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lunes, 4 de octubre de 2021

La mirada estrecha de las especialidades médicas

Jordi Varela
Editor





El número de pacientes que sufren una o más patologías crónicas de manera simultánea no para de crecer, un fenómeno ligado al envejecimiento poblacional pero no exclusivo de los ancianos, sin olvidar que la aparición de problemas mentales o de marginación social no hace más que dificultar el manejo clínico de los pacientes pluripatológicos, sea cual sea su edad. Sin embargo, las facultades de medicina y los sistemas sanitarios se mantienen tercamente ajenos a dicha tendencia epidemiológica. Solo basta con observar los currículos docentes, los organigramas de los hospitales y las guías de práctica clínica para darse cuenta de lo alejados que estamos de la deseada visión bio-psico-social y, por culpa de ello, la clínica que se practica hoy pierde efectividad y derrocha recursos.

viernes, 15 de junio de 2018

Por favor, venga a verme a casa








Cada vez es más frecuente la necesidad de atender a nuestros pacientes en casa. El paradigma del aumento de la esperanza de vida, la cronicidad y la complejidad nos ha llevado a que el domicilio sea un lugar de atención sanitaria cada día más frecuente. Nuestros pacientes lo necesitan y nosotros se lo debemos. En un artículo editorial reciente de la revista Atención Primaria, junto con mis compañeros Esther Limón y Francisco Cegri, reflexionamos sobre la atención domiciliaria en el siglo XXI.

Cabe decir que, los cambios poblacionales y de las necesidades de salud nos han llevado a una situación en donde la atención domiciliaria es imprescindible organizarla de la forma más sensata posible. Existen diferentes equipos profesionales que dan atención en casa. La atención primaria, PADES y hospitalización a domicilio son los más frecuentes, pero no hay que olvidar que hay otros, como los equipos de apoyo a la cronicidad o los servicios sociales que también tienen su papel.

lunes, 19 de marzo de 2018

Atención primaria: ¿segmentación versus continuidad, o ambas?








Uno de los retos de la mayoría de los sistemas sanitarios es la introducción reformas que mejoren la eficiencia y la efectividad de la atención primaria, que promuevan la visión generalista y el valor de la práctica clínica y que reduzcan la burocracia. Algunos se preguntarán por qué hay que reformar el modelo de asignación poblacional actual (conocido como el sistema de "cupos"), si es el que institucionalizó la reforma de la atención primaria de 1985. La respuesta es que este modelo está hoy superado debido a que la gran variabilidad de demanda que se debe atender desde una agenda única es agotadora para el profesional y a menudo poco resolutiva para el paciente y, además, las asignaciones individualizadas no garantizan, en la práctica, el principio de longitudinalidad.

lunes, 6 de noviembre de 2017

A propósito de la continuidad longitudinal en atención primaria








Prevenir hospitalizaciones evitables en personas mayores y en pacientes crónicos complejos es uno de los retos de la atención primaria, especialmente cuando se trata de personas muy frecuentadoras y con necesidades sanitarias y sociales de difícil manejo. Con criterio, en los últimos tiempos se ha puesto el acento en la continuidad asistencial, en el sentido de abrir al máximo la ventana horaria de accesibilidad de estos pacientes a su propio equipo. A pesar de los intentos, a los equipos de atención primaria les es muy dificultoso dar respuestas de suficiente intensidad como para evitar hospitalizaciones innecesarias, especialmente fuera de las horas estándares.

Hace diez años, un estudio canadiense evaluó la relación de la continuidad de la atención primaria de las personas mayores con el uso que hacían de las urgencias hospitalarias. Este trabajo, usó el índice del "proveedor habitual de atención primaria", el cual pretende medir la continuidad longitudinal, en lugar de la continuidad horaria, y descubrió que el grupo de pacientes que tenían una continuidad media iban un 27% más a urgencias que las que observaban una continuidad elevada.

viernes, 22 de abril de 2016

Decidir en tiempos revueltos






A las 3 de la madrugada María avisa que se ahoga. Ya se fue a dormir con las piernas algo hinchadas, pero eso le pasa a veces y a la mañana siguiente se le deshinchan y a seguir. Pero esta vez tuvieron que avisar a la ambulancia. En 30 minutos ya estaban en urgencias y por suerte no había tanta gente como la última vez. “Otra vez tiene los pulmones encharcados”, le dicen a la hija de María. Ingreso en planta, algo tórpido, una ulcera en el talón izquierdo y una infección de orina de propina. Regreso al domicilio, con soporte del equipo de atención primaria. Pero en casa pronto hay dificultades, se ahoga. Hospitalización domiciliaria, otro equipo, caras nuevas y otra dinámica. Ponemos vía y seguril® aguas mil. Pero la familia claudica, llevan ya un mes y medio y el equipo de hospitalización domiciliaria la envía al centro sociosanitario de la zona. Han pasado ya 3 meses y María está dispuesta a volver a casa. Tiene miedo y le preguntan ¿Qué quiere hacer la próxima vez que tenga una crisis? Mira a su hija que se encoge de hombros con cara cansada. Mira a su alrededor y piensa en todos los profesionales, dispositivos y servicios en que ha estado y no sabe que contestar.

viernes, 26 de febrero de 2016

La evidencia en el contínuum asistencial ¿una de las claves en el éxito o fracaso de la telemedicina?




