MT @HarvardChanSPH: @ashishkjha explains why some hospitals are focusing on volume to improve patient outcomes: http://t.co/AsSeNmMJ4V
— Dr J Vidal-Alabll (@jvalaball) junio 11, 2015
El Dr. Josep Vidal-Alaball, colaborador del blog, ha twitteado sobre un artículo del Dr. Ashish K. Jha, en el Foro de JAMA, que trata sobre el uso del volumen de la cirugía compleja como un trazador de calidad asistencial. El Dr. Jha hace una reflexión a partir de la llamada que han hecho dos reconocidos expertos en la materia, Birkmeyer y Pronovost, para lograr, en EEUU, un compromiso por la calidad en base al volumen de la cirugía compleja.
La intuición no engaña. Cuando tenemos que hacer alguna cosa que requiera técnica y talento, como por ejemplo enhebrar una aguja, no cabe ninguna duda de que cuantas más veces lo hagamos, mejor será el resultado. "Lo que es destacable no es que dos líderes científicos como los mencionados pongan en la mesa la importancia del volumen -dice Jha-, sino que lo sorprendente es que en 2015 todavía tengamos que estar hablando de ello, cuando ya hace décadas que tenemos datos suficientes que concluyen que la cirugía compleja debe concentrarse en pocos equipos muy profesionalizados."
El compromiso para el volumen requiere más debate profesional, admiten los expertos, porque aparte del tema central (la cantidad nos hace hacerlo mejor), hay muchos otros aspectos organizativos, como la existencia de equipos bien coordinados, de sistemas de detección precoz de complicaciones, de programas de rehabilitación domiciliaria, etc., que también influyen en la calidad. Fruto de estas variables a veces, de manera contradictoria, se observan malos resultados en hospitales de gran volumen y viceversa.
Más allá de marcar un número de casos mínimo para autorizar un equipo a hacer una determinada práctica quirúrgica compleja, hay que pensar en términos de compromiso, como están haciendo los norteamericanos, para ver cuáles son las condiciones que garantizan un mínimo de calidad aceptable. Sin embargo, como dice Jha, mientras no afinemos más, el volumen debería ser el eje trazador para la calidad de ciertos procedimientos quirúrgicos complejos.
Jordi Varela
Editor
La intuición no engaña. Cuando tenemos que hacer alguna cosa que requiera técnica y talento, como por ejemplo enhebrar una aguja, no cabe ninguna duda de que cuantas más veces lo hagamos, mejor será el resultado. "Lo que es destacable no es que dos líderes científicos como los mencionados pongan en la mesa la importancia del volumen -dice Jha-, sino que lo sorprendente es que en 2015 todavía tengamos que estar hablando de ello, cuando ya hace décadas que tenemos datos suficientes que concluyen que la cirugía compleja debe concentrarse en pocos equipos muy profesionalizados."
El compromiso para el volumen requiere más debate profesional, admiten los expertos, porque aparte del tema central (la cantidad nos hace hacerlo mejor), hay muchos otros aspectos organizativos, como la existencia de equipos bien coordinados, de sistemas de detección precoz de complicaciones, de programas de rehabilitación domiciliaria, etc., que también influyen en la calidad. Fruto de estas variables a veces, de manera contradictoria, se observan malos resultados en hospitales de gran volumen y viceversa.
Más allá de marcar un número de casos mínimo para autorizar un equipo a hacer una determinada práctica quirúrgica compleja, hay que pensar en términos de compromiso, como están haciendo los norteamericanos, para ver cuáles son las condiciones que garantizan un mínimo de calidad aceptable. Sin embargo, como dice Jha, mientras no afinemos más, el volumen debería ser el eje trazador para la calidad de ciertos procedimientos quirúrgicos complejos.
Jordi Varela
Editor
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