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viernes, 1 de abril de 2022

Más allá de las lágrimas

Antoni Peris
Derivas de cine



Aunque a menudo se puede ignorar o infravalorar, el luto forma parte de la vida y, evidentemente, también de la actividad asistencial. Camuflado bajo distintos disfraces, orgánicos o emocionales –la pérdida de un ser, de un trabajo o de un lugar en la vida–, el luto aparece como síntoma en muchas consultas. En algunas ocasiones no hay dificultad para identificarlo y es verbalizado como tal por los pacientes, pero en otras se requieren varias visitas y entrevistas cuidadosas para darse cuenta de que un malestar, un algia o un mareo son encarnaciones de un luto que se remonta a meses o años atrás. Este año tenemos la posibilidad de ver situaciones de luto en dos magníficas obras que pueden dar pie a múltiples reflexiones desde varios puntos de vista.

lunes, 21 de marzo de 2022

La incomprensible fragmentación de los servicios a domicilio

Jordi Varela
Editor





@varelalaf

A los pacientes, cuando ingresan en un hospital, se les asignan unos referentes (médicos, médicas o enfermeras), que coordinan un montón de acciones diagnósticas y terapéuticas y saben que, al menos durante unos días, alguien se encargará de que todo vaya encadenado. Ahora bien, si pensamos en los diversos servicios que los pacientes crónicos complejos pueden necesitar en su domicilio, no vemos por ninguna parte la figura del referente, y los profesionales que aparecen por casa, por atentos que sean, sólo pueden ejercer competencias limitadas a las prestaciones específicas que ofrecen, pero no están autorizados a incidir en las demás.

viernes, 4 de marzo de 2022

Tratar la muerte solo desde la perspectiva médica puede ser un fracaso

Gustavo Tolchinsky
Cui prodest



Desde la irrupción de la COVID-19, y en especial durante la primera ola (marzo-abril de 2020), la sociedad y los profesionales de los centros de salud y residenciales hemos tenido que enfrentarnos a la muerte de pacientes en condiciones inimaginables hasta ahora. La soledad y las medidas de protección y aislamiento que han puesto en evidencia el vacío del significado y del acto de morir cuando, de todos los elementos que requiere, tan solo queda la atención sanitaria. Todo esto ocurrió en soledad, salvo el acompañamiento que los profesionales de la salud pudieron brindar para evitar que muchas personas muriesen en la más estricta soledad, a menudo acompañadas solo por los profesionales que las atendían o, con suerte, por algún familiar. 

lunes, 2 de agosto de 2021

Ley de la eutanasia, ¿pueden las instituciones sanitarias religiosas alegar objeción?

Francesc Borrell y Eva Peguero
Médicos de familia del ICS y profesores asociados de la UB





Recientemente se ha aprobado la ley orgánica para la regulación de la eutanasia en España. Se trata de una importante novedad que conllevará sin duda numerosos aspectos a considerar y debatir. Nos centraremos en el derecho de objeción que solo puede ser ejercido por los profesionales directamente involucrados en la asistencia del paciente que lo ha solicitado, pero no por parte de una empresa o institución.

Pero, desde el punto de vista de la bioética, ¿por qué no se reconoce este mismo derecho a una institución?

lunes, 21 de junio de 2021

Las preguntas que interesan a los pacientes

Jordi Varela
Editor




En el universo de la actividad clínica ahora se conjugan, más que antes, los verbos educar, instruir y formar, informar y educar. Sin menospreciar este avance, creo que lo que convendría ahora es ir aprendiendo a conjugar también los verbos escuchar, comprender y compartir. En este sentido, me ha parecido oportuno comentar la Ted Talk de Christer Mjåset, un neurocirujano noruego estudioso de los modelos "value based health care" (VBHC). 