De todos es conocido que existe una gran cantidad de pilotos, publicaciones y estudios en desarrollo sobre la aplicación de la telemedicina. Durante los últimos años, el fenómeno que podríamos etiquetar como la “revolución de las apps” le ha dado un gran impulso. Sin embargo, los resultados, en muchos casos, no han llegado a alcanzar las expectativas en ellas depositadas

Muchos estudios han tratado de identificar las causas de esta poco exitosa historia. En una somera referencia podríamos citar la inercia y la resistencia de los profesionales a cambiar sus procesos de trabajo, errores de diseño no centrado en los pacientes, aspectos regulatorios, falta de recursos y problemas de adherencia del paciente por diversas causas, por ejemplo, poca health literacy o la problemática del digital gap.

Quizás las dos razones más importantes son: en primer lugar, la falta de integración de los historiales clínicos electrónicos utilizados por los proveedores de salud, en estos casos la información procedente de dispositivos, sensores y fuentes de registros no son compartidos entre pacientes, médicos, enfermeras y otros profesionales que intervienen en el proceso asistencial. En la actualidad, la aproximación de gestión de muchos datos, big data, unido al concepto IoT (internet de las cosas), está intentando ayudar a resolver este tema. La segunda razón, y quizás la clave, son los modelos de pago, que en su mayoría están en una aproximación muy conservadora, no pagando por valor o resultados y, por lo tanto, con pocos incentivos a actuaciones más coste efectivas utilizando las TIC.

lunes, 5 de enero de 2015

Enfermeras de práctica avanzada: es momento de apostar fuerte


Según International Council of Nurses, una enfermera de práctica avanzada es una especialista que ha adquirido la base de conocimientos expertos, las capacidades de adopción de decisiones complejas y las competencias clínicas necesarias para un ejercicio profesional ampliado.

El concepto surgió en EEUU, en los años 70, en las áreas de obstetricia y anestesia y, a partir de entonces, el desarrollo de la profesión enfermera se ha centrado en lo que ha pasado a denominarse Advanced Nursing Practice (ANP) o Enfermeras de Práctica Avanzada (EPA). Se trata de una formación de postgrado que ofrece una visión global para la atención de los pacientes complejos, para la implicación de las personas en el manejo de sus propias enfermedades y, en resumen, para todo lo que se refiere a la innovación, a la evidencia y a la investigación orientada a mejorar la atención que se ofrece a las personas.

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Se pueden evitar las hospitalizaciones innecesarias?









Dicen que el mejor ahorro, en sanidad, es el del ingreso hospitalario evitable que no se produce, sobre todo porque el uso de cama de hospital es el recurso sanitario más caro de toda la oferta sanitaria, pero también porque si una persona, imaginemos que mayor y con varias patologías crónicas, se puede ahorrar el trance del ingreso, su salud sufrirá menos situaciones de compromiso. Por este motivo todos los sistemas sanitarios están muy activos intentando poner en marcha todo tipo de acciones encaminadas a reducir los ingresos de pacientes crónicos y de pacientes frágiles.

La Dra. Sara Purdy, médico de familia y Consultant Senior de la Universidad de Bristol, publicó, bajo el amparo de King’s Fund, a finales de 2010, un análisis sobre qué actuaciones consiguen reducir los ingresos hospitalarios innecesarios y cuáles no. El trabajo de la Dra. Purdy se centra sólo en acciones organizativas tipo hospitalización a domicilio o gestión de casos, y no incluye, en cambio, situaciones estrictamente clínicas como el impacto de un nuevo fármaco para el asma.



Véase a continuación cuáles son las acciones que han demostrado que pueden reducir las hospitalizaciones innecesarias (para conocer las fuentes de la evidencia se debe consultar el documento de King's Fund):

1. Atención continuada que ofrece el propio médico de familia. Hay indicios de que los ingresos evitables se producen con mayor intensidad a deshoras (noches y fines de semana) cuando el servicio habitual de atención primaria no está disponible. 

2. Hospital a domicilio como alternativa al ingreso. Estos programas han demostrado que si la elección de pacientes se ajusta bien, los resultados son comparables a los del ingreso, aunque a un coste similar o algo inferior.

3. Gestión de casos específicamente orientada a la salud mental. Los programas de actuación multidisciplinar en la comunidad son efectivos, sobre todo si se concentran en los pacientes reincidentes en los ingresos.

4. Promoción del autocuidado. Parece que si los pacientes crónicos entienden cómo les afecta su enfermedad y cómo lo deben hacer para salir adelante con los síntomas que les afectan, se reduce su dependencia de la atención especializada hospitalaria. Según los expertos, la clave del éxito reside en la elaboración de planes de acción individualizados.

