMS introdujo el criterio de considerar que un tratamiento es coste-efectivo cuando no supera el triple de la renta per cápita de un país.

A propósito del implante de LVAD en personas con insuficiencia cardíaca en fase de final de vida, Health Affairs ha publicado el caso de Richard y Brenda, dentro de la sección Narrative Matters. Según escriben las autoras del artículo, cuando los médicos plantearon a Richard la eventualidad de un dispositivo LVAD, como un último recurso para alargarle la vida a cambio de aceptar la probabilidad de algunas complicaciones, tanto él como su mujer no lo dudaron. Querían luchar, querían hacer todo lo posible. Luego vino un período muy difícil para Richard, pero también para Brenda, con ocho hospitalizaciones en seis meses, que incluyeron dos intervenciones adicionales para sendos recambios de los dispositivos debido a que se atascaban, una parálisis de cuerdas vocales motivada por las intubaciones y varias infecciones subcutáneas. Finalmente Richard no superó un postoperatorio largo, reincidente y doloroso.

lunes, 30 de junio de 2014

Insuficiencia cardíaca: nuevos resultados en el Hospital del Mar








El Dr. Josep Comín y su equipo llevan más de diez años coordinando niveles asistenciales en un proyecto de atención a pacientes con insuficiencia cardíaca y, ahora, acaban de publicar resultados positivos. Por tanto, buenas noticias y buena excusa para saber más del proyecto. En un post anterior (Insuficiencia cardíaca. ¿Qué programas son los que funcionan?) Documenté una revisión de 10 ensayos clínicos publicada en Health Affairs (Sochalski 2009) y una posterior revisión Cochrane de 25 ensayos clínicos (Takeda 2012) que dicen que para mejorar resultados de morbimortalidad en insuficiencia cardíaca necesitan equipos multidisciplinares de acción comunitaria con unas funciones definidas para las enfermeras gestoras de casos.

El proyecto de atención integral a la insuficiencia cardíaca del Hospital del Mar y su área de referencia (algo más de trescientos mil habitantes), ha elaborado un estudio retrospectivo, con pacientes que habían ingresado en el hospital para una descompensación de una insuficiencia cardíaca, y esto lo hicieron durante un periodo de 7 años. Estos pacientes tuvieron una intervención de un programa integrado tanto por profesionales de atención primaria del área de referencia (segundo cuadro) y como de profesionales del hospital (primer cuadro):


lunes, 18 de febrero de 2013

Práctica clínica virtual (2) Telehealth, por ahora sólo expectativas


La tecnología de transmisión de datos está viviendo una eclosión en todos los campos de las actividades sociales y profesionales y, como es lógico, se observa, por parte de la industria especializada, un gran interés en introducirla como instrumento para la mejora de la calidad de vida de los pacientes crónicos. Las dudas, sin embargo, aparecen en la banda de los financiadores de los servicios sanitarios, debido a que se ven forzados a aprobar unas nuevas inversiones en aparatos electrónicos, los cuales aún no han logrado demostrar unos resultados clínicos suficientemente buenos como para compensar el esfuerzo.

Visto así, me ha parecido que en esta segunda entrega de la serie sobre "Práctica clínica virtual" es oportuno analizar dos trabajos, uno inglés y uno catalán, que quieren contestar a la pregunta de si vale la pena la inversión.


Este artículo de British Medical Journal recoge un trabajo universitario inglés liderado por investigadores de Nuffield Trust que tenía por objeto evaluar el efecto clínico de las intervenciones domiciliarias con intercambio remoto de datos entre pacientes y profesionales (telehealth). El trabajo se efectuó contando con la colaboración de 3.230 pacientes afectados diabetes, EPOC o insuficiencia cardíaca, de tres áreas geográficas (Cornwall, Kent y Newham) durante un período de 12 meses entre los años 2008 y 2009.

La intervención consistió en un servicio de telehealth que incluía, como mínimo, pulsioxímetro para los enfermos respiratorios, glucómetro para los diabéticos y escalas de peso para los cardiópatas. El grupo control continuó con la atención sanitaria estándar sin ningún apoyo de tecnología en remoto.

Los resultados fueron positivos en el sentido de que se observó una reducción significativa tanto en el número de hospitalizaciones como en la mortalidad del grupo intervenido con telehealth, pero en cambio no se pudo demostrar el coste-efectividad del programa, dado que la disminución de los costes de hospitalización no pudo compensar la inversión requerida.