lunes, 8 de febrero de 2021

Decisiones compartidas al final de la vida

Paco Miralles
Nos omnes male



María era una señora entrañable a la que controlaba clínicamente desde hacía más de dos décadas. En este periodo nos dio tiempo a conocernos bien. Habíamos comentado en varias ocasiones como actuaríamos (hablaba en plural) si a ella le diagnosticaban alguna vez una enfermedad incurable o terminal. No le gustaría pasar el final de sus días, a ser posible, en un hospital. Prefería estar en casa rodeada de los suyos. Era una persona religiosa y quería recibir asistencia espiritual antes de irse de este mundo. Llegó el momento a sus 88 años. Estuvo en tratamiento paliativo domiciliario algunos meses. En el último mes comenzó a declinar sin vuelta atrás. Unos días antes de llegar al final de su vida me pidió ver a un sacerdote. Me sorprendió. ¿Tenía que encargarme yo de esto si estaba allí su familia? Fue una lección para mí. Conmigo había pactado sus últimos días, era parte de su tratamiento. Igual que me solicitaba un incremento de dosis para el dolor, quería que le buscara alivio espiritual. Para ella quizás más importante que la molestia física.(1)

viernes, 25 de octubre de 2019

Las competencias clínicas: ocultas en el currículum y en la codificación









José, de 85 años, vuelve a tener fiebre. Su esposa ya no se inquieta, pero sabe que lo que siempre le ha funcionado es llevar a su marido a urgencias. De camino escribe en el chat familiar que se van al hospital, pero que nadie se mueva hasta que le digan si ingresa o se queda en observación. Sus hijos viven en las afueras y siempre se ofrecen para que ella no tenga que pasar la noche al lado de José. La demencia ha hecho mella en José y todo es más complicado; sus infecciones de orina, que antes avisaban con síntomas reconocibles, ahora se han convertido en algo abstracto, pero la fiebre es la que siempre acaba activando a la familia. En el último año, José ha ingresado varias veces por procesos similares al actual que partían de infecciones de orina debidas a la patología urológica de base.  Esta vez, a su llegada a urgencias, está peor a ojos de su esposa, pero no hay una alteración de las constantes y la analítica es bastante anodina, excepto un ligero empeoramiento de la función renal. Vuelta a empezar: como siempre, se inician el tratamiento antibiótico (guiado por el último antibiograma disponible) y la sueroterapia, el control de la fiebre y los cuidados de enfermería. Pero en esta ocasión, pese a desaparecer la fiebre, está postrado, probablemente por un delirio, no colabora con los cuidados, se arranca la vía periférica en varias ocasiones, se niega a comer y reaparece la fiebre. La familia no lleva bien la situación, José tampoco. Se informa a los familiares de que podría valorarse la realización de una prueba de imagen, comentar con urología e, incluso, realizar un procedimiento como colocar una urostomía si la sospecha es que exista un proceso obstructivo. No obstante, el deterioro que sufre José no se soluciona tratando solo el episodio actual, por lo que la familia y el equipo asistencial acuerdan hacer un intento más con algunos cambios en el tratamiento y, si no responde, asumir que se efectuará un tratamiento paliativo.

lunes, 2 de abril de 2018

Pacientes complejos: 10 recomendaciones para políticos y gestores








The Commonwealth Fund y la London School of Economics and Political Science crearon un grupo de trabajo internacional de expertos en la atención a los pacientes con necesidades sociales y sanitarias complejas, con el objetivo de identificar experiencias prometedoras y averiguar cuáles son sus factores de éxito. En el documento "Designing a high-performing health care system for patients with complex needs: ten recommendations for policymakers" se describen las 10 recomendaciones seleccionadas que deberían ser de aplicación universal:

1. Priorizar la coordinación asistencial

Los sistemas deberían incentivar el papel de un/a profesional referente dedicado a coordinar los servicios necesarios, con el fin de que el plan de actuación tuviera un sentido específico para cada paciente. Hay que aclarar que esta recomendación es difícil que genere ahorros, pero en cambio puede aportar más valor al dinero gastado. Probablemente el médico de familia sería el profesional más indicado, aunque hay sistemas que estudian otras figuras para hacerlo.

lunes, 19 de marzo de 2018

Atención primaria: ¿segmentación versus continuidad, o ambas?








