La serie toca a su fin (de momento) y para su cierre contamos con la participación de Tino Martí, economista de la salud y tecnólogo que ha centrado su carrera profesional en el ámbito de la gestión sanitaria, la innovación y las nuevas tecnologías, particularmente en atención primaria. Con él hemos trabajado en un modelo conceptual de innovación de la práctica clínica.
El modelo parte de reconocer que la atención sanitaria se presta actualmente en tres estadios: el centro de salud, el domicilio y la nube. La irrupción de este tercer estadio y la posibilidad de realizar teleasistencia desde el centro de salud están facilitando la aparición de nuevos modelos de atención sanitaria que están llamados a cambiar la práctica clínica mediante la posibilidad de cuestionar la presencialidad.
La principal innovación que ha facilitado estos nuevos escenarios es la digitalización de la historia clínica y la posibilidad de intercambiar información entre sistemas. La historia clínica electrónica actúa de plataforma para la práctica clínica presencial y también sirve de base para la virtual mediante el acceso del paciente a un subconjunto representado por la historia clínica personal a través del aglutinador de servicios (el portal para pacientes). Junto a los sistemas de decisiones informadas, estos servicios facilitan información al paciente y le otorgan la posibilidad de jugar un papel más activo.
La consulta virtual mediante email, la teleasistencia (videoconferencia) y la monitorización mediante equipos conectados a la nube (telehealth) conforman la capa de comunicación del modelo.
En último lugar y con un futuro prometedor a la vez que imprevisible tenemos las redes sociales de pacientes que aportan la capa relacional del modelo.
Infografía: Modelo de práctica clínica virtual (T. Martí, J. Varela)
Ni todos los componentes están siempre presentes (queda mucho camino por recorrer) ni existe un estándar de configuración de la práctica clínica virtual. En función de sus objetivos y la disponibilidad tecnológica, cada práctica debe diseñar y configurar los elementos que ayuden a completar la atención presencial o desarrollar servicios substitutivos.
La revisión de experiencias nos ha devuelto diversos niveles de evidencia en cuanto a efectividad y eficiencia como resumen las barras coloradas debajo de cada elemento del gráfico. Es razonable utilizar la evidencia existente para valorar la introducción de innovaciones en el ámbito sanitario, más aún en un momento de escasez de recursos, pero estas circunstancias no deberían hacer perder de vista que la innovación nace de la experimentación. Las evaluaciones existentes de los componentes del modelo suelen centrarse en un elemento y no en la combinatoria de éstos de forma que evaluamos instrumentos y no nuevos modelos de atención.
La introducción de nueva tecnología no suele perseguir en primer lugar la relación coste efectividad, sino más bien la mejora de la calidad y seguridad de la atención y la satisfacción de los participantes.
Como habrán podido apreciar, se ha mencionado muy tangencialmente la innovación procedente del mundo de los móviles tan en boga actualmente, ya que merece capítulo aparte que esperamos cubrir en próximas entregas.
Para el próximo lunes 15 de abril queremos discutir cómo estos cambios tecnológicos afectan a las organizaciones sanitarias y de qué modo debería cambiar el sistema de compra de servicios, y lo haremos a través de una entrevista que nos ha concedido Josep Manuel Picas.
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