Esta portada de powerpoint corresponde a la presentación de los resultados provisionales de un ensayo clínico (iCOR) del servicio de Cardiología del Hospital del Mar de Barcelona. Este trabajo pretende evaluar los resultados clínicos en un grupo de pacientes con insuficiencia cardíaca de alto riesgo mediante un programa combinado: telemonitorización a domicilio (datos en remoto) y teleasistencia de una enfermera. El ensayo del Hospital del Mar es más específico que el de Nuffield Trust y además cuenta con un apoyo sanitario más intenso, pero pienso que vale la pena verlos en el mismo post, porque ambos persiguen lo mismo, que no es otra cosa que demostrar la efectividad del apoyo de la tecnología de la información a los pacientes crónicos.

De momento sólo he tenido acceso a unos resultados provisionales (78 pacientes) que el Dr. Comín ha facilitado en la presentación arriba mencionada, donde se muestra una reducción significativa de hospitalizaciones y de costes, aunque, tal como avisan los autores del ensayo, habrá que esperar a tener los resultados finales para concluir.


Discusión

Las inversiones en telehealth aplicadas a los pacientes crónicos necesitan demostrar de manera imperiosa que son capaces de reducir costes de hospitalización, al menos a un nivel comparable a la inversión requerida. Pero, incluso en el supuesto de que esto se pueda demostrar, los seguidores de este blog ya saben lo difícil que es la aplicación de la ley de Sutton (mover recursos desde donde sobran a programas aparentemente más bien orientados) .

Pero si queremos mejoras clínicas de verdad no debemos olvidar que aún más importante que los aparatos electrónicos son los modelos organizativos orientados a la atención continuada de la cronicidad, los profesionales implicados y los enfermos responsabilizados del auto-cuidado, y cuando tengamos estos asuntos orientados, entonces sí que veo que los aplicativos de telehealth están llamados a ser instrumentos de apoyo muy útiles.

Ah! Y no olvidemos que debemos fomentar la investigación evaluativa local, la cual es más concluyente para nuestro medio que la hecha fuera.


Para el próximo lunes 25 de febrero tengo preparada la tercera entrega de la serie "Práctica clínica virtual" que tratará de las experiencias en el uso del e-mail entre pacientes y profesionales de la salud.

lunes, 1 de octubre de 2012

Insuficiencia cardíaca ¿Qué programas son los que funcionan?


La insuficiencia cardíaca es el resultado final de la mayoría de las enfermedades cardíacas, sobre todo de las coronarias isquémicas. Se trata de una condición crónica muy prevalente entre las personas mayores (6-10% en los mayores de 65 años), que aporta una gran carga de enfermedad al sistema sanitario.

Tanto por su origen, que no es otro que el fracaso a largo plazo de las patologías cardíacas agudas, como para su diagnóstico, son los cardiólogos, y no los médicos de familia, los que lideran el manejo de unos procesos clínicos casi siempre tórpidos e inciertos, que requieren mucha acción en la comunidad y mucha coordinación entre el hospital y la atención primaria. Como se puede ver, una empresa nada fácil.

La insuficiencia cardíaca, al revés que la diabetes, es un proceso crónico que, como ya he adelantado, le huye de las manos al médico de familia. Para empezar, a la hora de diagnosticar, porque debido a que el diagnóstico clínico sólo es de presunción, se debe enviar el enfermo al hospital para hacer una ecocardiografía de confirmación. Ahora parece, sin embargo, que se ha demostrado que el test "NT-proBNP *" (Verdú 2012), detectable tanto en sangre como en orina, es suficientemente coste-efectivo como para pensar que la atención primaria podría empezar a resolver de forma autónoma el asunto del diagnóstico.
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(* NT-proBNP. Los péptidos natriuréticos son hormonas con efecto diurético y vasodilatador, segregados fundamentalmente en el ventrículo izquierdo como mecanismo compensador ante una sobrecarga de presión).


¿Qué programas son los que funcionan?

Una revisión publicada en la revista Health Affairs (Sochalski 2009) y una reciente revisión Cochrane (Takeda 2012) nos dan la pista de cuáles son los programas que están dando mejores resultados.


A pesar de las lógicas dificultades metodológicas que conlleva la evaluación de programas de actuación clínica, los autores de este trabajo financiado por The Commonwealth Fund, tras revisar 10 ensayos clínicos aleatorizados, con 2.028 pacientes, concluyen que los programas que se dotan de equipos multidisciplinarios de acción clínica comunitaria, y las actuaciones con contacto "in person" entre un profesional especializado y los pacientes (a eso le llamamos enfermera gestora de casos), reducen de manera significativa tanto las readmisiones como las estancias en el hospital (dicen que en un 25% y un 30% respectivamente).