5. Presencia de médicos senior los departamentos de urgencias de los hospitales. Los estudios citados muestran que, para ser efectivos, estos médicos (ya formados) deberían revisar, en un primer estadio, los casos llegados a urgencias que no han sido enviados por un médico de familia.

6. Intervenciones multidisciplinares y telemonitorización para los pacientes con insuficiencia cardiaca. Las intervenciones más efectivas son las que combinan monitorización de signos vitales con seguimiento telefónico por parte de enfermeras, acciones que deben formar parte de un plan personalizado con apoyo de equipo especializado.

7. Integración de la asistencia primaria y de la asistencia especializada. Para que esta acción sea efectiva la integración también debe serlo. Es decir, el simple desplazamiento de especialistas desde los hospitales a los centros de salud no es efectivo.

En el estudio hay, además, un apartado para las readmisiones, pero este aspecto ya lo trataré de manera monográfica otro día.

Lo que se deduce de la lectura del informe es que en las siete acciones mencionadas anteriormente hay evidencia de efectividad en la reducción de ingresos hospitalarios innecesarios, aunque los estudios económicos o bien no se mencionan o los resultados obtenidos no son suficientemente claros.

Hay otras tres acciones que han mostrado evidencia de poca o nula efectividad en la reducción de las hospitalizaciones:

1. Farmacéutico a domicilio para revisar la comprensión y la adherencia de la medicación
2. Intermediate care: unidades de hospitalización dirigidas por enfermeras
3. Gestión de casos en el ámbito comunitario (excepto en salud mental)

De una primera lectura del informe, resulta decepcionante que la gestión de casos, de tanta actualidad, no consiga buenos resultados, pero tal como se observa en otros trabajos, se trata de una cuestión de gradualidad y, por tanto, de recursos: fíjense que un programa norteamericano llamado Evercare, de actuación específica de enfermería en las residencias de ancianos, consiguió reducir las hospitalizaciones a la mitad (Kane 2003), mientras que en el Hospital de Calella, un programa aún más intenso que Evercare, con evaluación geriátrica y equipo multidisciplinar, de intervención en las residencias geriátricas, redujo los ingresos urgentes también de manera muy notable (Díaz-Gegúndez 2011). En cambio en Inglaterra una actuación más sencilla, sólo de enfermera de gestión de casos (Gravelle 2007) no consiguió reducir las hospitalizaciones. Hay que tomar nota de que ninguno de estos trabajos tampoco incluye estimaciones de costes y, por tanto, no se puede concluir nada sobre su coste-efectividad.

Para terminar esta revisión, me gustaría compartir un pequeño extracto de las conclusiones de un informe de la fundación norteamericana "Robert Wood Johnson" sobre el abordaje a la comunidad de los pacientes con necesidades sanitarias complejas.



"Care Management define intervenciones de enfermería especializada con apoyo de médico y de equipo complementario. Estos programas CM son mucho más efectivos que la gestión de casos estándar de seguimiento telefónico de enfermería generalista desde la atención primaria (...)"

"(...) Uno de los factor de éxito de Care Management es la elección de pacientes. Los programas CM de actuación intensiva que agrupan pacientes de alto riesgo en un solo punto de actuación son muy prometedores. Estos programas pueden ser una liberación para la atención primaria, en el sentido de que habría un pequeño número de enfermos muy demandantes que ya no les distraerían del trabajo habitual."


Bibliografía referenciada anteriormente
  • Purdy S. Avoiding hospital admisiones. What does the research evidence say? The King's Fund. December 2010. Se puede bajar libremente de internet. 
  • Kane RL, Keckhafer G, Flood S, Bershadsky B, Siadaty MS. The Effect of Evercare on Hospital Use. JAGS 2003; 51:1427-34.
  • Díaz-Gegúndez M, Paluzie G, Sanz-Ballester C, Boada-Mejorana M, Terré-Ohme S, Ruiz-Poza D. Evaluación de un programa de intervenciones en residencias geriátricas para reducir la frecuentación hospitalaria. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2011; 46:261-4.
  • Gravelle H, Dusheiko M, Sheaffer R, Sargent P, Boada R, Pickard S, Parker S, Roland M. Impact of case management (Evercare) on frail elderly patients: controlled before and after analysis of quantitative outcome data. BMJ 2007; 334:31-4.
  • Bodenheimer T, Berry-Millett R. Care Management of patients with complex health care needs. The Synthesis project. Robert Wood Johnson Foundation. December 2009. Se puede descargar libremente.


El próximo lunes 17 hablaré del papel que juega la asistencia primaria local en la atención continuada de la diabetes tipo II, y los excelentes resultados observados en la contención de la tasa de hospitalización innecesaria debida a esta enfermedad. Y lo haré no tanto por satisfacción, sino porque creo que el modelo de atención de la diabetes debería ser el espejo para los programas que abordan las otras patologías crónicas, los cuales, por cierto, no acaban de cuajar.