Uno de los retos de la mayoría de los sistemas sanitarios es la introducción reformas que mejoren la eficiencia y la efectividad de la atención primaria, que promuevan la visión generalista y el valor de la práctica clínica y que reduzcan la burocracia. Algunos se preguntarán por qué hay que reformar el modelo de asignación poblacional actual (conocido como el sistema de "cupos"), si es el que institucionalizó la reforma de la atención primaria de 1985. La respuesta es que este modelo está hoy superado debido a que la gran variabilidad de demanda que se debe atender desde una agenda única es agotadora para el profesional y a menudo poco resolutiva para el paciente y, además, las asignaciones individualizadas no garantizan, en la práctica, el principio de longitudinalidad.

lunes, 29 de enero de 2018

La medicina preventiva y los ancianos








Es sabido que observar una actitud saludable mejora la calidad y la cantidad de vida. Por lo tanto, como profesionales de la clínica, cuando tengamos cuidado de personas mayores, conviene estar siempre atentos a promover la comida saludable y equilibrada, dar buenos consejos para reducir el sobrepeso, fomentar la actividad física y, sobre todo, echar una mano con la soledad y el aislamiento al que se ven abocados tantos ancianos. Hasta aquí todos de acuerdo, pero el problema se plantea con la actitud de médicos y pacientes ante la medicalización de la prevención, la cual llega a las edades avanzadas como un lastre que las personas arrastran a lo largo de su vida adulta.

lunes, 6 de noviembre de 2017

A propósito de la continuidad longitudinal en atención primaria








Prevenir hospitalizaciones evitables en personas mayores y en pacientes crónicos complejos es uno de los retos de la atención primaria, especialmente cuando se trata de personas muy frecuentadoras y con necesidades sanitarias y sociales de difícil manejo. Con criterio, en los últimos tiempos se ha puesto el acento en la continuidad asistencial, en el sentido de abrir al máximo la ventana horaria de accesibilidad de estos pacientes a su propio equipo. A pesar de los intentos, a los equipos de atención primaria les es muy dificultoso dar respuestas de suficiente intensidad como para evitar hospitalizaciones innecesarias, especialmente fuera de las horas estándares.

Hace diez años, un estudio canadiense evaluó la relación de la continuidad de la atención primaria de las personas mayores con el uso que hacían de las urgencias hospitalarias. Este trabajo, usó el índice del "proveedor habitual de atención primaria", el cual pretende medir la continuidad longitudinal, en lugar de la continuidad horaria, y descubrió que el grupo de pacientes que tenían una continuidad media iban un 27% más a urgencias que las que observaban una continuidad elevada.

viernes, 12 de mayo de 2017

Scarred hearts: Muriendo pronto, muriendo feliz









Max Blech (1909-1938) fue un joven escritor rumano que pasó buena parte de su corta vida en un sanatorio para tuberculosos. A partir de textos y epístolas suyas, el director Radu Jude construye en Scarred hearts (corazones heridos, con cicatrices) una versión de la estancia en el sanatorio. Editada con unos luminosos tonos pastel y con un formato cuadrado con bordes redondeados, parece, a priori, una de esas películas a las que llamamos "de época". Sin embargo, la obra de Jude no se limita a la reconstrucción de un tiempo o de un país, sino que nos sitúa en una dimensión más allá del tiempo o del espacio.




viernes, 24 de marzo de 2017

Comunicación efectiva para planificar las decisiones anticipadas








La planificación de decisiones anticipadas (PDA) es un elemento clave para el cuidado y la atención de personas con enfermedades crónicas avanzadas y sus familias. En los últimos años, se han desarrollado modelos y propuestas en todo el territorio español, como el andaluz o el catalán, basados en el respeto hacia la persona y enmarcados en una atención de calidad, teniendo en cuenta sus deseos, expectativas y preferencias.

La comunicación en la PDA ha mostrado tener importantes beneficios cuando se prevé un proceso terminal del paciente, ya que se establece un proceso de toma de decisiones compartidas en un entorno de confianza, a la vez que se incorpora a la familia y allegados en la planificación de los cuidados. Abordar estas cuestiones de manera efectiva implica hacerlo en el momento en que el paciente aún conserva su capacidad de decisión, es decir, en el momento más temprano de su hospitalización. Hacerlo más tarde puede suponer mayor riesgo de aplicar tratamientos agresivos e innecesarios.