Clinical service organisation following hospital discharge for adults with chronic heart failure
Takeda A, Taylor SJC, Taylor RS, Khan F, Krum H, Underwood M.
Published Online: September 12, 2012.
"Chronic heart failure (CHF) is a serious condition, mainly affecting elderly patients. It is becoming increasingly common as the population ages, and carries high risks of emergency hospitalisation and death. This is an update of an earlier review, including clinical trials published since the previous version".

El grupo Cochrane ha revisado 25 ensayos clínicos, con casi 6.000 pacientes, y llega a las mismas conclusiones que la revisión publicada tres años antes en Health Affairs, (la gestión de casos por una enfermera y la atención comunitaria por un equipo multidisciplinario son actuaciones efectivas para reducir hospitalizaciones), con el añadido de que la revisión Cochrane mide además la mortalidad, y para esta variable concluye que la gestión de casos conducida por una enfermera también reduce la mortalidad de estos pacientes.


Y mientras tanto, ¿qué hacen los ingleses?


Ante las dificultades de las reformas, Nuffieldtrust inició un proyecto para explorar el papel de la compra de servicios (commissioning) en la integración de equipos clínicos y niveles asistenciales. Para este post he elegido un caso de comissioning de un servicio cardiovascular integrado del área de Knowsley (un área postindustrial entre Manchester y Liverpool). En esta área los indicadores de salud estaban por debajo de la media nacional, y se observaban dificultades manifiestas de acceso al sistema sanitario, sobre todo en cardiología, que era referida a 4 hospitales diferentes, con lo que ello conlleva de variabilidades de todo tipo.

Las autoridades locales diseñaron un nuevo modelo de servicio cardiovascular basado en:
  • Administración única para todo el área (un solo teléfono, un solo mostrador)
  • Reducción drástica de listas de espera para la visita del cardiólogo
  • Desplazamientos de cardiólogos a la comunidad
  • Implicación de enfermeras comunitarias en la gestión de casos
  •  Servicios de rehabilitación, tanto en los centros sociales como en los centros deportivos

El NHS sacó este servicio a concurso para el periodo 2009-2013 y el ganador fue Liverpool Heart and Chest Hospital Trust, el cual tuvo que asumir unas especificaciones de resultados que le comprometían hasta un 20% de la facturación del segundo año y hasta un 40% del tercer año. A la espera de los resultados del período contratado, una valoración muy inicial apunta a que las urgencias de los enfermos cardiovasculares ya conocidos se ha reducido en un 10%, y las hospitalizaciones en un 12%.


En resumen

La insuficiencia cardíaca es un proceso crónico vinculado a la edad, que se da en pacientes que ya conocen muy bien los caminos de las urgencias de los hospitales y las salas de espera de los cardiólogos. Por este motivo, el modelo que tan bien está funcionando en la atención primaria para el manejo de los diabéticos, no cuaja para el abordaje de los pacientes con insuficiencia cardíaca.

Como se observa en la evidencia presentada en este post, los programas que abordan seguimientos intensivos de estos pacientes en su ámbito comunitario, tanto por parte de equipos multidisciplinarios, como por parte de gestoras de casos (seguro que más económicos), están dando buenos resultados en reducción de hospitalizaciones, de estancias e incluso parece que de mortalidad, además de las mejoras no medibles de confianza y confort del enfermo. También se debe tomar nota, como ya es habitual, que a falta de estudios de coste-efectividad, se cree que la reducción esperable de las hospitalizaciones debería producir la almohada presupuestario suficiente para alimentar los nuevos equipos de actuación en la comunidad.

Para terminar, no debe pasar desapercibida la valentía de los ingleses que, en el caso de Knowsley, especifican en contrato los outcomes esperados, que lejos del fee-for-service, se orientan a las mejoras de resultados clínicos y a las reducciones del consumo sanitario innecesario. Por su parte, creo que los equipos de atención primaria deberían reposicionarse ante las evidencias que, en determinadas casuísticas como en la insuficiencia cardíaca, las actuaciones especializadas en la comunidad son bastante provechosas.


Bibliografía citada

Verdú JM, Comín-Colet J, Domingo M, et al. Punto de corte óptimo de NT-proBNP para el diagnóstico de insuficiencia cardiaca mediante un test de determinaciones rápida en atención primaria. RevEsp Cardiol 2012; 65 (7) :613-9.


El post del próximo lunes 8 de octubre analizará la cuestión de las readmisiones, en las que hoy están poniendo interés tanto las aseguradoras (públicas y privadas) como los proveedores de servicios sanitarios.