A pesar de su elevado valor terapéutico, los profesionales refieren grandes dificultades para mantener una comunicación fluida con el paciente en fase terminal. En un reciente estudio canadiense publicado en la revista JAMA se describen algunas de las razones de dicha dificultad: incertidumbre del pronóstico, miedo a causar angustia o percepción de pacientes poco preparados para hablar de ello.

lunes, 23 de enero de 2017

No me resuciten por favor








Un seguimiento realizado a 6.972 personas mayores de 64 años que habían sufrido una parada cardiorrespiratoria mientras estaban ingresadas en una planta de hospitalización demostró que la supervivencia, al cabo de un año de la crisis, era escasamente del 10%, y si la estimación se restringía a personas libres de lesiones neurológicas, entonces se reducía a la mitad. No tenemos datos de los resultados a medio y largo plazo de las personas mayores que son resucitadas fuera del hospital, pero todo hace pensar que todavía deben ser peores.

Conocedor de los malos augurios de las paradas de corazón en edades avanzadas, John Ballard, un jubilado nacido y criado en el sur de EEUU, y liberal a la antigua, como él mismo se define en su blog, contestó un tuit mío de la siguiente manera:

viernes, 30 de diciembre de 2016

Final de vida: La muerte de Luis XIV (Albert Serra, 2016)



Es un placer cerrar el año en este blog refiriéndome no sólo a una de las mejores obras del año, pero también a una película que puede todavía verse en la cartelera. La muerte de Luis XIV, además de ser la cinta más accesible del inefable Albert Serra, es una obra bella, sensible y vinculada absolutamente a la intención de estas líneas.

Al inicio de la película, el Rey Sol contempla, ya sentado en una primitiva silla de ruedas, el único exterior que veremos en toda la obra y el último que él verá. Testigo del poder terrenal, el paisaje que contempla el monarca se ve como un sueño que precede al que se convertirá en la pesadilla de sus últimos días. A partir de allí su autonomía se va limitando y su poder se desvanece. El rey deja de ser todopoderoso y pasa a ser un paciente débil e indefenso. 

lunes, 19 de diciembre de 2016

El cirujano inglés, a propósito de Henry Marsh








No hace demasiado escribí sobre Ian Harris, un traumatólogo australiano, después de haber leído su libro "Surgery, the ultimate placebo". Recuerdo que Harris defiende el rigor en las indicaciones quirúrgicas tras haber observado que más de la mitad de la cirugía que se practica no tiene suficiente apoyo de evidencia científica consistente. Ahora he terminado el libro "Do no harm" traducido al castellano por "Ante todo no hagas daño", de Henry Marsh, un neurocirujano inglés en el dintel de la jubilación, y me veo inmerso inevitablemente en la comparación entre los dos textos: el primero, el de Harris, es un ensayo escrito por alguien que ama la cirugía y que cree que demasiado a menudo se practica con escaso rigor, mientras que el segundo, el de Marsh, es una biografía de gran nivel literario, no en vano ha recibido varios reconocimientos, elaborada a partir de las notas que el cirujano ha ido tomando a lo largo de su carrera. Marsh, como Harris, es un apasionado de su trabajo, pero su aportación literaria no procede de la exaltación científica sino de los aprendizajes que ha sacado de los propios errores. El veterano neurocirujano inglés no ha publicado ninguna investigación reveladora, no ha liderado ningún descubrimiento innovador. Su honestidad y sus manos son su fuerza.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Traspasar dignamente



A menudo los profesionales sanitarios nos enfrentamos al proceso evolutivo que conduce a una situación de fin de vida inevitable. Para los especialistas de atención primaria y de algunas especialidades hospitalarias, la gestión de esta situación forma parte de las competencias básicas o habilidades clínicas fundamentales (o así debería ser). Los cuidados de final de vida se realizan en el período previo a la muerte, cuando se reconoce por parte de todos los involucrados que la muerte es inevitable. En este punto hay muchas cosas que hacer y muchas decisiones a tomar.

Es indiscutible que debido a los avances en medicina, el proceso de morir se puede alargar de forma significativa. En este punto, y con la ayuda del equipo de atención primaria, los pacientes acompañados de sus familias y amigos pueden hacer frente a las decisiones sobre la atención al final de su vida expresando pensamientos, valores y deseos para alcanzar una "buena muerte" (una muerte digna). Este es el momento de afrontar el uso de medidas para prolongar la vida (soporte vital mecánico, tratamientos agresivos...), y entre otros en donde se quiere recibir la atención final (morir en su casa en el propio lecho o no). Toda esta información queda recogida en Cataluña en el Plan de Intervención Individualizado (PIIC) de la Historia Clínica Electrónica (PIIC) del paciente que pueden visualizar todos los proveedores del sistema sanitario público que intervienen o pueden intervenir en la atención del paciente. A pesar de toda esta tarea, a menudo hay situaciones que obligan a repensar y modificar el PIIC, haciendo de este un documento dinámico y adaptable a las necesidades y circunstancias del paciente.

viernes, 22 de abril de 2016

Decidir en tiempos revueltos






A las 3 de la madrugada María avisa que se ahoga. Ya se fue a dormir con las piernas algo hinchadas, pero eso le pasa a veces y a la mañana siguiente se le deshinchan y a seguir. Pero esta vez tuvieron que avisar a la ambulancia. En 30 minutos ya estaban en urgencias y por suerte no había tanta gente como la última vez. “Otra vez tiene los pulmones encharcados”, le dicen a la hija de María. Ingreso en planta, algo tórpido, una ulcera en el talón izquierdo y una infección de orina de propina. Regreso al domicilio, con soporte del equipo de atención primaria. Pero en casa pronto hay dificultades, se ahoga. Hospitalización domiciliaria, otro equipo, caras nuevas y otra dinámica. Ponemos vía y seguril® aguas mil. Pero la familia claudica, llevan ya un mes y medio y el equipo de hospitalización domiciliaria la envía al centro sociosanitario de la zona. Han pasado ya 3 meses y María está dispuesta a volver a casa. Tiene miedo y le preguntan ¿Qué quiere hacer la próxima vez que tenga una crisis? Mira a su hija que se encoge de hombros con cara cansada. Mira a su alrededor y piensa en todos los profesionales, dispositivos y servicios en que ha estado y no sabe que contestar.

lunes, 18 de abril de 2016

Medicina fragmentada versus trabajo multidisciplinar









Marco Inzitari, en un tuit, ofreció un link a un artículo de British Medical Journal y sugirió que todos los médicos jóvenes (y no tan jóvenes) lo deberían leer. Con este rango tan amplio de edades, me sentí atraído por el aviso y lo marqué. Tres meses más tarde, limpiando la carpeta de likes, he pinchado el link y me he encontrado con un excelente texto de David Oliver, geriatra británico, y he pensado que el Dr. Inzitari hizo bien de retuitearlo.

Explica el Dr. Oliver que, en el contexto de una conferencia sobre cómo deberían ser los hospitales en un futuro (integración de servicios, trabajo multidisciplinar, orientación geriátrica, etc.), alguien levantó la mano y dijo que los médicos no habían estudiado medicina para ahora tener que hacer trabajo social. Con ello me vino a la memoria que, en mis tiempos de director médico, era frecuente que algún jefe de servicio dijera: "Para nosotros esta enferma ya está lista para ir casa, a partir de ahora el tiempo que tarde en hacerlo será cosa del asistente social." La medicina fragmentada siempre actúa de manera tan clara como inefectiva, especialmente cuando se trata de pacientes con necesidades sanitarias y sociales complejas.

viernes, 12 de febrero de 2016

Morir en el hospital: algunas consideraciones



Las desigualdades en salud están relacionadas con factores individuales y sociales. La forma en que la gente vive, trabaja y envejece; así como los factores políticos, sociales o económicos que les acompañan, varían intensamente según el lugar en el que viven. La muerte, que podría ser “la gran igualadora”, no parece que lo sea, como afirma el Dr. Puri en su artículo "Unequal Lives, Unequal Deaths", en el cual argumenta que las diferencias sociales y en salud durante la vida, se dan también en el momento de la muerte. Tal como sugieren autores daneses en BMJ Supportive & Palliative Care: "Socioeconomic position and place of death of cancer patients", las personas con menos recursos tienen más difícil poder beneficiarse de una muerte digna en su hogar.

Cuando un paciente elige morir en una institución sanitaria lo hace por diferentes motivos. Higginson et al., en "Dying at home – is it better: A narrative appraisal of the state of the science" identificaron, además del nivel socioeconómico, otros elementos también determinantes como las preferencias de los pacientes, el acceso a la asistencia domiciliaria o el apoyo de la familia. Veamos cada una por separado.